GOBIERNO Y GOBERNABILIDAD
Una rápida evaluación de estos factores muestra que el talón de Aquiles de la gobernabilidad está en los factores institucionales (el sistema electoral, el sistema de partidos, la forma de gobierno) y en las condiciones (crecimiento sin distribución, debilidad del Estado, altos niveles de desigualdad) más que en la acción de gobierno y en la evaluación y manejo de las relaciones de poder. El sistema de mayoría en dos vueltas electorales, a diferencia del sistema de pluralidad que define la competencia en una sola vuelta, no ayuda a la gobernabilidad en la medida que genera un pluralismo extremo y una fragmentación parlamentaria.
El colapso de los partidos tampoco ayuda a la gobernabilidad porque produce volatilidad electoral, fragmentación política, personalización de la política, racionalidad pragmática de los electores y emergencia de los medios y los poderes fácticos como epicentros de gravedad política en la vida social. El presidencialismo plebiscitario, a diferencia de lo que llama Nolhen presidencialismo renovado basado en coaliciones sociales y políticas, es una forma de gobierno que no contribuye a la gobernabilidad porque es alérgico al desarrollo de las instituciones.
El principal factor estructural que genera ingobernalidad es, sin embargo, la debilidad del Estado. Ella proviene del patrimonialismo tradicional y moderno (la captura estatal), de su modernización limitada (los aparatos económicos funcionan más o menos bien pero los sociales son un desastre), de su carácter antidemocrático (las políticas sociales de salud, educación, seguridad y justicia no llega a todo el territorio ni a toda la población), de su sentido discriminatorio (no reconoce la pluriculturalidad compleja del país), del centralismo económico y estatal y de sus deficiencias burocráticas (falta de gerencia y de gestión públicas eficientes).
La acentuada desigualdad que, de acuerdo a los investigadores serios, se aproxima a un Gini de 0.6 tampoco ayuda a la gobernabilidad. El crecimiento (no discuto su tipo y su calidad) sin distribución no ayuda mucho a la gobernabilidad, pero es un buen punto de partida en la medida que constituye una condición necesaria para impulsar una política de concertación que garantice el crecimiento con inclusión. Si la gobernabilidad es deficitaria por el lado de las instituciones y de las condiciones estructurales, ¿qué explica entonces el cierto nivel de gobernabilidad que existe actualmente?.
Mi hipótesis es que la gobernabilidad proviene de la acción del gobierno y del buen manejo de las relaciones de fuerza que han permitido organizar un gabinete y una política de concertación, particularmente con el mundo empresarial. El hueso duro de roer es la derecha política y mediática que mimó tanto a García, pero que al presidente Humala no está dispuesta a perdonarle el mínimo traspiés. Le disgusta la política de la gran transformación así como el equipo de gobierno que la impulsa. Le friega también que la agenda política actual no provenga de sus caprichos banales, sino de las propuestas de cambio del gobierno.
Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://blog.pucp.edu.pe/item/141668/gobierno-y-gobernabilidad
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Agredesco desde ya tú valioso aporte... Muchas gracias....
JLRF