31 dic. 2010


A la derecha de Cervantes

por Osvaldo Gallone
El gallego Gonzalo Torrente Ballester fue durante decenios un escritor casi secreto: sus libros prácticamente no se vendían y la repercusión crítica de ellos era casi nula. Pero tardíamente las cosas se pusieron en su lugar y el reconocimiento a su excepcional talento literario se prodigó sin ambages. Por último, la adaptación televisiva de su trilogía Los gozos y las sombras en la década de 1980 terminó por otorgarle el premio más esquivo e inesperado: el de la popularidad.
Hace escasamente tres meses (nació en junio de 1910 y murió a los ochenta y ocho años) se ha cumplido el centenario del nacimiento de Gonzalo Torrente Ballester, uno de los escritores de habla hispana más relevantes en el transcurso del siglo XX. En medio del tráfago de tantas novedades con fecha de vencimiento, exiguo alcance y más que dudosa relevancia, no resulta desaconsejable revisitar o descubrir una obra que alcanza picos de excelencia y mantiene una sostenida calidad asentada en el trípode más clásico y afortunado de la literatura: la pintura acabada del personaje, la seducción del argumento y el tono irónico y mordaz.

La recepción silenciosa


A diferencia de la muerte, la fama siempre llega tarde. A este respecto, la recepción crítica de la obra de Gonzalo Torrente Ballester no fue la excepción. En 1946 publica El golpe de Estado de Guadalupe Limón, donde por primera vez echa mano de la idea del mito –y su idea complementaria: la desmitificación– a propósito de la muerte de José Antonio Primo de Rivera y la incidencia de ésta en el perfil de la figura pública de Franco, todo ello desarrollado sobre el fondo de una alegoría que se construye a partir de una pregunta: ¿El mito de un hombre muerto es capaz de conducir al triunfo a un movimiento político? La crítica de la época, equivocándose de cabo a rabo, redujo la novela a una imitación menor del Tirano Banderas y no alcanzó a mensurar la metáfora que trascendía la letra. No se vendió ni bien ni mal, sino que, lisa y llanamente, como reconoció más tarde el propio autor, no se vendió. Y, para colmo, suscitó la irritación de la censura franquista.
Este último dato no es menor y amerita un breve escolio. Al comienzo de la guerra, Torrente Ballester se afilió a la Falange y fue uno de los intelectuales españoles que fungió como censor del régimen (la denominación oficial del cargo es una exquisita muestra de retórica administrativa: auxiliar de comisión depuradora). De modo no tan paradójico como parece a primera vista, todo censor, en el seno del régimen, también podía ser censurado. Algunos años más tarde, en 1962, Torrente Ballester apoyó públicamente la huelga que estaban llevando a cabo los mineros asturianos, con lo cual disolvió definitivamente los lazos que lo ligaban al franquismo y ganó en dignidad personal lo que pudo haber perdido de favor oficial. Con todo, cabe destacar que su actuación durante los años de dictadura no llegó a constituir ni siquiera el pálido reflejo de la de Camilo José Cela, cuya carta al comisario general de investigación y vigilancia ofreciéndose como delator y sus posturas políticas conforman un insuperable ejercicio de iniquidad.
Profuso crítico teatral del diario Arriba a partir de 1948 (trabajo que pierde a causa de su apoyo a la huelga minera) y autor él mismo de algunas piezas teatrales escasamente representadas (El viaje del joven Tobías, 1938; El casamiento engañoso, 1939; El retorno de Ulises, 1946, entre otras), su pasión por la dramaturgia no le impidió insistir con la narrativa. En 1957 publica El señor llega. La repercusión es tan escasa como la que recibiera su novela anterior, pero cuando ya está decidido a abandonar el ejercicio de la literatura se le concede el Premio Novela Fundación Juan March. El señor llega es el primer tomo de una trilogía que se completó con Donde da la vuelta el aire (1960) y La Pascua triste (1962) y que llevará como título general Los gozos y las sombras, un monumental fresco de la sociedad gallega de preguerra situado en la ciudad de Pueblanueva del Conde y que describe con mano maestra el pasaje del siglo XIX al capitalismo en medio de un juego de intereses económicos encontrados y contradictorios que se resolverá obedeciendo al paradigma conceptual del gatopardismo: algo cambia para que todo siga igual.
El mito de Don Juan siempre sedujo a Torrente Ballester, e imaginó en principio una obra de teatro con el tema. Andando el tiempo lo convirtió en novela y Don Juan se publicó en 1963 y fue reconocida por el autor como una de sus creaciones más queridas pese a la escasa repercusión que tuvo al momento de su aparición. La rebeldía de su Don Juan se aleja de la tipología romántica y se traduce en una rebeldía contra Dios. Huelga decir que la novela fue una de las que le trajo mayores problemas con la censura: se le propuso suprimir pasajes tan determinantes del texto que terminó por escribir una extensa carta dirigida al ministro de turno responsable de la censura (cargo que ocupaba en ese momento Manuel Fraga Iribarne) rebatiendo punto por punto las objeciones del censor. Finalmente la novela salió publicada con unas cuantas supresiones que bien pueden calificarse de menores.
Off-side (1969) es una novela coral donde todas las voces de una corte de los milagros integrada por prostitutas, homosexuales, fracasados y farsantes converge con el mundo de la alta política y las finanzas para dar forma a una obra que pinta a un país estancado, que no acaba de desembarazarse de las secuelas de la guerra y la posguerra y que no termina de despegar hacia el futuro.

El arte de la fuga


Pero es recién en 1972, con la publicación de La saga/fuga de J.B., cuando le llega el reconocimiento unánime.
La fama no sólo llega a destiempo, sino que llega bajo las formas más curiosas. La saga/fuga de J.B. es, probablemente, la mejor novela de Torrente Ballester, pero también la de lectura más exigente, la de argumento más intrincado y la que más placer puede deparar al lector que culmine esas seiscientas sesenta y ocho páginas de prosa impecable y sorprendente. El lugar físico donde se desarrolla La saga/fuga… es la ciudad gallega de Castroforte del Baralla, inexplicablemente ignorada por los cartógrafos, soslayada en los catastros y destinada a desaparecer a menos que alguien lo impida. La tradición reza que el único que puede impedirlo es un hombre cuyas iniciales sean J.B. Hubo varios en el pasado y hay tres en la actualidad. La saga/fuga… cuenta un siglo de historia de Castroforte y es una de las cumbres del arte narrativo de Torrente, a punto que Pere Gimferrer señaló: “He leído pocas novelas tan divertidas como La saga/fuga de J.B., pocas, también, regidas por tal lucidez creadora. El libro es, sencillamente, una obra maestra”.
Si La saga/fuga de J.B. le proporcionó el reconocimiento literario, diez años después de su publicación se consumaría un hecho que iba a situar a Torrente Ballester en la más absoluta notoriedad. Adaptada por Jesús Ravascués, dirigida por Rafael Moreno Alba y supervisada por el propio autor, Televisión Española emitiría a lo largo de trece capítulos, en el transcurso del año 1982, la teleserie titulada Los gozos y las sombras, basada en la trilogía de Torrente Ballester. La serie fue un éxito rotundo en todos los países de habla hispana, resituó la entera obra de Torrente y lanzó a la fama a dos intérpretes de la talla de Charo López y Eusebio Poncela.
Quien con mayor lucidez ha reflexionado en torno de su particular estética ha sido el propio Torrente a lo largo de las páginas de Los cuadernos de un vate vago (1982), curioso libro constituido por un conjunto de soliloquios desarrollados ante un grabador entre 1961 y 1976, y luego plasmados en letra impresa. Torrente es, en efecto, un realista, adscripto, en sus propias palabras, a “algo que pudiéramos llamar convencionalmente realismo, en el sentido de que las cosas deben ser realizadas, no aludidas, no narradas; realizadas, es decir, convertidas en reales. De que las cosas, los hechos, las personas tengan una entidad real presente”. Esta definición es una piedra de toque de su narrativa. La saga/fuga de J.B., por ejemplo, está dotada de un realismo rabelaisiano y delirante (de hecho y bajo determinadas condiciones, la ciudad de Castroforte puede levitar), pero absolutamente ajustado a la lógica interna de la novela; vale decir, un realismo delirante, pero verosímil sin atenuantes. Nada en la obra de Torrente Ballester se explica, sino que se realiza; y ésa es, al fin y al cabo, la diferencia elemental pero sustantiva entre un ensayo y una novela. Un novelista escribe una historia de ficción que se sostiene en sus propios términos, aunque para la posmodernidad éste sea un gesto poco menos que descomedido.
La estructura de las obras mayores de Torrente es de carácter musical, más precisamente obedece a la forma de la fuga: un tema que se reitera de manera sistemática y que en cada reiteración se enriquece con nuevos elementos hasta conformar una pieza de infinitos matices.
Probablemente sea Torrente Ballester –por estilo, por cadencia, por modos de abordar la ficción– el novelista español de raigambre más cervantina del siglo XX. No en vano, luego de la publicación de La saga/fuga de J.B., José Saramago dijo de una vez y para siempre: “Hasta ahora había una silla vacía a la derecha de Cervantes, que acaba de ser ocupada por Gonzalo Torrente Ballester”.

Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://www.eldiplo.com.pe/la-derecha-de-cervantes

18 dic. 2010


 Las votaciones de fin de año son una vieja tradición en este blog. A finales del 2006 y del 2007 convocábamos a nuestro escaso público a votar por los blogs peruanos del año. Como luego ese concurso lo asumió el multitudinario BlogDay, cambiamos de rubro. Tanto en el 2008 como en el 2009, nos dedicamos a votar por los momentos peruanos 2.0 (es decir, esos incidentes que no hubieran ocurrido en el Perú sin eso que el márketing bautizó como “web 2.0″).
Y ahora seguimos en lo mismo. En nuestras cuenta de Twitter y página de Facebook hicimos una preselección, para que ustedes elijan el top ten.
¿CÓMO SE VOTA? Ustedes, en los comentarios de este post, voten por los que más les gusten escribiendo los números ya asignados a cada momento. La idea es elegir diez, pero ustedes no tienen que votar por diez, pueden ser menos (pero no más). Si quieren votar doble por alguno, pónganle un * al lado de su número.
*
1. Zombie Walk Lima. El flashmob más exitoso convocado en el Perú por Facebook. Parecerá una causa banal, pero cientos de disfrazados alterando la grisura limeña no pueden estar equivocados. Terroríficamente apoteósico. Diciembre.
2. ¡Ampay Crousillat! El ex propietario de América TV fue ampayado por el mulero Jonathan Castro mientras se empujaba un chilcano en el Costanera 700. Crousillat había sido recientemente indultado debido a su “gravísimo” estado de salud. Una semana después, el gobierno le retiró el indulto. Crousillat sigue prófugo. Marzo.
3. Los vándalos de Chan Chan. El escolar ”Tilintil0n” subió el video de una de sus travesuras a YouTube, adjuntando el texto “aka un kage de risa….jijijiji”. La vandalización generó una ola de indignación nacional y un linchamiento virtual a los graciositos, menores de edad. Enero.
4. Enrejando a Godoy. Mufarech lo demandó por linkear y una jueza aprista lo condenó por decirle “joyita”. Kafka pero en 2.0. Así, Godoy se convirtió en el primer bloguero latinoamericano condenado. El caso mereció rechazo internacional y la jueza aprista fue sancionada por la OCMA. A esperar el fallo de la Corte Superior. Octubre.
5. Lúcar en el ascensor. A todos les cae mal, pero lo cierto es que esta vez él fue la víctima. Pusieron en YouTube algunos videos en los que se le veía en el ascensor del Hotel Los Delfines chapando con la esposa…  del dueño del Hotel Los Delfines. Tan bajo que nadie lo hubiera publicado en televisión (aunque bien que lo rebotaron). Junio.
6. La cachetada. Diario 16 lo denunció, Alan lo negó y la cosa estaba quedando en dimes y diretes hasta que el blog comunal Número Zero publicó lo que varios medios habían rechazado: el video inmediatamente posterior a la cachetada que el Presidente de la República le propició a Richard Gálvez. Las imágenes terminaron en CNN. Octubre.
7. Speedygate II. El bloguero Ryohnosuke descubrió un cambio inconsulto en los contratos de Speedy que, en la práctica, acababa con el Internet ilimitado. Twitter entró en campaña con el ya clásico hashtag, que Osiptel intervino y le ordenó a Telefónica dar marcha atrás. Diciembre.
8. Lentopolitano. Bautizado así en Twitter, el retraso y la sobrevaluación del Metropolitano se pusieron en agenda gracias a la presión de las redes sociales. Incluso un grupo salió a las calles a tomar fotos de los paraderos a medio terminar, en protesta por la siempre retrasada inauguración del sistema. Abril.
9. Cofopri. La web de periodismo de investigación, IDL-Reporteros, descubrió que Omar Quesada, secretario general del Partido Aprista, era responsable de varios regalitos a traficantes de terrenos desde Cofopri. Quesada tuvo que renunciar a todos los cargos y el partido de gobierno quedó descabezado. Abril.
10. Alerta en Gamarra. El Perú fue alertado de la toma de un local del BBVA gracias a @solopedrito, un tuitero que, desde su celular, informó a través de mensajes, fotos y videos durante más de 6 horas. Además, “Gamarra” se convirtió en Trending Topic mundial. Diciembre.
11. Los perfiles falsos de Masías. El periodista Carlos Franco publicó un Power Point de la empresa Cybermind. Era una estrategia para llenar Facebook con una portátil digital a favor del criticado alcalde Masías y en contra de sus rivales para la reelección. La empresa y el alcalde negaron los cargos. Finalmente, Masías fue derrotado. Julio.
12. Piensa bonito. César Soto, el jefe de cabina de Taca Perú, recibe a los pasajeros con un criollísimo discurso buena onda que se viralizó como pocos gracias a un espontáneo video de YouTube. Soto se convirtió en una especie de celebridad y Taca se ganó con la mejor publicidad posible. Marzo.
13. ¿Susana con las FARC? El canal online Willax acusó a regidores de Villarán de apoyar a las FARC, inaugurando el apanado mediático contra la candidata más popular en Facebook (que se convirtió en su trinchera). Bayly demostró que el video de Willax había sido editado y la patinada hizo que Villarán termine de despegar. Agosto.
14. Sendero en San Marcos. Un video en YouTube apartó por un momento nuestras miradas del Mundial: una manifestación senderista en la Decana de América. Se reabrieron los debates de la autonomía universitaria y la supervivencia del terrorismo, pero luego todos seguimos viendo el Mundial. Junio.
15. Los Potoaudios. Bayly publicó el primero (convirtiendo a “Lourdes” en trending topic), pero todos circularon completitos en YouTube. Lo interesante es que si se escuchaban sin la edición del Francotirador, la candidata Flores terminaba siendo mucho más candorosa de lo que decían sus enemigos. Setiembre.
*
¿CÓMO SE HIZO ESTA LISTA? Les recuerdo que el criterio de preselección ha sido a) que la información producida en Internet haya influido en el mundo “real” o b) que el mundo real haya “colisionado” con Internet. Obviamente, hablamos de momentos peruanos.
¡SE TE PASÓ UNO! Bueno, ésta es una selección discutible y mejorable. Si quieres proponer otros momentos que no estén listados, hazlo en la sección de comentarios. Si más de veinte comentaristas les dan “me gusta” a tu propuesta, ésta se integrará aquí, en la lista original de candidatos (sí, este blog tiene “likes” en sus comentarios).
LOS GANADORES. Entre los comentaristas que participen se sorteará dos ejemplares autografiados de El Heraldo en la Barcade Hans Rothgiesser, dos ejemplares de IQT Remixes de Francisco Bardales y  uno de Punche Perú de Paola Ugaz y Marina García Burgos (y si otros se quieren unir, bienvenidos). El único requisito es que sean contactos, fans o amixers del Útero en nuestras página de Facebook o cuenta de Twitter. Los resultados serán publicados en el blog de mi columna Perú 2.1 ¡No voten!

Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ eluterodemarita.pe

17 dic. 2010

Redes para la Ciencia

Recomiendo este vídeo y las muchas producciones de redes para la ciencia es interesante observar el balance de la RED en el Desarrollo de nuestra HUMANIDAD,

Redes para la Ciencia

Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_

¿En que terminará esa crisis?


ALIANZAS Y PLANCHAS

Sinesio López Jiménez
Antes los partidos se unían o se separaban de acuerdo a las ideologías. Cuando se desideologizaron un poco, la unidad y la diferenciación de los partidos dependían de los programas. Contaba también la organización. Con el colapso de los partidos, la unidad y la separación de estos dependen de criterios pragmáticos. Lo que se mantiene, sin embargo, es la diferenciación de campos entre la derecha y la izquierda. ¿Cuál es el criterio que los diferencia?. De acuerdo a Norberto Bobbio la separación de los campos entre la derecha y la izquierda es la justicia. Bobbio pensaba también que la ubicación precisa dentro de esos campos depende de la combinación entre la justicia y la libertad. El creía que “no hay libertad sin justicia social ni justicia social sin libertad". A la ultraderecha no le interesa ni la libertad ni la justicia: le interesa sólo el orden a palos. La centro-derecha enfatiza la libertad sobre la justicia. A la ultraizquierda sólo interesa la justicia aún a costa de la libertad. La izquierda enfatiza la justicia respetando la libertad. Se supone que la centro-izquierda equilibra ambos valores. Los que niegan la diferenciación de estos campos son generalmente de derecha.




¿De que dependen actualmente las alianzas?. Mi hipótesis es que las actuales alianzas (en la derecha y en la izquierda) dependen de la valla según la cual los partidos que sobreviven, luego del proceso electoral, son aquellos que superan el 5%. Las alianzas son las combis que permiten a los partidos pasar el puente y llegar al parlamento. La valla cuenta porque ayuda a superar la fragmentación de las organizaciones políticas. Mi hipótesis es que cuenta poco porque, pasado el proceso electoral, se produce de nuevo el rompanfilas. Pero algo es algo: La valla reduce temporalmente la fragmentación, baja los costos del elector, pero no ayuda a la gobernabilidad como esperaban sus diseñadores. Además de la valla, cuenta la calidad del líder que encabeza la alianza: capacidad de comunicación, carisma, experiencia exitosa de gobierno o de oposición a gobiernos corruptos, la confianza y la credibilidad. El buen líder es la locomotora que lleva a todos los vagones hasta el paradero del gobierno y el parlamento. En la nueva forma de representación personalizada de estos tiempos cuenta mucho la confianza que el candidato inspira a los electores.

La valla y la calidad del líder cuentan más para alianzas horizontales de los mal llamados partidos nacionales, pero cuentan menos para las alianzas verticales (líder nacional y movimientos regionales) en las que importa la calidad del líder, pero no la valla. ¿La formación de las planchas presidenciales se guían por algún criterio?. Se supone que la plancha perfila mejor el rostro del candidato para los electores y mejora, por tanto, su calidad frente a ellos. Eso depende de criterios subjetivos de los integrantes de la alianza y del candidato a la presidencia. Los integrantes de la plancha presidencial son símbolos, avisos e indicaciones que las alianzas quieren transmitir a los electores. La plancha de García en el 2006 que integraba a dos fujimoristas (un marino y una mujer), por ejemplo, era una invitación a los fujimoristas a votar por él y un anuncio de su futuro cogobierno. ¿Cuál es el significado de la actual plancha fujimorista? ¿Qué significa Rey en esa plancha?. Un personaje tan controvertido como él puede transmitir los sentidos más opuestos a los electores.

Por declaraciones de su coordinador general (Gustavo Guerra-García), nos enteramos que Fuerza Social ha añadido un tercer criterio para formar su Alianza con el MNI y con los fonavistas: aislar a Ollanta. Susana comparte el mismo objetivo, pero no está de acuerdo con la alianza con el MNI. Todo eso ha generado una crisis en la Alianza Fuerza Social. ¿En que terminará esa crisis?. Mi hipótesis es que la alianza se va a mantener por criterios pragmáticos de la valla, pese a la discrepancia en el objetivo de aislar a Ollanta por parte del MNI. Me sorprende que FS comparta el mismo objetivo de la derecha. Ya sabemos, por tanto, lo que va a pasar en la segunda vuelta.


Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://blog.pucp.edu.pe/item/119751/alianzas-y-planchas

13 dic. 2010


La corrupción de la democracia

por Ignacio Ramonet

 Malversación de fondos, manipulación de contratos públicos, fraude fiscal, blanqueo de capitales ilícitos… En la era de la globalización neoliberal, la corrupción ha alcanzado, a escala internacional, una dimensión estructural. En el actual marco de crisis, se corre el peligro de que la “armonía mafiosa” que rige en las principales fuerzas políticas acabe con la democracia y permita
el ascenso de la extrema derecha.
El “caso Bettencourt” que zarandea a Francia con su vendaval de arrestos, odios familiares, cheques ocultos, grabaciones furtivas, fechorías fiscales y donaciones ilegales al partido del presidente Nicolas Sarkozy está hundiendo al país en una profunda crisis moral.
Liliane Bettencourt, una de las mujeres más ricas del planeta, poseedora de una fortuna de 17.000 millones de euros y propietaria del imperio de cosméticos y perfumes L’Oréal, está en el epicentro de un alucinante culebrón devenido asunto de Estado. Unas conversaciones robadas en su domicilio revelaron que el ministro del Trabajo, Eric Woerth, usó de su influencia (cuando era ministro del Presupuesto, y por consiguiente responsable de la administración fiscal) para obtener que su esposa, Florence, fuese contratada por la multimillonaria –con un salario anual de 200.000 euros– para administrar su fortuna... De paso, Eric Woerth, que también era tesorero del partido del Presidente, percibió presuntamente donaciones de decenas de miles de euros (1) para financiar la campaña electoral de Sarkozy... A cambio, se sospecha que el ministro hizo la vista gorda sobre una parte del patrimonio oculto de la dueña de L’Oréal: por ejemplo, varias cuentas millonarias en Suiza y una isla en las Seychelles valorada en unos 500 millones de euros...


Este asunto, de por sí bochornoso, adquiere mayor morbo en la medida en que Eric Woerth es el encargado de conducir la dura reforma de las jubilaciones que castigará a millones de asalariados modestos. En un ambiente de fuertes tensiones sociales y de motines de desclasados en los ghettos urbanos, el “caso Bettencourt” está reactivando el viejo litigio entre las élites y el pueblo común. Según el filósofo Marcel Gauchet, “hoy en la sociedad se respira un clima de revuelta latente y se percibe un sentimiento de distancia radical hacia los cuadros dirigentes” (2).
Francia no es la única democracia carcomida por la corrupción de algunos políticos y por la permamente confusión que muchos de ellos mantienen entre cargos públicos y beneficios privados.
Está aún fresco en las memorias el escándalo de los abusos de los gastos parlamentarios a expensas de los contribuyentes ocurrido en el Reino Unido y que, junto con otras causas, provocó el descalabro de los laboristas en las elecciones del 6 de mayo pasado. O el de la Italia de Silvio Berlusconi en donde, casi veinte años después de la operación “mani pulite” que decapitó a gran parte de la clase política, la corrupción, a modo de metástasis, vuelve a extenderse ante la impotencia de una izquierda paralizada y sin ideas. El Tribunal de Cuentas italiano, en su último informe, establece que los delitos de corrupción activa de los funcionarios públicos aumentaron el año pasado en más de un 150% (3).
Y qué decir de España, agobiada por los múltiples casos de corrupción de cargos públicos asociados a los “señores del ladrillo” enriquecidos por las delirantes políticas urbanísticas. Sin hablar del esperpéntico “caso Gürtel” que sigue coleando.
A escala internacional, la corrupción alcanza hoy, en la era de la globalización neoliberal, una dimensión estructural. Su práctica se ha banalizado igual que otras formas de la criminalidad corruptora: malversación de fondos, manipulación de contratos públicos, abuso de bienes sociales, creación y financiación de empleos ficticios, fraude fiscal, blanqueo de capitales procedentes de actividades ilícitas, etc. Se confirma así que la corrupción es un pilar fundamental del capitalismo.
El ensayista Moisés Naím afirma que, en los próximos decenios, “las actividades de las redes ilícitas del tráfico global y sus socios del mundo ‘legítimo’, ya sea gubernamental o privado, tendrán muchísimo más impacto en las relaciones internacionales, las estrategias de desarrollo económico, la promoción de la democracia, los negocios, las finanzas, las migraciones, la seguridad global; en fin, en la guerra y la paz, que lo que hasta ahora ha sido comúnmente imaginado“ (4).
Según el Banco Mundial, los flujos de dinero procedentes de la corrupción, de actividades delictivas y de la evasión fiscal hacia los paraísos fiscales alcanza la astronómica suma de 1,6 billones de euros anuales en todo el planeta... De ese monto, unos 250.000 millones corresponden al fraude fiscal cometido anualmente en la sola Unión Europea. Reinyectados en la economía legal, esos millones permitirían evitar los actuales planes de austeridad y ajuste que tantos estragos sociales están causando.
Ningún dirigente debe olvidar que la democracia es esencialmente un proyecto ético, basado en la virtud y en un sistema de valores sociales y morales que dan sentido al ejercicio del poder. En su libro póstumo, de indispensable lectura, José Vidal-Beneyto afirma que cuando en una democracia, “las principales fuerzas políticas, en plena armonía mafiosa, se ponen de acuerdo para timar a los ciudadanos” se produce un descrédito de la democracia, una repulsa de la política, un aumento de la abstención y, más peligroso, una subida de la extrema derecha (5). Y concluye: “El gobierno se corrompe por la corrupción, y cuando hay corrupción en la democracia, la corrompida es la democracia”.


1 En Francia, la ley de financiamiento de los partidos políticos del 11-4-03, limita las donaciones de las personas físicas a 7.500 euros por año.
2 Le Monde, París, 18-7-10.
3 Clarín, Buenos Aires, 17-2-10.
4 Moisés Naím, Ilícito, Debate, Madrid, 2006.
5 José Vidal-Beneyto, La corrupción de la democracia, Catarata, Madrid, 2010.


Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://www.eldiplo.com.pe/la-corrupci%C3%B3n-de-la-democracia

11 dic. 2010


Más de dos siglos buscando la felicidad1

por Oswaldo de Rivero


En 1776 la Declaración de la Independencia de los Estados Unidos proclamó que un derecho inalienable del hombre es la búsqueda de la felicidad (the pursuit of happines). Durante mas de dos siglos esta búsqueda, se puede decir, que ha sido personal, pero desde hace unos años, se ha desarrollando por el mundo una creciente búsqueda de felicidad nacional, tan ansiosa, que tiene ya visos de irracionalidad.
Hoy están de moda los estudios y las encuestas sobre la felicidad nacional. Según los resultados de ellos, los ciudadanos de los países encuestados consideran que el factor más importante que les da felicidad es el goce de suficientes ingresos para satisfacer necesidades, que van mucho más allá de la satisfacción de sus necesidades básicas, como la alimentación, la vivienda o la salud. Se puede decir, que después de dos siglos, la felicidad en los paises se busca hoy a través del aumento de los ingresos personales para adquirir y consumir las nuevas necesidades creadas por el mercado y la publicidad. Todo lo cual configura un estilo de vida cuyo paradigma sigue siendo, a pesar de la crisis económica y ecológica global, el american way of live.
En todas los paises, incluyendo los en desarrollo, y ahora, en los ex comunistas, de Europa del Este, Rusia y la China, la gente para ser feliz quiere vivir la versión mas seductora del sueño americano, lo que yo he llamado “el modelo California”. En efecto, todo el mundo sueña vivir como un californiano, tener un auto, si se puede dos, comprar una casa nueva con jardín y piscina y vivir en suburbios de moda, pertenecer a un country club y además, con el tiempo, tener una casa de playa o en el campo para los fines de semana.

El Indicador de barbarie

Como todos los pueblos sueñan con vivir un estilo de vida feliz parecido al modelo California, todos los gobiernos lo prometen y lo buscan a través del crecimiento constante del Producto Bruto Interno (PBI). La mala noticia es que el PBI puede crecer pero el planeta no. En efecto, la Tierra le ha dicho no a una urbanización que se expande globalmente, como se expandieron las ciudades de California, plantando cemento, destruyendo tierras agrícolas, con patrones de consumo insostenibles, devorando insaciablemente agua, alimentos, petróleo, haciendo del contaminante motor de explosión el rey del transporte y lanzando a la atmósfera toneladas de C02 y otros gases que están cambiando peligrosamente el clima del planeta.
Si no se hace una drástica reducción de gases, de aquí a 2020, la temperatura de la Tierra subirá más de 2 grados y entonces todos los pobladores de la Tierra, incluyendo los californianos, tendrán que adaptase a vivir entre el último huracán y el siguiente ciclón, a frecuentes lluvias torrenciales y sequías, a la escasez de agua y la caída de la producción agrícola y encarecimiento de los alimentos por el derretimiento de los glaciales, y además, a fuertes y peligrosas inundaciones de grandes ciudades costeras y puertos debido al alza del nivel del mar.
Y, es por toda esta destrucción del medio ambiente, que el crecimiento del PBI, está dejando de ser un índice de felicidad y más bien ahora se le compara con el crecimiento autodestructivo de una célula cancerosa, que termina al final, por destruir el cuerpo donde vive. Sin duda, cuando las futuras generaciones estudien como contabilizamos como desarrollo y felicidad nacional un crecimiento económico que consistía en recalentar la atmósfera, derretir los glaciares, crear escasez de agua, alimentos y subir peligrosamente el nivel de los mares, clasificará al PBI como el más conspicuo indicador de nuestra barbarie.
La segunda mala noticia sobre PBI, como factor de felicidad nacional, es que su crecimiento no necesariamente incrementa suficientemente los ingresos de la mayoría de la población, tal como pasa hoy en el Perú y en casi 134 países en desarrollo, donde la renta per-capita promedio, en los últimos 48 anos (1960-2008), creció tan solo 2,3%, una tasa insuficiente para terminar con la pobreza nacional. Los dos premios noveles de economía Joseph Stiglitz y Paúl Krugman afirman que no existe una relación automática entre el crecimiento del PBI y el crecimiento de los ingresos de las personas. Ambos, ponen como ejemplo a su país, los Estados Unidos, donde el aumento del PBI desde 1990 solo ha favorecido al 10% de su población. De esta misma opinión es Informe World Factbook de la CIA.
Hoy se puede decir que ha comenzado el ocaso del PBI con la búsqueda de nuevos indicadores de felicidad nacional que ponen más énfasis en la calidad de vida que sobre el incremento de la producción y los ingresos. Entre ellos, ha surgido el Indicador de Riqueza Genuino (IRG) que sustrae del PBI los costos ecológicos y los problemas sociales como por ejemplo, la delincuencia, las condiciones caóticas trafico de las ciudades, el abandono de los niños, etc.
También, recientemente se ha creado el Índice del Planeta Feliz (IPF) donde una larga vida sin un impacto nocivo en la ecología del país, seria un índice de felicidad nacional superior al PBI y también al Desarrollo Humano. Por lo pronto, el pequeño Reino de Bhután ya lo está usando con el nombre de “Producto Bruto Nacional de Felicidad.” Por otro lado, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, ha creado una comisión liderada por el profesor Stiglizt, donde participa otros premios Nobel de economía, para establecer un indicador que mida comparativamente la calidad de la vida entre los países.

Happylogía

Las dudas fundadas sobre el PBI, como medida de felicidad de las naciones ha hecho surgir un tsunami de estudios y encuestas en los Estados Unidos y la Gran Bretaña sobre la felicidad nacional (the happiness of the nations) que están creando una suerte de nueva disciplina, que he llamado happylogía, y que intenta detectar los factores que hacen felices a la personas en los países. Esta happylogía vuelve a confirma que tener ingresos suficientes es importante para ser feliz, pero también lo es la estabilidad familiar, y ahora, sobre todo, la capacidad para adaptarse a la crisis económica.
En realidad la happylogía no se ocupa mucho de los países pobres, donde gran parte de la población está ya “adaptada” a vivir en la pobreza, sino de la población americana, británica y de otros países desarrollados que ha perdido empleos e ingresos, como resultado de la crisis. Según los happylogos americanos, lo que hace infeliz a los nuevos pobres en los Estados Unidos, no es la crisis en si misma, sino la incertidumbre sobre su futuro personal. Para ellos lo que necesitan estos infortunados es información sobre la crisis, ya que una vez que la tienen, les pasa la incertidumbre y comienzan a “adaptarse” y regresan así a los niveles anteriores de felicidad que tenían. Esta es una de las más curiosas conclusiones de los happylogos americanos porque da por hecho que las victimas de Wall Street son masoquistas, se vuelven felices adaptándose a la crisis, es decir, sufriendo.
Lo cierto es que, todos estos estudios y encuestas sobre la felicidad, destacan que la suficiencia o insuficiencia de los ingresos, para consumir más allá de las necesidades básicas, sigue siendo el factor determinante de la felicidad o la infelicidad de las personas y de las naciones. Todo esto demuestra que, en la actual sociedad moderna, la felicidad es adquirir y consumir lo que la publicidad ofrece en el mercado, que no poder hacerlo crea frustración y vuelve infeliz. Y es curioso que, este delirio materialista consumista que caracteriza la moderna sociedad urbana e industrializada, no sea visto como la causa principal de la infelicidad por los happylogos, sino mas bien, por los psicólogos y los psiquiatras.

Afluenza

En efecto, los psicólogos y psiquiatras tienen otra lectura de esta cultura adquisitiva. Ellos consideran que ganar mas para adquirir mas esta generando una neurosis, que el destacado psicólogo británico, Oliver James, llama: Afluenza, cuyo síndrome es un ansiedad permanente por tener mas y mejor, desde inmuebles, autos, pasando por todo tipo de objetos domésticos y personales, hasta mas grandes senos, menos arrugas y inclusive penes mas largos.
Este síndrome adquisitivo, según la psicología y la psiquiatría del consumo, hace que nos identifiquemos por lo que tenemos y por lo que aparentamos. Todo lo cual, termina por crear un vacío espiritual que se manifiesta en neurosis adquisitivas que son, cada vez más corrientes, en las sociedades afluentes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) en los países en desarrollo, debido a la mala distribución del ingreso, casi no existen enfermos de Afluenza como los países altamente desarrollados, en particular los anglosajones, donde el delirio adquisitivo y la compulsión por el shopping terminan en Prosac.
Todo esto muestra que lograr la felicidad, sobre todo la nacional es muy difícil, inclusive en los paises ricos. Y es por esto que Jean Paul Sastre advertía no buscar la felicidad dentro de grandes grupos, diciendo: “el infierno son los otros.” Y, no le faltaba razón, porque uno puede lograr ser feliz con uno mismo, también con cierto esfuerzo con su pareja, y con mayor dificultad con toda su familia, sobre todo si esta es grande. Pero lograr la felicidad de las naciones, donde hay millones de egos, es casi imposible, porque la felicidad de unos es siempre la infelicidad de otros. Solo tenemos que ver el fútbol y la política para comprobarlo.
Sin embargo, a pesar de esta dificultad en los Estado Unidos se insiste, hoy como nunca, en buscar la felicidad privada y nacional. Desde el año 2008 han proliferado más de 4000 libros sobre la felicidad con títulos como: Authentic Happiness, The Art of Happiness, The Happiness Hypothesis, Happiness Guide to Developing Life’s Most Important Skills, etc. También se organizan miles de seminarios, cursos y ahora estudios en más de 100 universidades. Thomas Jefferson jamás su hubiera imaginado que su hermosa frase: “the pursuit of happiness” provocaría una búsqueda de la felicidad publica que dura mas de dos siglos y todavía es elusiva.
Y ante tal angustiosa persecución cotidiana de la felicidad, yo me pregunto ¿por qué no dejar de buscarla, y mas bien pasar un buen rato todos los días?

1 Este artículo está basado en el próximo libro en inglés del autor: “The Myth of Development, Non viables Economies and the Crisis of Civilization” que se publicará por las editoriales Zedbook y Macmillan Publishers en Londres y Nueva York, respectivamente, en setiembre del 2010.
*Ex embajador del Perú en las Naciones
Unidas. Miembro del Consejo Editorial de
Le Monde diplomatique, edición peruana
Frida Kahlo. El abrazo del amor del universo. 1949

Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://www.eldiplo.com.pe/m%C3%A1s-de-dos-siglos-buscando-la-felicidad1

9 dic. 2010


Cómo hacer reverdecer el Sahel

por Joost R. Hiltermann
En Nigeria, cerca de la mitad de la población está amenazada por la hambruna; en Chad, la situación es crítica. Las grandes sequías y la reducción de la ayuda internacional explican en parte el desastre actual. Sin embargo, nuevas técnicas agrícolas han transformado ciertos espacios antes semi-desérticos en tierras más productivas. Se trata de experiencias limitadas pero que merecen ser seguidas con atención.

El sol se pone después de otra jornada de calor aplastante en Burkina Faso, África Occidental. Pero aquí, en la explotación de Yacouba Sawadogo, el aire es claramente más fresco. Portando un hacha pequeña sobre el hombro, este cultivador de barba gris recorre sus bosques y sus campos con la facilidad de un hombre mucho más joven.Sawadogo no sabe leer ni escribir pero no por eso deja de ser un pionero en materia de agroforestación, un enfoque basado en la integración de los árboles al sistema de producción agrícola. Esta técnica, que transformó en estos últimos años al Sahel occidental, constituye uno de los ejemplos más prometedores de la manera en que las poblaciones pobres pueden enfrentar el cambio climático.
Vestido con ropa de algodón oscuro y una boina blanca, Sawadogo se sienta cerca de las acacias y de los azufaifos que dan sombra a un cercado que encierra a una veintena de gallinas de Guinea. La parte principal de su explotación de 20 hectáreas, importante según los criterios locales, pertenece desde hace generaciones a su familia. Pero ésta la abandonó después de la terrible sequía de 1972-1984, cuando una disminución del 20% en el promedio de las precipitaciones anuales destruyó la producción de alimentos en el Sahel, transformó vastas extensiones de sabana en desierto y causó centenas de miles de muertos por hambre.
“La gente se encontró en una situación tan catastrófica que tuvo que cambiar su forma de pensar”, relata Sawadogo. Él mismo adecuó una técnica utilizada desde hacía siglos por los campesinos locales a los usos actuales: consiste en cavar zaï –en español, “hoyos”–, agujeros poco profundos, para concentrar las escasas lluvias en las raíces de los cultivos. Con el fin de captar una mayor cantidad de aguas pluviales, aumentó la dimensión de sus hoyos. Pero su mayor innovación fue agregarles estiércol durante la estación seca, una técnica que sus pares consideraron como un despilfarro.
Al concentrar en los hoyos el agua y la fertilidad, aumentó el rendimiento de sus cultivos. Pero no había previsto el resultado más importante: el crecimiento de árboles, provenientes de las semillas contenidas en el estiércol, que aparecieron en medio de sus surcos de mijo y sorgo. Después de varias estaciones se demostró que los árboles, que ya se alzaban a varios pies de altura (1), contribuían a incrementar el rendimiento de los cultivos, al mismo tiempo que fertilizaban el suelo. “Desde que aplico esta técnica de rehabilitación en una tierra degradada, mi familia está protegida de la inseguridad alimentaria, tanto en los años buenos como en los malos”, explica Sawadogo.
Los árboles y la productividad
La técnica agroforestal puesta a punto por Sawadogo ha llegado ya a vastos sectores de Burkina Faso así como a los vecinos Níger y Malí, y ha transformado centenares de miles de hectáreas semidesérticas en tierras más productivas. “Se trata, sin duda, de un cambio ecológico positivo de gran amplitud para el Sahel y tal vez para África en su conjunto”, estima Chris Reij, un geógrafo holandés que trabajó treinta años en la región.
Este método, en términos técnicos, lleva el nombre de “regeneración natural asistida” (RNA). Estudios científicos confirman las múltiples ventajas de la introducción de árboles en los cultivos para autoconsumo, porque protegen a los brotes nuevos del viento, contribuyen a mantener la humedad del suelo y su sombra preserva a los cultivos del calor. Las hojas que caen hacen las veces de capas de paja, aumentando así la fertilidad del suelo y brindando forraje para el ganado. En caso de hambruna, las personas pueden incluso alimentarse con las hojas de algunos árboles. “En el pasado, a veces los campesinos tenían que sembrar sus campos cuatro o cinco veces, porque el viento se llevaba las semillas –explica Reij, que recomienda el RNA con el celo de un misionero–. Los árboles hacen de pantalla y ayudan a fijar el suelo; ya no hace falta sembrar más de una vez”.
El zaï y otras técnicas para recoger las aguas pluviales también contribuyeron a reaprovisionar las napas subterráneas. “En los años 1980, el nivel de las napas freáticas bajaba alrededor de un metro anual –indica Reij–. Ese nivel, a pesar del crecimiento demográfico, aumentó cinco metros desde que se implantaron el RNA y las técnicas de recolección de las aguas.” En algunas zonas, se han medido hasta diecisiete metros de subida de las napas. Y hay estudios que muestran efectos de reaprovisionamiento similares en Níger.
Con el paso del tiempo, Sawagado adquirió una verdadera pasión por los árboles. Su explotación ahora se parece más a un bosque que a tierras de cultivo. “Al comienzo, mezclaba los árboles y los cultivos –nos relata–. Pero he terminado prefiriendo los árboles, porque ofrecen otras ventajas”. Se los puede explotar, tallando y vendiendo sus ramas cada año, sin contar sus efectos benéficos para el suelo, ya que facilitan el crecimiento de nuevos árboles: “Cuanto más árboles se tienen, tanto más importantes son los ingresos”.
Al aumentar su parque forestal, Sawadogo pudo vender madera para hacer fuego, para otros servicios y para construcción. Los árboles también entran en la farmacopea tradicional, lo que no deja de ser una ventaja importante en una región donde la asistencia médica moderna es escasa y onerosa.
Es necesario precisar sin embargo que estos campesinos no plantan árboles, como Wangri Maathai, la laureada militante que ganó el Premio Nobel, y su movimiento Cintura Verde, que incitaron a la población a hacerlo en Kenia; para ellos sería un asunto mucho más oneroso y arriesgado. Estos campesinos no hacen más que administrar y proteger los árboles que brotan espontáneamente. Estudios referidos al Sahel occidental revelan que el 80% de los árboles plantados mueren al cabo de un año o dos. Como contraste, los árboles que brotan naturalmente son especies endémicas, y por lo tanto más resistentes. Y está claro que no cuestan nada.
También en Malí los árboles brotan por todas partes en medio de los cultivos. En la muy pobre aldea de Sokoura, las casas están hechas de ramas recubiertas de barro; no hay agua ni electricidad; los niños llevan ropas sucias y desgarradas y muchos tienen el vientre distendido por la malnutrición. Sin embargo, según dicen los habitantes, la vida mejoró, en gran parte gracias a los árboles.
Oumar Guindo es propietario de seis hectáreas en las que cultiva mijo y sorgo. Hace diez años comenzó a escuchar los consejos de Sahel Eco, una organización anglo-malí que promueve la técnica agroforestal. Su tierra está hoy salpicada de árboles, algunos de hasta cinco metros, y han aumentado los recursos de agua. De vuelta en la aldea, muestra los graneros rectangulares que, como las casas, están hechos de trozos de madera recubiertos de barro. Todos ellos encierran sustanciales provisiones de mijo: la seguridad alimentaria está asegurada hasta la próxima cosecha e incluso por más tiempo. “Antes –dice un campesino–, la mayoría de las familias no disponían de un granero para cada una. Ahora tienen tres o cuatro, aunque sus tierras no son más extensas. También tenemos más ganado.”
Para lograr este resultado, los gobiernos procedieron, por su parte, a tomar decisiones importantes. Salif Guindo (sin ninguna relación con Oumar), un agricultor de la aldea malí de Endé, relata cómo los lugareños resucitaron una antigua asociación de campesinos, denominada Barahogon, que había alentado durante generaciones la gestión de los árboles, hasta que fue abandonada cuando se volvió ilegal cortar madera. El gobierno colonial francés (1898-1960) declaró en un primer momento que todos los árboles eran propiedad del Estado, lo que le permitía vender los derechos de corte a los leñadores. Arreglos del mismo tipo continuaron después de la Independencia. Los campesinos que eran encontrados podando o cortando árboles eran castigados. Debido a eso, arrancaban los brotes para evitarse problemas posteriores. La prosecución de estas prácticas durante varias generaciones desnudó el suelo y lo fue secando cada vez más.
Al comienzo de los años 1990, el gobierno malí, sensible tal vez al hecho de que los campesinos encolerizados por los malos tratos sufridos mataron a agentes forestales, votó una ley otorgando a los agricultores la propiedad de los árboles que se encontraban en sus tierras. Sin embargo, los interesados recién tuvieron conocimiento de la ley cuando Sahel Eco organizó una campaña de información. Después de esa campaña, el RNA se expandió rápidamente. “En Níger –explica Toni Rinaudo, un agrónomo y misionero australiano– recién comenzó después de que las autoridades suspendieron las reglamentaciones que prohibían la tala de árboles porque, para hacer brotar árboles, los agricultores deben tener también el derecho a cortarlos…”.
Un arma económica
El esquema es idéntico en su conjunto en el Sahel occidental: el RNA se propagó principalmente por sí mismo, de cultivador a cultivador y de aldea en aldea, a medida que las personas veían los resultados con sus propios ojos. Gracias a la agroforestación, ahora es posible discernir, a partir de fotos satelitales analizadas por el Instituto de Investigación Geológico de Estados Unidos (US Geological Survey), la frontera entre Níger y Nigeria. Del lado de Níger se descubre una abundante cobertura leñosa; del lado de Nigeria, donde los vastos proyectos de plantación de árboles fracasaron estrepitosamente, el suelo está prácticamente desnudo.
Cuando los promotores del RNA, como Reij y Rinaudo, vieron en 2008 esas imágenes, sufrieron un shock: no se imaginaban que tantos campesinos habían hecho crecer tantos árboles. Al reunir los hechos, puestos en evidencia por las imágenes satelitales y el resultado de encuestas realizadas en el terreno, Reij estimó que sólo en Níger, los agricultores hicieron crecer 200 millones de árboles y rehabilitaron alrededor de 3.125 km2 de tierras degradadas.
Los últimos datos tienden a indicar que las regiones que, al sur del país, practican las técnicas agroforestales, son las que resisten mejor la actual sequía. Reij señala que los árboles también brindan un arma económica para enfrentarla: en 2005, durante la anterior sequía, la madera cortada y vendida les permitió a los campesinos procurarse el dinero para comprar cereales.
El RNA –un saber gratuito–, no supone ninguna dependencia de cualquier ayuda externa. Por eso, explica Reij, es tan diferente del modelo de desarrollo de las Aldeas del Milenio promovido por Jeffrey Sachs, el muy influyente director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia. Este proyecto prevé suministrar a las aldeas lo que se considera como paquetes de servicios integrados necesarios para el desarrollo: semillas y abonos modernos, perforaciones para tener agua propia y clínicas. “Esta visión de una solución al hambre en África es seductora –dice Reij–. El problema es que no funciona. El proyecto de las Aldeas del Milenio requiere una inversión importante en cada aldea, al igual que ayuda externa durante varios años, lo que no parece representar una solución duradera. Resulta difícil creer que el mundo exterior va a suministrar los miles de millones de dólares necesarios para crear decenas de Aldeas del Milenio en África”. Efectivamente, la ayuda extranjera se agotó después de la crisis financiera de 2008.
Sin embargo, los actores externos tienen un papel que cumplir: pueden financiar, a muy bajo costo, la posibilidad de compartir la información que, en su origen, permitió al RNA extenderse con tal eficacia en Sahel occidental. Aunque los campesinos fueron los primeros en dedicarse a hacer valer sus ventajas ante sus pares, recibieron una ayuda muy importante de parte de un puñado de militantes y de ONG como las de Rinaudo, Reij y Sahel Eco. Estos últimos esperan difundir el RNA en otros países africanos, gracias a las “Iniciativas de Reverdecimiento del África”, asegura Reij, que compartió esta idea con el Presidente de Etiopía.
Pero hay medidas que siguen siendo indispensables para tratar de detener el recalentamiento climático que hace del Sahel un lugar tan inhóspito. Porque toda forma de adaptación tiene sus límites: si no se reduce la cantidad de gases de efecto invernadero emitidos a la atmósfera, el aumento de las temperaturas doblegará a las ideas más ingeniosas.


1 Un pie equivale a unos 30 centímetros.

Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://www.eldiplo.com.pe/c%C3%B3mo-hacer-reverdecer-el-sahel

8 dic. 2010

Discurso Mario Vargas Llosa primera parte



Hacemos historia, ya era hora y veamos el desarrollo integral de nuestros pueblos y la justicia social que tanto nos hace falta....

Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_

Discurso Mario Vargas Llosa segunda parte



Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_

7 dic. 2010


La derrota de los Tigres hunde a los tamiles

por Cédric Gouverneur
 El pasado mes de junio el gobierno de Sri Lanka impedía el arribo al país de una delegación de expertos de las Naciones Unidas encargados de investigar las violaciones a los derechos humanos cometidas durante 2009, cuando el ejército derrotó definitivamente a los Tigres de Liberación del Eelam Tamil (LTTE). Mientras el presidente Mahinda Rajapaksa consolida su poder, la minoría tamil siente como propia la derrota de los Tigres y teme ser colonizada por la mayoría cingalesa budista.
A medida que caían los bastiones de los independentistas Tigres de Liberación Tamil (LTTE, en inglés), a partir de marzo de 2008, el gobierno esrilanqués internó en campos a los tamiles que vivían bajo la férula de la guerrilla, o sea cerca de 300.000 civiles. El complejo de campos de Menik Farm, en el distrito de Vavuniya, en el norte del país, detuvo hasta 228.000 personas. Diez meses después de la derrota de los Tigres, 70.000 refugiados se encuentran todavía detrás de los alambrados de púas, esperando la autorización para volver a sus ciudades. El ejército nos deja visitar uno de esos campos, llamado “poblado transitorio de bienestar”.
En la entrada, un retrato de seis metros de alto del presidente Mahinda Rajapaksa, con el brazo levantado en un gesto de victoria, domina las filas de barracas. El comandante del campo justifica la detención en masa de los tamiles: “Fue necesario separar a los terroristas de la población civil que habían tomado como rehén… Es verdad que la repatriación toma su tiempo. Pero no se puede volver a mandar a la gente a sus casas antes de una desminación satisfactoria”. Las escasas organizaciones no gubernamentales (ONG) autorizadas a actuar en esos campos relativizan sin embargo la dureza de las condiciones de vida: “El ejército fue desbordado por el número de civiles que vivían con los Tigres: cerca de 300.000, cuando pensaban que tendrían que administrar a 100.000”, asegura un humanitario occidental. Y aclara: “A pesar de todo, en el momento de las reuniones de coordinación entre agencias de Naciones Unidas, ONG y suboficiales, parecía que los militares hacían lo máximo. En comparación, he visto campos de refugiados de Naciones Unidas más caóticos”. Opera el principio, discriminatorio, de internar en masa a civiles en razón de su origen étnico: jamás Colombo hubiera infligido la misma suerte a los cingaleses.
Acompañados por un mayor y por dos tamiles evidentemente encargados de informar sobre nuestras conversaciones, recorremos el vasto campo: centro de atención, escuelas, tiendas, bancos y oficinas de correo deben atenuar la privación de la libertad. En ocasiones los internados se benefician con permisos de salidas temporarias. Después de meses de sobrevivir al fuego de los combates, nuestros interlocutores parecen casi aliviados: lo más duro ya pasó. Están vivos, alimentados, cuidados y se aprestan a reconstruir su vida. Sin embargo, la visita guiada escapa a su encuadre cuando un grupo se enoja, bajo la mirada hostil de dos “mouchards” [peyorativamente, “policías”]: “Estamos hartos. ¿Cuánto tiempo tendremos que estar aquí? En casa, nuestros bienes fueron saqueados. ¿Por qué nosotros todavía estamos aquí mientras que a otros los liberan? ¿Según qué criterios? ¿Y qué hacen Naciones Unidas?” Además, ahora que la campaña de las elecciones legislativas está en su apogeo, deploran la falta de democracia en los campos: “Únicamente los candidatos que sostienen al Presidente tienen el derecho de venir aquí”.
Los hombres jóvenes escasean en Menik Farm: muchos están encarcelados como sospechosos de pertenecer a los LTTE. Colombo retiene así entre 11.000 y 13.000 supuestos guerrilleros. “Se los clasifica según su grado de implicación”, nos explica Rajiva Wijesinha, antiguo secretario de Estado y pariente del Presidente. “Alrededor de mil o algo más serán llevados ante la justicia”, promete. La mayoría de los Tigres se entregaron y los otros fueron denunciados por tamiles disgustados por los excesos de los rebeldes: aun cuando la derrota era ineluctable, “reclutaban hasta dos hijos por familia”, atestiguan algunos sobrevivientes. “Incluso abrieron fuego sobre gente que trataba de huir hacia zonas controladas por el ejército.” No lejos de Menik Farm visitamos un centro de detención y de rehabilitación de ex niños-soldados: bajo el cuidado del ejército, y con la ayuda de profesores tamiles de los alrededores, niños y niñas aprenden un oficio después de años en el frente. Shivanesh tenía 13 años cuando los LTTE lo reclutaron a la fuerza: “Yo maté soldados, y fui herido”, cuenta este adolescente de 17 años de mirada apagada, marcado por las cicatrices. “En mi batallón –prosigue– casi no había más que chicos. Cuando el ejército nos encerró, cuando mataron a nuestros jefes, nos rendimos todos.” Shivanesh no lamenta su rendición: “Los Tigres me robaron mi vida: me arrancaron de mi familia, me prohibieron la escuela, me enseñaron a matar. El ejército me enseña un oficio y autoriza a mis padres a visitarme. Ahora aprendo informática. Pronto, voy a volver a casa y reencontrar a mi familia”.
Triunfalismo ofensivo
Los esfuerzos de Colombo para rehabilitar a estos jóvenes parecen loables, pero sólo conciernen a una minoría de niños-soldados. Además, una fuente independiente –autorizada a visitar a los detenidos LTTE– deplora la falta de información: “El gobierno no provee ninguna lista de nombres. Mantienen a las familias en la ignorancia: nadie sabe con precisión quién está detenido, ni dónde, ni por qué motivo. En un país donde las ejecuciones sumarias son corrientes, uno se inquieta”. Tanto más cuanto que se le rechaza al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) su acceso a los prisioneros.
Más al norte se extiende la región de Vanni, controlada por los Tigres durante dos décadas y recuperada por el ejército en 2009. Desde entonces, los militares la tienen totalmente bloqueada y hasta ahora, los medios extranjeros son mantenidos a distancia. La ruta A9 que atraviesa la región está jalonada de bunkers cada cien metros. Las inmediaciones fueron arrasadas para evitar eventuales emboscadas. Aquí y allá un cartel con una calavera señala la presencia de minas. Por todas partes hay militares armados. Los escasos civiles viven generalmente bajo carpas, no muy lejos de sus casas en ruinas.
Compartimos la ruta con decenas de ómnibus de turistas cingaleses incitados por el gobierno a visitar el Norte, durante tanto tiempo inaccesible. Kilinochchi, antigua “capital” de los Tigres donde la guerrilla estableció los “Ministerios” de su proto-Estado dictatorial (1), está irreconocible: no quedó en pie ningún edificio. Hasta la torre de agua sucumbió a los combates: hoy, esta obra imponente, tumbada sobre su flanco, acribillada por esquirlas de obuses, es ametrallada por turistas cingaleses provistos de cámaras fotográficas. Bonzos y familias posan delante de ese espectáculo de desolación, después vuelven a subir a sus micros adornados con banderas esrilanquesas y carteles glorificadores del Presidente y de su “ejército de héroes”. Además de un monumento a los muertos, el único edificio nuevo de Kilinochchi es un templo budista, que los militares se apuraron a construir en detrimento de la población tamil, hindú o cristiana.
Ese triunfalismo exaspera a los tamiles recién liberados de Menik Farm, quienes, enlutados, sin novedades de sus familiares, viven de la ayuda internacional: “Hemos vivido el infierno, y ellos vienen a burlarse”, se lamenta Nayan. Este familiar de los Tigres es un sobreviviente de la ofensiva final, cerca de Mullaitivu, donde el ejército bombardeó sin descanso a los LTTE y a los miles de civiles a quienes empujaban delante de ellos. “Los Tigres lucharon hasta el último cartucho. Y después mordieron la cápsula de cianuro que colgaba de su cuello. Llovían obuses. Mi madre murió bajo mis ojos y yo mismo fui herido”, precisa mostrando sus grandes cicatrices en el brazo y en la pantorrilla. “Reconozco que después de los bombardeos, el ejército se comportó bastante correctamente con los civiles: quieren ganar los corazones y las mentes”, continúa. Aunque no logra atenuar sus convicciones: “Yo viví años bajo el gobierno de los Tigres. Me sentía muy bien. Había orden, trabajo, servicios sociales, justicia social”. Como muchos de los simpatizantes de los LTTE, Nayan no puede admitir el deceso de su líder, Vellupilai Prabhakaran, confirmado, sin embargo, por pruebas genéticas: “La televisión mostró el cuerpo de un bigotudo que se le parece”. Él piensa que los Tigres “se replegaron”: “Teníamos cinco helicópteros, treinta y cinco cañones de largo alcance. ¿Dónde están? Los LTTE se esconden, van a reaparecer”, quiere creer.
Saboreando la victoria
A la inversa, la mayoría de los cingaleses saborean la victoria, aliviados de no vivir ya en el temor de los atentados suicidas. Y pese a no confesarlo mantienen a menudo relaciones cordiales –profesionales o amistosas– con sus conciudadanos tamiles y reducen el conflicto a una “guerra contra el terrorismo”: bombardeados por los medios, estiman sinceramente que el ejército liberó a los tamiles del dominio de una organización criminal. La derrota de los Tigres cierra el debate: la isla va por fin a vivir en paz y armonía, atrayendo inversores y turistas después de un paréntesis de un cuarto de siglo. La isla aspira a que lleguen 2,5 millones de turistas para 2016, o sea cinco veces más que hoy. Los grupos hoteleros han echado el ojo especialmente a la espléndida bahía de Trincomalee, antiguo feudo de los LTTE (2)… Visión optimista que olvida que el irredentismo tamil no debutó con las bombas de los LTTE, sino tres décadas antes, desde las medidas discriminatorias tomadas por Colombo contra la minoría (3). Y los alambrados de Menik Farm reafirman en los tamiles el sentimiento de ser tratados como ciudadanos de segunda. No obstante el totalitarismo de los Tigres, las exacciones y los niños-soldados, muchos de ellos experimentan todavía sentimientos ambiguos: “La gente me dice: ‘al menos, con los Tigres, teníamos una voz’”, refiere Shanti Satchithanandam, directora de la ONG Tamil Viluthu (“Hacia adelante”), a pesar de haber sido, ella misma, víctima de los Tigres: “Las personas tenían la impresión de que los LTTE, aun con fallas, luchaban en nombre de ellas. Su derrota las ha dejado en estado de shock y sin palabras.”
La ironía quiere que los LTTE, al matar metódicamente a todo político tamil capaz de competir con ellos, contribuyeran al actual vacío de representación. La Alianza Nacional Tamil (TNA), partido político ostensiblemente cercano a los Tigres, colapsó. Sin lugar a dudas, muchas personalidades destacadas se habían afiliado a este partido sólo para sustraerse a las balas de los LTTE. Así recuperaron su autonomía y se presentaron bajo diferentes fórmulas a las elecciones legislativas, a veces, incluso, con el apoyo de Colombo, feliz de dividir a los tamiles. La TNA, incapaz de admitir la nueva situación, sueña todavía, en su manifiesto político, con una “estructura federal para el Norte y el Este” que el león cingalés, vencedor, no piensa conceder. “Nuestras ambiciones son modestas”, reconoce Mavay Senathiraja, candidato de la TNA. “Vamos a negociar con Colombo y tratar de obtener el apoyo de la comunidad internacional vía la movilización de la diáspora (4). Si nuestra demanda no da resultado, lanzaremos una campaña de desobediencia civil”, declara, en una patética confesión de impotencia.
“Los tamiles ya no tienen esperanza”, analiza un viejo militante. “Si yo fuera más joven, me exiliaría. Treinta años de lucha política [desde la década de 1950 hasta principios de la de 1980] han fracasado. Treinta años de lucha armada acaban de fracasar. Las negociaciones no sirvieron para nada, la confrontación tampoco. Hay que resignarse a vivir en un país budista cingalés, bajo ocupación militar, pues el ejército está instalado en el Norte y en el Este por mucho tiempo. Mire Jaffna: la ciudad cayó hace más de veinte años, y siempre patrulla en las calles la misma cantidad de soldados.”
En el extremo norte de la isla, la península de Jaffna constituye una zona de alta seguridad (HSZ) desde su toma por el ejército en 1996. En la entrada de la capital histórica de los tamiles de Sri Lanka, entre dos bunkers erizados de ametralladoras, hay un inmenso cartel en inglés: “Un país, una nación”. Jaffna, que fue tomada y vuelta a tomar por los LTTE, por grupos tamiles rivales, por el cuerpo expedicionario indio (1987-1990), por el ejército, está en ruinas desde los años 1990. Ninguna obra indica principio alguno de reconstrucción. “La situación mejora –insinúa un funcionario de Naciones Unidas–. El toque de queda fue levantado, los pescadores tienen de nuevo el derecho de salir al mar, hay menos controles de identidad.” Pero en la península todavía se respira el miedo: además de estar dividida en zonas militares, Jaffna está bajo el dominio del Partido Democrático del Pueblo de Eelam (EPDP), una milicia tamil que se unió a Colombo en 1987. En la última fase del conflicto, entre 2006 y 2009, un número indeterminado de personas –cientos, según los defensores de los derechos humanos– fueron asesinadas o “desaparecieron”. “Parece que el EPDP hubiera buscado vengarse de los LTTE”, desliza una fuente gubernamental. El jefe de la organización, el ministro Douglas Devananda, tiene razones para odiar a los Tigres: escapó a trece atentados. Y aunque no pudieron alcanzarlo a él, los LTTE abatieron a su compañera.
Aun cuando el último crimen atribuido a milicianos progubernamentales data de fines de 2008, nadie se atreve a responder a nuestras preguntas. Únicamente el obispo católico tamil, monseñor Thomas Sandernayan –evidentemente protegido por su estatus social– acepta declarar: “En agosto de 2006, el padre Jim Brown desapareció, con su chofer, en la isla de Kayts, a lo largo de Jaffna”. Poco tiempo antes, un oficial había amenazado de muerte al cura tamil, acusándolo de complicidad con la guerrilla. “Exigimos una investigación. Pero los investigadores enviados por Colombo no hablan tamil. Y los militares se niegan a cooperar.”
A lo largo de la isla de Kayts, miles de turistas cingaleses se juntan en la islita de Nainativu: van de peregrinaje al templo de Nagadipa, sitio al que habría llegado el propio Buda. Los Fusileros Marinos ayudan a los peregrinos a trepar en barcos sobrecargados, y reaniman a los afectados por el calor agobiante. Un oficial se felicita: “Ayer, recibimos a 10.500 personas”. Un “venerable” en vestimenta naranja que llegó del sur del país se alegra: “Los terroristas tamiles destruyeron este templo.
El ejército acaba de reconstruirlo. Por fin, después de todos estos años, el budismo volvió a estas tierras”. Hay que saber que muchos bonzos esrilanqueses se sitúan políticamente en la extrema derecha y consideran que el país sólo pertenece a los cingaleses budistas. Varios monjes candidatos a las elecciones legislativas posaron con soldados en los afiches electorales. En ese contexto, los tamiles, tanto hindúes como cristianos, viven la afluencia de peregrinos budistas a Nainativu como una veleidad “colonial”.
Colonización cingalesa
Esta percepción de una colonización rampante se palpa también en el Este del país, donde se codean –y se enfrentan a veces– cingaleses, tamiles y una minoría musulmana (el 7% de los insulares). En el distrito de Ampara, a miles de campesinos musulmanes se les confiscaron sus tierras bajo pretexto de “excavaciones arqueológicas”. Según Myown Mustaffa, ex ministro de Educación Superior, la apropiación de tierras por parte de sus correligionarios está “orquestada en las altas esferas por extremistas budistas que se infiltran en el entorno presidencial”. Farid, un viejo campesino, cuenta sus sinsabores: “Unos bonzos enterraron una estela en mis campos y después me dijeron que estos eran un sitio histórico, que yo ya no tenía el derecho de tocarlos”. Desde entonces son campos baldíos: Farid sabe que la fuerza pública está del lado de los monjes. Aquí como en el Norte, el Estado de Derecho es una abstracción: las fuerzas del orden están secundadas por los fuertes brazos de la “facción Karuna”, ex jefe regional de los LTTE, que desertó en 2004. En recompensa, a Vinayagamoorthy Muralidharan, llamado “Karuna”, se le otorgó, como a Devananda, un puesto ministerial (5).
En Colombo no existen paramilitares tamiles para reducir al silencio a los opositores, sino “white vans”: camionetas blancas, no matriculadas, que pasan sin dificultad los controles policiales y secuestran de noche a los que molestan. Un diseñador gráfico, Prageeth Eklanigoda, “desapareció” a la salida de su oficina, el 24 de enero de 2010. El 8 de enero del año anterior, Lasantha Wickrematunge, editor general del Sunday Leader, de notas editoriales críticas, fue abatido en plena calle. “Mataron a Lasantha, primo del ex presidente Kumaratunga, en pleno día, delante de testigos”, suspira un intelectual tamil. “Desde entonces sabemos que pueden matar a cualquiera”. Humanistas, abogados, periodistas reciben amenazas de muerte porque se los califica de traidores, de secuaces de los Tigres. “Aquí, los periodistas son libres de ejercer –ironiza Than Balasingam, director del diario tamil Thinakkural (“La voz cotidiana”)–. Pero los asesinos de periodistas son también libres de ejercer.”
Desde su reelección, el 26 de enero, Rajapaksa acentúa su influencia sobre los opositores y los medios independientes. Su adversario desafortunado en la elección presidencial, el ex jefe del Estado Mayor Sarath Fonseka, está preso desde febrero y fue presentado ante una corte marcial. Un encarnizamiento que deja pasmada a la población (que, sin embargo, no tiene ilusiones sobre las convicciones democráticas de Fonseka): “El Presidente acusaba a Fonseka de preparar un golpe de Estado”, afirma un defensor de los derechos humanos amenazado de muerte. “Pero él mismo efectuó ese golpe de Estado”, acusa al ver la omnipresencia de los militares tanto como la omnipotencia de Gotabhaya Rajapaksa, el temible ministro de Defensa y hermano del Presidente.
El Presidente triunfó allí donde todos sus predecesores fracasaron: erradicó a los LTTE, una de las guerrillas más temibles del mundo. Este éxito se explica especialmente por la ayuda de China, preocupada por aliarse a Sri Lanka, situada en el trayecto de su aprovisionamiento de petróleo, frente al gran rival indio. Inquieto por esta alianza entre Beijing y Colombo, Washington habría apoyado bajo cuerda la candidatura a la elección presidencial del general Fonseka.
Según muchos observadores, la falta de consideración por los derechos humanos fue una clave de la victoria. Convencida de que los LTTE no parlamentarían más que para ganar tiempo, Nueva Delhi terminó por apoyar esta guerra total –aunque discretamente, a causa de la fuerte población tamil india (6)–. Dado que los ataques naxalitas se intensifican en India –75 policías muertos en una emboscada en Chhattisgarh el 6 de abril; 148 víctimas civiles en el sabotaje a un tren en Bengala Occidental el 28 de mayo–, Colombo ahora propone su “peritaje” contrainsurreccional a su vecino grande (7).
El régimen de Rajapaksa empuja el triunfalismo hasta la caricatura. Testimonio de ello es el nuevo billete de 1.000 rupias, que en el anverso representa al Presidente y, en el reverso, a soldados plantando la bandera nacional, según el ejemplo de los marines estadounidenses en Iwo Jima en 1945. Este fervor no augura una reconciliación: “Los cingaleses ahora consideran el Norte como un territorio conquistado”, explica Jehan Perera, intelectual cingalés. “Durante el conflicto, tenían miedo de los Tigres. En el momento de cese del fuego, se había establecido una relación de igualdad entre cingaleses y tamiles. Allí se está instaurando una relación de dominación entre vencedores y vencidos.”
No está considerada ninguna concesión política: “El consejo de la provincia oriental finge”, deplora Somasundram Pushparajah, diputado tamil independiente, también amenazado de muerte. “Si el gobierno diera prerrogativas reales a las provincias, el problema étnico estaría resuelto”. La Presidencia estima que la reconstrucción de las zonas de conflicto bastará para contentar a la minoría. Ahora bien, constata el obispo de Jaffna, “los tamiles no aceptarán jamás un desarrollo económico centralizado, conducido por Colombo, sobre el cual no tendrían ninguna influencia”. Tanto más cuanto que el hombre a cargo del programa de reconstrucción no es otro sino Basil Rajapaksa, otro hermano del Presidente…
La derrota de los Tigres “abría la posibilidad de una democracia pluralista, respetuosa de los derechos de cada uno –concluye Jehan Perera–. Pero nosotros tomamos el camino inverso: la vía malaya. La de un régimen autoritario, de una democracia restringida, donde los derechos estarán subordinados al desarrollo económico”.


1 Cédric Gouverneur, “El Estado en gestación de los Tigres tamiles”, Le Monde diplomatique, ed. Cono Sur, Buenos Aires, febrero de 2004.
2 “Thalassa”, France 3, 2-4-10.
3 Eric Paul Meyer, “Ressorts du séparatisme tamoul au Sri Lanka”, Le Monde diplomatique, París, abril de 2007 y Sri Lanka: entre particularisme et mondialisation, La Documentation française, París, 2001.
4 Más de 1,5 millones de tamiles viven exiliados, especialmente en el norte de Europa y en Canadá. Por sus contribuciones –voluntarias o forzadas– la diáspora aseguraba la autonomía financiera de los LTTE.
5 Anuradha Herath, “The Saga of Colonel Karuna”, The Huffington Post, julio de 2009 .
6 “Lessons from the war en Sri Lanka”, Indian Defence Review, septiembre de 2009.
7 Cédric Gouverneur, “La guerrilla naxalita en India”, Le Monde diplomatique, ed. Cono Sur, Bs. As., diciembre de 2007

Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://www.eldiplo.com.pe/la-derrota-de-los-tigres-hunde-los-tamiles