26 jun. 2010

El Sr. Castañeda esta jugando el mundial, y probandose para las elecciones presidenciales que al parecer, tendra que superar muchos reveses sobre la marcha , por que si no la politica mediatica lo ahogara.


La Ruta y el Laberinto

El Metropolitano sigue en pruebas piloto, pero un atropello grave e imperfecciones en el sistema prenden los reflectores.
Es el temprano puntero para las presidenciales. Su popularidad ha sido  imbatible durante años. Pero ni la pantalla gigante donde los limeños ven el Mundial en la Plaza de Armas puede cortar los vientos que comienzan a soplar sobre su candidatura.
Ver galeríaLuis Castañeda Lossio viajó a Roma para recibir el premio “Campeones del Mundo en Gas Natural Vehicular”. El reconocimiento obedece a que el sistema El Metropolitano es el único corredor vehicular del mundo que funcionará con ese combustible menos contaminante.
Mientras su obra emblemática cosecha flores por fuera, por dentro le trae temblores. El lunes 14 un ciclista de 17 años fue atropellado por uno de los vehículos que cumplen con las pruebas piloto del sistema.
Castañeda ha sido un alcalde exitoso con un importante récord que mostrar. Impresionantes parques zonales en sectores populares, obras viales de alto calibre y un sistema de hospitales que atienden a los más necesitados mantuvieron su imagen positiva en el orden de 85%, según la encuestadora Apoyo.
Pero El Metropolitano, una necesaria obra cuyos retrasos parecían cronometrados en torno al calendario electoral, es también el monumento a sí mismo que le puede traer problemas.
Desde aquellos picos de enero, cuando Castañeda aún parecía deshojar margaritas (CARETAS 2112), la simpatía de los limeños por su alcalde se redujo en 23 puntos. Todavía notable para los estándares de los políticos peruanos, pero el golpe ya fue acusado en un personaje acostumbrado a vivir callado en la cresta de la ola. El propio Alfredo Torres de Apoyo ya anticipó que a la baja de popularidad le puede seguir el descenso en la intención de voto.
La cancha municipal ha sido para él una pichanguita, pero el de las elecciones presidenciales es otro juego. ¿Corre el riesgo de desinflarse?
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Sin Candidatos

Los últimos días traen algunos indicativos. La semana pasada el propio Castañeda hizo un anuncio tan desapercibido como desconcertante. “No vamos a presentar ningún candidato en el Perú, ni para las elecciones municipales ni regionales. Que eso quede bastante claro. Vamos a ser totalmente asépticos en ese sentido”.
La asepsia política es digna de los reconocidos Hospitales de la Solidaridad. Pero, un momento. ¿Su partido no se llamaba precisamente Solidaridad Nacional?
A estas alturas es un lugar común diferenciar por completo los escenarios de la política nacional y regional. Sin embargo, los apristas prometieron candidatos para cada región y cada distrito del país. Entrevistado en esta edición, el presidente regional de Junín, Vladimiro Huaroc, adelanta las alianzas provinciales que impulsará Perú Posible.
Hace meses que Castañeda decidió, contra el consejo de algunos de sus colaboradores, sacar a Solidaridad de las elecciones de octubre. Ahora la pregunta es cuál será su alternativa.
Ciertamente, Castañeda no es manco. En el 2002 derrotó al popular Alberto Andrade con una silenciosa campaña casi a espaldas de los medios. Mientras el alcalde Andrade inauguraba la Vía Expresa de Javier Prado con un terrible accidente esa misma noche, Castañeda construyó en medio de su silencio característico las escaleras que lo llevarían a la victoria. Fue brillante publicidad utilitaria para los votantes de los conos de Lima. Y las encuestas recién registraron el fenómeno las dos semanas previas a la elección.
En agosto del año pasado inauguró en Piura el instituto Solidaridad Nacional, dirigido por la congresista Fabiola Morales. Prometieron cursos gratuitos de liderazgo político pero, según la lista presentada a principios de año, las opciones iban desde manicure hasta pesca artesanal.
No han sido publicitadas otras inauguraciones de institutos, pero esa sería la estrategia de los próximos meses. La de una lógica clientelista ajena a un movimiento puramente cívico.
El esquema tiene la cómoda virtud de dejar las manos libres al candidato, que podrá hacer y deshacer. Quizá resulte un esquema exitoso, pero también una secuela del ejercicio político fujimorista, alérgico a las estructuras formales partidarias.
Rezago de Castañeda en el escenario rural indica qué poco conocido es en zonas del país.

Ampliar imagen El Voto Rural

El segundo indicativo está en las encuestas. En el último sondeo de Datum, realizado entre el 17 y el 25 de abril entre 1,210 entrevistados a nivel nacional, Castañeda aparece con el 22% de las preferencias totales. Sus bastiones están en Lima (29%) y el norte del país (24%). En general, cuenta con el 25% urbano y el 8% rural.
El último dato debería preocuparlo. Fuera de las ciudades es superado largamente por Ollanta Humala (30%) y Keiko Fujimori (11%).
Para Manuel Torrado de Datum, “el voto rural puede inclinar la balanza en los resultados electorales”. Viene a la memoria el reciente caso de Colombia, donde se reconoció la casi inexistencia del sector rural en las encuestas para explicar en parte la inesperada ventaja que Juan Manuel Santos le sacó a Antanas Mockus. Fueron casi 20 puntos cuando se esperaba un empate técnico.
Otros encuestadores como Fernando Tuesta, del Instituto de Opinión de la Universidad Católica, minimizan en cambio la importancia del voto rural, que se mueve en torno del 24% “formal”, pero no suele ser más del 15% en términos efectivos. Tuesta señala además que es muy difícil producir encuestas confiables en esas zonas del país.
A pesar de los distintos enfoques persiste la impresión del poco conocimiento sobre Castañeda en muchas localidades.

No Sabe, No Opina

Algo parecido piensa el publicista Hugo Otero. Pieza clave de las campañas apristas y también cercano a Pedro Pablo Kuczynski, el ex embajador en Chile responde a la pregunta de CARETAS: ¿Cómo ve al candidato Castañeda?
“Lo veo como la mayor parte de los peruanos”, señala. “Lo desconozco porque no habla. No sé qué piensa del Perú, de la sociedad, de su gente. Habla de El Metropolitano pero eso no me dice cómo mide su relación con el resto del mundo que es global, con el desarrollo de la sierra y el Perú emergente. Del país como un eje latinoamericano. Me es muy difícil imaginármelo como presidente”.
Otero es de aquellos que piensan que el lenguaje de una campaña presidencial “no es el de las obras sino el de las ideas, que ya deberían estar sembradas”.
También relativiza la importancia de los sondeos “porque el Perú ni siquiera está mirando las elecciones presidenciales. Podemos medir las regionales y municipales. Sostengo que después de ellas el Perú va a entrar a un cuadro político que no imaginamos. ¿Alguien tiene una idea de los candidatos regionales? Ellos van a manejar presupuestos gigantescos”.
Cree que “las encuestas se han transformado en un gran negocio. Las empresas las encargan pero jamás van a entender lo que pasa leyéndolas como una bola de cristal desde el restaurante La Gloria. Es más importante tener un marco teórico de la política actual que estar leyendo encuestas”.
Para Otero, Castañeda comparte una limitación con Keiko Fujimori y Alejandro Toledo. “A excepción del APRA, tienen estados mayores, pero no ejército. Cuentan con una votación con un vínculo emocional o circunstancial pero carecen de un ejército de leales. ¿Y cómo suplen eso? A través de la prensa y los asesores de marketing que vienen al Perú con una maleta de campañas bajo el brazo, que venden por US$ 50 mil al mes”.
Augura que la elección del 2011 será “importante y difícil para el Perú. Hasta ahora no podemos decir que le daremos al Perú un presidente consistente, capaz de hablar con los distintos sectores y con mayoría parlamentaria”.

Bajo Reflectores

En la entrevista publicada en estas páginas, el ex ministro chileno Ricardo Solari, otro especialista en campañas, considera que los políticos peruanos deberían ocuparse primero en construir alianzas que logren conglomerar a sectores más significativos del electorado. Recién después habría que lidiar con el desafío de la comunicación en la campaña. Pero en el Perú, el país sin partidos, los candidatos se ponen delante del tren.
Para colmo, Castañeda tampoco abre la boca.
No se ha pronunciado sobre la exportación del gas de Camisea, ni la liberación de Lori Berenson o la reapertura de la refinería de La Oroya.
En realidad, casi no habla ni siquiera de la ciudad que administra. Sobre el escándalo de Comunicore, empresa que compró a precio de descuento la deuda de la empresa de recojo de basura, Relima, se escudó en lo meramente administrativo.
Sobre El Metropolitano y el enorme retraso en su ejecución, no dice ni pío. Debe confiar que arrolle las críticas presentes una vez esté en plena operación.
De hecho, cada vez más usuarios usan el sistema que sigue con pruebas gratuitas. Pero la noticia la hizo un ciclista de 17 años atropellado el lunes 14 por uno de los buses del sistema (ver nota de Movilidad Urbana).
Según el SAT, el chofer Otoniel Montaño tiene 90 infracciones. El accidente sucedió en la curva del cruce de la avenida El Sol con República de Panamá, en Barranco. Es una de las intersecciones de El Metropolitano consideradas mal diseñadas por la Contraloría (CARETAS 2132).
Con Castañeda como previsible candidato presidencial, los errores merecerán mucho más atención. El martes 15, uno de los buses falló y se detuvo por casi media hora. Así, fue puesta en evidencia otra obvia limitación del carril único. Cuatro buses que seguían la misma ruta se atascaron durante el lapso. Otro se estrelló contra una camioneta en el cruce del jirón Independencia y la Panamericana Sur. Afortunadamente, y a diferencia de lo que puede ocurrir con la campaña en los próximos meses, no hubo contusos.

EL PBF: Producto Bruto Feliz

Bhután tiene un Ministerio de la Felicidad. Prensa peruana pinta un lúgubre semblante.
Un 70% de los peruanos dice que “se siente feliz casi todo el tiempo”, según una encuesta de IPSOS-Apoyo publicada esta semana por El Comercio.
Esto resulta sorprendente, dado el contenido periodístico mayormente crítico, cuando no quejoso y hasta iracundo, del periodismo del momento.
¿Será que a los entrevistados les da vergüenza decir que son infelices o es que el contenido editorial colectivo no refleja equilibradamente la situación que atraviesa el país?
En el diminuto reino de Bhután en los Himalayas (36,394 km2, 700,000 habitantes) se busca una respuesta más específica a esta importante cuestión.
Allí hay un Ministro de la Felicidad, Karma Tshiteem, quien desde hace algunos años está encargado de medir el PBF del país. Los cálculos del PBI (el Producto Bruto Interno) se establecieron en el mundo al terminar la II Guerra Mundial para medir la economía de cada país.
Esto, sin embargo, fue considerado insatisfactorio para Bhután, por ignorar sus ideales budistas, y con el pasar del tiempo han establecido formas de medir su PBF, que es su Producto Bruto Feliz (o de Felicidad).
El índice de Desarrollo Humano que prepara la ONU todos los años desde hace 23 años tiene algo de esto, pero el PBF va más allá.
“Se trata de crear las condiciones para lograr que la gente logre una vida plena y feliz”, dice Tshiteem.
¿Y cómo se puede lograr eso? El Ministro de la Felicidad habla de 9 indicadores claves: bienestar psicológico, vitalidad comunal, diversidad cultural, buen uso del tiempo, gobernabilidad eficaz, salud, educación, ecología y nivel económico de vida.
Hay crisis en las que el PBI parece progresar porque el dinero cambia de manos, pero esto no sucede en la dirección distributiva.
Además, nadie mide el tiempo que se pasa en casa con la familia, alternando con amigos o realizando trabajos voluntarios que satisfacen. Además, en Bhután preguntan: ¿cuántas veces la semana pasada hizo usted algo en el trabajo que lo enorgullece?
En otras palabras, en el pequeño Bhután miden oficialmente la calidad de vida y esto conduce a la reducción de la criminalidad.
El PBF no tiene, pues, nada de vago o ilusorio
Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ Caretas