30 may. 2010

JAJAJAJAJAJA, CREDIBILIDAD SRS, CREDIBILIDAD JAJAJAJA, Kouri encabeza ahora la lista de candidatos por los que la gente definitivamente no votaría,

LO QUE CONSIGUE BARBA

Escrito por: Jose Alejandro Godoy en Uncategorized
José Barba Caballero no solo ha logrado que Jaime Bayly se vaya de su partido - y quiera formar el suyo - sino que ha conseguido que los usualmente antitéticos Augusto Álvarez Rodrich y Aldo Mariátegui terminen complementando sus columnas de estos días en torno a su “alquiler de vientre político” a Alex Kouri.
Aldo M escribió esto el miércoles:
No tengo la menor duda de que esos casi 6 puntos que pierde Kouri en la encuesta CPI que presentamos hoy se deben en mucho a los ataques de Jaime Bayly a su candidatura. Mientras Lourdes se mantiene casi igual (perder dos puntos entra en lo estadístico), Kouri decrece y otras preguntas revelan que su alianza con Cambio Radical -la que Bayly vapuleó tanto- fue lo que lo ha derretido, especialmente en el A/B, sector donde su intención de voto es muy magra (18%) y se concentra el rechazo (casi 37%).
Mientras que AAR pinta la cancha un poco más fino:
Barba se ha convertido, por su estilo estridentemente amoral, en un Rey Midas al revés, que destruye lo que toca. Jaime Bayly, que sabe –como pocos– oler e intuir las tendencias de la opinión pública, se bajó de la combi Cambio Radical de Barba, quien es, además, un ‘mata rating’ de primera, lo cual se constata en las mediciones por minuto del rating de los canales. En una de ellas, hace poco, se trajo a la mitad del rating con el que empezó su entrevista en un programa de televisión.
Pero si Bayly se bajó al toque de este Titanic llamado Cambio Radical, Kouri sigue en el bote, aunque ahora con seis puntos menos que hace quince días. No solo está su caída reciente sino, también, el hecho de que en la misma encuesta de CPI, Kouri encabeza ahora la lista de candidatos por los que la gente definitivamente no votaría, con el 24.6% de total, casi tres puntos más que el mes anterior.
Efectivamente, como dice Carlín en su dibujo de hoy, el negocio está en el peaje. Hasta ahora, es de 6 puntos en las encuestas.Barba se los está cobrando con creces. Y a este paso, 3 programas más de Bayly y Lay puede pasar a ser segundo.
Por lo pronto, en el entorno de Kouri dicen no estar preocupados, pero yo que ellos comenzaría a revisar algunas alianzas. Aunque claro, subir a alguien como Barba al barco es congruente con el equipo de campaña del ex alcalde chalaco o con los medios que lo apoyan. ¿Morirán en su ley?
(Caricatura: Carlín para La República)
Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://www.desdeeltercerpiso.com/2010/05/lo-que-consigue-barba/

29 may. 2010

La humanidad esta perdiendo su Autosuficiencia, y no hay otro culpables que el sistema Capitalista Neoliberal, que soo se debe a los interese transnacionales de unos cuantos interes Economicos clasistas conocidos por todos.

Se han roto las compuertas globales «y estamos como a principios del XIX, cuando la industrialización rompió las estructuras y empobreció a los hogares. A los ricos les permite viajar sobre la ola global, pero alcanza a todos: a los pobres la globalización va a visitarlos a su pueblo igual, porque nadie es autosuficiente: un día llega a verte y te informa de que ya no hay trabajo, ni mercado para lo que haces».
El sociólogo más inquisitivo de la última década, pipa y escepticismo en ristre, ante su casita de profesor jubilado en Leeds .
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BAUMAN:" HOY TODO ES GLOBAL MENOS LA POLITICA". EL MIEDO AL MIEDO.
 
El Modelo Alemán.
Zygmunt Bauman, el teórico de “La vida líquida” y premio Príncipe de Asturias con Alain Touraine, habla sobre la nueva sociedad asustada

Zygmunt Bauman, el teórico de «La vida líquida» y Premio Príncipe de Asturias, habla a ABC sobre la sociedad asustada
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ABC.es. Viernes 28 de mayo del 2010.

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Eran las tres de la tarde en su casita de jubilado de Leeds y el profesor de sociología más de moda de la última década aguardaba, pipa en mano, en la puerta del jardín: «Temía que se perdiera». El hombre postmoderno teme siempre perderse, como esa imagen de Bauman, del patinador que no puede parar porque presiente ya el crujir del hielo bajo sus pies: «Nuestros padres estaban seguros, nosotros caminamos sobre hielo fino». La tormenta anímica que asola al mundo occidental es un motivo granado para mil cuestiones, pero estos apenas pueden ser los enunciados:

Una globalización mejor es posible porque «hay dos tipos: la negativa actual, que es la globalización de todas las fuerzas que no obedecen a la ley: terroristas, traficantes, corredores de bolsa. Realmente ningún estado en el mundo puede decir que tiene controlados los asuntos del mundo. Luego está la positiva, que apenas todavía no ha empezado».

Europa como comunidad inacabada «ha sido distinta que América: aquí unos están en casa y otros vienen, son invitados o tolerados, allí todos llegaron iguales. Como en la Europa abierta del siglo XVII y XVIII, a la que volvemos ahora con la fluidez de fronteras de Schengen».

¿La identidad? «Es algo que Vd y a todos nos la dicen de pequeños, nos informan de qué somos y qué no podemos ser».

El problema de las mayorías y minorías nacionales «no tiene una solución política sino de respeto. En democracia es muy difícil casar dos tipos de principios, el actual de las mayorías y el cultural de las minorías. En Francia, la educación o la cárcel te informaba de lo que eras, en España no había escuela para eso. Pero sólo separando a la persona del territorio, como antes, se puede ser un polaco en Inglaterra».

Se han roto las compuertas globales «y estamos como a principios del XIX, cuando la industrialización rompió las estructuras y empobreció a los hogares. A los ricos les permite viajar sobre la ola global, pero alcanza a todos: a los pobres la globalización va a visitarlos a su pueblo igual, porque nadie es autosuficiente: un día llega a verte y te informa de que ya no hay trabajo, ni mercado para lo que haces».

Vivimos en las ciudades del miedo «rodeados de inmigrantes a los que mueven las mismas fuerzas, que ellos tampoco controlan. Incluso si lográsemos echar a los inmigrantes, no serviría de nada pues las fábricas se irían donde fueran ellos. Ya somos todos dependientes el uno del otro, pero sin ningún control sistemático: El futuro económico de Europa depende de cosas que pasan lejos de ella».

Estamos en un período transitorio «en el camino hacia un nuevo tipo de integración social, como el conseguido en el siglo XX, y que espero que será conseguido algun día».

El amor también transita «pues para crear una relación necesitas el consentimiento de dos, pero para romperlo solo hace falta uno. Y, con la emancipación de la mujer, parte del proceso general de individualización de intereses, ahora hay dos a romper: la consecuencia es una debilitación de relaciones».

Nadamos como podemos «en una sociedad líquida. Si en la familia tradiconal te casabas para siempre y se acababa el miedo, ahora tenemos más libertad, pero mucha inseguridad y las familias soportan una grave crisis: los ninos tienen muchos abuelos y ninguno».

La pareja da miedo pues «es un buen ejemplo de esta ambivalencia. En este estado líquido, necesitas alguien con quien contar, pero una pareja te impide moverte y te asusta perder oportunidades: la gente ansía pero no quiere una familia».

Queremos controlarlo todo para ser libres lo cual «es antiliberal y antidemocrático: si yo controlo tú no controlas. Pero nos da seguridad poder prever. Algunos eligen el fundamentalismo e hipotecan su libertad, para ser liberados de responsabilidad. Hobbes elige la libertad total, que es sucia y brutal y por tanto cuesta un precio. Surfear entre ambos extremos es creativo, pero también acongojante».

Urgen leyes supranacionales pues «de la ruptura del esquema hogar/manutención de la revolución industrial, logramos sobrevivir prohibiendo el trabajo infantil, estableciendo salarios mínimos y un sistema social. Pero en el nivel nacional. Aún no hemos empezado ni a pensar en hacerlo en el plano internacional. Piense que hoy todo es global, menos la política».

El desafío político más complejo «que ya no veré, será volver a casar el poder con la política, que se han divorciado. El poder se ha hecho abstracto y trasnacional, pero la politica sigue jugándose en el campo del estado».

Aunque los estados a la vez se diluyan «siempre harán falta semáforos y comisarías de policía. Lo difícil es cómo introducir representación política a un nivel superior que el propio estado. Hay acuerdos supranacionales, como en medio ambiente, pero quien no lo firma, aunque sea el más contaminante como EEUU y China, está exento de cumplir. Apenas sólo el poder de la prensa está por encima».

Aristóteles en nuestro parlamento «no llamaría a esto democracia, la suya estaba pensada para instituciones antiguas. Y la actual no está pensada para un mundo globalizado, así que, si no se inventa una global para instituciones globales, no será democracia».

¿Cómo es una democracia global? «yo entreveo un nuevo tipo de instituciones supranacionales, pero no sé cómo hacerlo. Me recuerda a la Revolución Francesa, que sabían lo que querían pero no el cómo llegar. Hicieron falta guerras y experimentos y retrocesos para llegar a la ‘liberté et fraternité’».

¿Y la ONU y los acuerdos de gobierno global? «No hay tal: quien no firma un tratado puede violarlo. Mire la cuestión ecológica: Los dos paises mas contaminantes, EEUU y China, no firman y ¿los demás qué pueden hacer con sus programas? No hay ninguna institución, ninguna autoridad efectiva, quitando a lo mejor a los periodistas, que pueda hacer presión».

No hay valores pero sí grandes declaraciones que «es hipocresía barata: un 79% de los británicos dicen que salvar el planeta es lo mas importante, pero ninguno dice estar dispuesto a hacer algo. Utilizamos el clásico discurso de los valores, pero vacío, porque antes se sabía que requerían compromiso pero hoy nadie quiere un sacrificio».

Europa puede no ser ya referencia «sino más bien el asilo del mundo. Tenemos colonias, una colección de territorios separados, en los que hemos intentado introducir principios democráticos. Pero no creo que una mera colección de países demócratas hacen un planeta demócrata: Hay un paso importante entre lo nacional y lo global: Ése va a ser el desafío más grande, tal vez mortal, de esta generación».

Estados Unidos, en cambio, «es hoy en día el país más poderoso y, como tal, tiende ha convertir cualquier problema en un problema militar».

Sobre el pesimismo: «Los optimistas son quienes se contentan pensando que esto es todo lo que hay. A mí me llaman pesimista, pero no, estos creen que realmente los optimistas tienen razón. Yo, en cambio, creo que el mundo puede aún ser mejor».

El sociólogo más inquisitivo de la última década, pipa y escepticismo en ristre, ante su casita de profesor jubilado en Leeds


LEEDS. Bauman es una de las personas realmente interesantes con las que pasar hoy una tarde hablando y la presente tormenta anímica occidental es un motivo granado.

Por ahorrar la pretensión de pregunta, y así el espacio al teórico de esta "vida líquida" en que parece ahogarse la sociedad, bastará con enunciar de qué me habló hace meses en su casita de profesor jubilado en Leeds.
Sobre el estado nacional "es difícil conjugar en una democracia dos tipos de principios, el actual de las mayorías y el cultural de las minorías. Sólo separando a la persona del territorio, en otro tiempo, se puede ser un polaco en Inglaterra"

Europa como comunidad inacabada "Europa ha sido distinta que América, aquí unos están en casa y otros vienen, son invitados o tolerados, allí todos llegaron iguales. Como en la Europa abierta del siglo XVII y XVIII, a la que volvemos ahora con la fluidez de fronteras de Schengen".
La globalización "tiene aspectos positivos, pero en estos momentos estamos como a principios del XIX, cuando la industrialización rompió todos los estandares y empobreció a los hogares".

Urgen leyes supranacionales pues "de la ruptura del esquema hogar/manutención de la revolución industrial, logramos sobrevivir prohibiendo el trabajo infantil, estableciendo salarios mínimos y un sistema social. Pero en el nivel nacional. Aún no hemos empezado ni a pensar en hacerlo en el plano internacional. Piense que hoy todo es global, menos la política"
El desafío político más complejo "que ya no veré, será volver a casar el poder con la política, que se han divorciado. El poder se ha hecho abstracto y trasnacional, pero la politica sigue jugándose en el campo del estado.

Aunque los estados a la vez se diluyan "siempre harán falta semáforos y comisarías de policía. Lo difícil es cómo introducir representación política a un nivel superior que el propio estado. Hay acuerdos supranacionales, como en medio ambiente, pero quien no lo firma, aunque sea el más contaminante como EEUU y China, está exento de cumplir. Apenas sólo el poder de la prensa está por encima.
Europa puede no ser ya referencia "sino más bien el asilo del mundo... No se si una simple colección de paises demócratas hacen un planeta demócrata.
Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://pabloraulfernandez.blogspot.com/2010/05/bauman-hoy-todo-es-global-menos-la.html

28 may. 2010

Los Maestros Touraine y Bauman y su gran legado a la comunidad sociológica del mundo y a la humanidad

Los sociólogos Touraine y Bauman, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación.

Dos grandes y respetados MAESTROS de la Sociología son reconocidos con el Premio " Príncipe de Asturias" a la Comunicación. Sus trabajos de investigación y la publicación de cerca de 50 libros constituyen la base central de sus teorías en las Ciencias Sociales y las Ciencias Políticas: Los Movimientos Sociales y la Modernidad Líquida, nos brindan lo más extraordinario de sus conocimientos y dejan un gran legado a la comunidad sociológica del mundo y a la humanidad en su conjunto. Sus raíces están centradas en el Socialismo, aunque en sus años de senectud fundaron propuestas variadas y muy complejas, pero muy respetables. Nuestro saludo y reconocimiento a los Maestros Touraine y Bauman.
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Los sociólogos Touraine y Bauman, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación.

Madridpress.com Última actualización 27/05/2010.


Los sociólogos Alain Touraine y Zygmunt Bauman, "creadores de instrumentos conceptuales singularmente valiosos para entender el cambiante y acelerado mundo en el que vivimos", han obtenido el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010.

Esta candidatura conjunta se ha impuesto en la última votación al otro finalista de este galardón, el ejecutivo japonés Shigeru Miyamoto, considerado el padre del videojuego moderno.

Touraine (Hermanville-sur-Mer, 1925) se dio a conocer por desarrollar el término sociedad postindustrial y por sus análisis del movimiento social, mientras que Bauman (Poznan, 1925), que acuñó el término "modernidad líquida", ha centrado sus investigaciones en la estratificación social y en el movimiento obrero.
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El acta del jurado destaca que ambos sociólogos son representantes de "la más brillante tradición intelectual del pensamiento europeo" y que han creado, independientemente el uno del otro, instrumentos conceptuales singularmente valiosos "para entender el cambiante y acelerado mundo en el que vivimos".

Touraine, historiador y sociólogo, es autor de trabajos fundamentales sobre la sociedad postindustrial que han permitido entender e interpretar el "sentido profundo de las grandes transformaciones de nuestra época, ofreciendo a la vez una reflexión continua y enriquecedora acerca de los problemas derivados de una convivencia necesaria por encima de las diferencias humanas".

De Bauman, de origen polaco y nacionalidad británica, sociólogo y profesor universitario en distintos países, el acta del jurado destaca su estudio "a fondo la condición social del hombre postmoderno en un mundo inestable y de valores perecederos".En su decisivo análisis de esta realidad, Bauman ha acuñado el término de "modernidad líquida", "agudamente desarrollado en su obra homónima", destaca el fallo, que ha dado a conocer el presidente del jurado, el catedrático Manuel Olivencia.

El galardón, dotado con 50.000 euros y la reproducción de una estatuilla diseñada por Joan Miró, es el tercero que se falla este año tras los de Artes, que fue para el escultor estadounidense Richard Serra, y Ciencias Sociales, que recayó en el equipo arqueológico de los Guerreros y Caballos de Terracota de Xian.

En ediciones anteriores el galardón recayó, entre otros, en Hans Magnus Enzensberger, George Steiner, Umberto Eco, Jean Daniel, National Geographic, las revistas Science y Nature, Google y la Universidad Nacional Autónoma de México, que lo obtuvo en 2009.
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Los sociólogos Touraine y Bauman, Premio Príncipe de Asturias de Comunicación.


ABC:- Jueves , 27-05-10 a las 18 : 40
Los sociólogos Alain Touraine y Zygmunt Bauman, de forma conjunta, se han alzado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010. Competían en la recta final de este galardón, al que se han presentado 23 candidaturas de 13 países diferentes, con el japonés Shigeru Miyamoto, considerado el padre de los videojuegos modernos.
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Alain Touraine (Hermanville-sur-Mer, Calvados, 1925), uno de los patriarcas de la sociología del trabajo, en Francia, publicó en 1980 un ensayo titulado L’Après-socialisme (El Postsocialismo), proclamando el fin del mesianismo socialista. Su hija, Marisol, diputada socialista, lo convenció de no insistir en esa vía.Esa paradoja, aparente ilumina toda la obra de Touraine, que comenzó con un estudio clásico sobre la evolución del trabajo en las fábricas Renault (1945) y concluyó provisionalmente con libro destinado a «dar ideas» a la izquierda socialista (2008).

Entre ese medio siglo largo, Touraine ha publicado cerca de cincuenta libros, entre la sociología de la acción y pensamiento filosófico del trabajo sindical. Hasta 1980, cuando la unión de la izquierda se aprestaba a tomar el poder en Francia y Touraine ya estaba desencantado de casi todos los socialismos conocidos, el sociólogo trabajó esencialmente en el análisis de las condiciones de trabajo, en Chile y las Américas, Francia y Europa.

A partir de los años 70 del siglo XX, Touraine comienza a explorar otros terrenos de análisis: nuevos movimientos sociales (estudiantes de Mayo del 68, movimientos ecologistas y feministas). Para terminar analizando e intentando comprender las distintas crisis sociales y económicas de los últimos treinta años.

Raymond Aron contó en sus memorias su simpatía crítica hacia Touraine y sus reservas intelectuales hacia un sociólogo siempre tentado por la filosofía y el pensamiento, más líricos y menos científicos. Touraine había deseado que fuese precisamente Aron quien “dirigiese” su tesis doctoral (ya escrita). Y la relación entre los dos grandes maestros, si no fue fácil se percibe hoy como una encrucijada de los estudios sociológicos franceses.

El último Touraine, el de los últimos veinte años, ha seguido abierto a las evoluciones y metamorfosis de las sociedades americanas (su gran “debilidad”: en Chile descubrió su ciencia y el amor) y europeas (donde él comenzó a roturar los terrenos y debates abiertos con la irrupción de nuevos campos sociales, como el Islam francés y europeo). Al mismo tiempo, sus trabajos sobre los nuevos mundos de las mujeres, o las nuevas sociedades laicas, se enmarcan en un horizonte europeo, cuando nuestra civilización está agrietando las antiguas fronteras estatales, que el mismo Touraine comenzó a explorar estudiando la historia paralela de nuestra civilización industrial y la historia general del trabajo.

Por su parte, su homólogo polaco de origen judío Zygmunt Bauman (Poznan, 1925) ha centrado sus investigaciones en la estratificación social y en el movimiento obrero, así como en la naturaleza de la modernidad y la supuesta conexión de ésta y el Holocausto.

Miyamoto (Kyoto, Japón, 1952), el otro finalista, graduado en Arte y Diseño Industrial por la Universidad de Kanazawa, es actualmente director administrativo general del Área de Entretenimiento, Análisis y Desarrollo de Nintendo, compañía de la que forma parte desde 1977, y de la que también es el máximo responsable del Área Recreativa y de Desarrollo de Productos.El galardón, dotado con 50.000 euros y la reproducción de una estatuilla diseñada por Joan Miró, es el tercero que se falla este año tras los de Artes, que fue para el escultor estadounidense Richard Serra, y Ciencias Sociales, que recayó en el equipo arqueológico de los Guerreros y Caballos de Terracota de Xian.

En ediciones anteriores el galardón recayó, entre otros, en Hans Magnus Enzensberger, George Steiner, Umberto Eco, Jean Daniel, National Geographic, las revistas Science y Nature,
Google y la Universidad Nacional Autónoma de México, que lo obtuvo en 2009.
Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://pabloraulfernandez.blogspot.com/2010/05/los-sociologos-touraine-y-bauman-premio.html

27 may. 2010

¿Cuan cierto es esta proposion?: Se dirá que la renuncia a la movilización de los capitales extranjeros y la orientación prioritaria del ahorro nacional hacia los títulos públicos reactivarán fatalmente el efecto de evicción (7). En realidad no hay nada de eso, ya que la tasa de ahorro francesa es tan elevada que permite cubrir fácilmente las necesidades de financiación del Estado “dejando”, al mismo tiempo, para el sector privado. Por otra parte, según la hipótesis que aquí contemplamos, las empresas permanecerían perfectamente libres de ir a financiarse en los mercados internacionales.

Empezar la desmundialización financiera

Jue, 05/20/2010 Por Frédéric Lordon*
Cómo someter las decisiones económicas al debate político

Los inversores extranjeros –entre los cuales, en primer lugar, figuran los bancos franceses y alemanes– poseen el 70% de la deuda griega. Una situación que coloca la política del país bajo la tutela de las instituciones financieras, y que podría extenderse a España, Italia o Portugal. Sin embargo, existe un medio de asegurar la soberanía de la deliberación política: renacionalizar la deuda. 
Conforme a la lógica eterna de los falsos debates, el tumulto de comentarios suscitados por la crisis griega tuvo gran cuidado en mantener estanca la separación entre las preguntas que podían plantearse (inofensivas) y aquellas que no podían plantearse (más molestas). En particular, la pregunta sobre los modos de encarar la financiación del déficit público. Se trata de una cuestión que los tratados europeos se esfuerzan por declarar clausurada: esta financiación se hará exclusivamente sobre los mercados de capitales, bajo la tutela de los inversores internacionales, y de ningún otro modo. Sin embargo, la simple observación de los daños que surgen de la exposición de las finanzas públicas griegas a los mercados obligacionistas podría despertar algún interés por explorar soluciones menos desastrosas, como por ejemplo el recurso a la financiación monetaria del déficit (1).
Dicha observación también podría invitar a analizar el caso singular de Japón, un país tan enormemente endeudado… que quedó fuera de la crónica de las crisis de deuda soberana. Pues si se presta atención a la deuda griega, su saldo pendiente (270 mil millones de euros, es decir el 113% de su Producto Interno Bruto (PIB) en 2009, el 130% previsto para 2010) parece uno de los más modestos comparado con el de la deuda japonesa, cuyo coeficiente alcanzaría los 200 puntos de PIB en 2010, récord indiscutible entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). ¿Cómo se comprende que el poseedor de la deuda pública más importante del mundo, afectado además por la solvencia aparente más degradada (si se la mide por su relación con el PIB), siga siendo ignorado por los inversores internacionales?
La simplísima respuesta es la siguiente: porque los inversores internacionales no son los suscriptores de la deuda pública japonesa, que en cambio poseen –en más de un 95%– los ahorristas nacionales. Exactamente a la inversa de Estados Unidos, Japón fija para los hogares una tasa de ahorro abultada, que alcanza ampliamente para cubrir las necesidades de financiación del Estado y, más aun, de las empresas. Por eso los mercados no son solicitados por la deuda pública japonesa –que se las arregla muy bien sin ellos– ni, por consiguiente, tienen la posibilidad de someter la política económica de Japón a sus absurdas normas. Para que los mercados pudieran tener injerencia en esta materia, deberían disponer del instrumento, a saber, los títulos de la deuda. Sin posesión no hay intromisión.
Para el que quiera entenderla, la crisis griega, alumbrada a la desconcertante luz del caso japonés, ofrece la oportunidad de volver sobre la propia lógica de la desregulación financiera internacional, que no debe mucho a los prodigios de la teoría económica estándar –siempre a mano para prometer el oro y el moro, crecimiento y empleo, cuando se habla de desregulación–, sino que ha sido llevada por intereses sólidos. A partir de mediados de los años ochenta, en efecto, Estados Unidos se vio confrontado al siguiente dilema: ¿cómo financiar el déficit (exterior y presupuestario) cuando no hay más ahorro nacional? (2) Muy simple: trayendo el ahorro de los países que sí tienen. Es decir, en esa época (y, por otra parte, hoy también), Japón y Alemania y, en lo sucesivo, China. La desregulación financiera es, pues, la respuesta estratégica que consiste en instalar las estructuras de circulación internacional de capitales que permitan que la economía estadounidense no tenga que completar el circuito ahorro-inversión en su espacio nacional.
Digamos muy claramente que, inconscientes de lo que los esperaba luego, un buen número de otros países no pudieron resistirse a los encantos circulatorios de la desregulación financiera internacional. Porque, debido a la disminución de crecimiento sobrevenida en la década de 1970, los déficits que hay que financiar se convirtieron en el problema endémico de la inmensa mayoría de las economías del Norte. Entre ellas, Francia concibió muy explícitamente su propia desregulación, en un principio al servicio de la financiación no monetaria de su déficit presupuestario (3). Sin embargo, al precipitarse sobre el genial hallazgo del reciclaje internacional del ahorro, ninguno de esos países tardó en descubrir las sujeciones que el sistema tiene como contrapartida. Porque, en la relación entre deudores y acreedores, las estructuras de los mercados de capitales liberalizados inclinan la relación de fuerzas a favor de los segundos. Y los Estados descubren progresivamente que pedir prestado a los mercados es someterse al veredicto de los mercados.
Ahora bien, si ese veredicto fuese esclarecido, sería sólo un mal menor. Pero no lo es, y sobre todo no puede serlo (4). Desde la imposición de tasas de inflación tan bajas como sea posible hasta la sanción de cualquier deriva del déficit presupuestario –incluso la mejor fundada– pasando por la prohibición de su financiación monetaria y la sacralización del modelo de banco central independiente, es bastante fácil advertir la amplitud de las renuncias de política económica que la tutela de los mercados implica.
Ocurre que la limitación “en régimen” se convierte en pesadilla durante una situación de crisis, porque la desconfianza de los inversores se traduce en ventas de los títulos de la deuda pública y una consecuente subida de los tipos de interés, es decir del costo de financiación de los Estados. El aumento de tensión financiera que se produce puede llegar a imponer costos exorbitantes a los presupuestos públicos, como hoy observan dolorosamente los griegos. Como resultado, los arrebatos colectivos que se cristalizan en torno a la hipótesis de un default soberano se llevan a la masa de operadores en una dirección que tiene todos los rasgos de la doctrina normalizadora de los mercados, y que vuelve el encauzamiento de la política económica aún más cruel; alcanza con ver la amplitud de los sacrificios que los inversores exigen a Grecia, muy a corto plazo, para recobrar una aparente calma. Y esos sacrificios tienen como único límite el estar acompañados por compromisos europeos para prevenir cualquier default… 

La solución japonesa 


Precisamente es en ese punto donde el caso de Japón podría resultar instructivo. Para librarse del poder de prestamistas abusivos… hay que cambiar de prestamistas. Eso es lo que Japón tuvo el buen tino de hacer; mejor dicho, tuvo el buen tino de no efectuar el primer cambio, aquél que lanzó a la inmensa mayoría de los demás Estados a las garras de inversores, cuya entrada a los mercados domésticos se vio facilitada por las estructuras de los mercados desregulados, y que obtuvieron de ellas todo el poder de coerción sobre las políticas económicas locales. A contramano de la ideología de la mundialización que hace la apología de la supresión de todas las fronteras –especialmente de las que podrían oponerse a los movimientos de capitales–, el caso japonés, al menos en materia de endeudamiento del Estado, ofrece el ejemplo de una configuración no sólo viable sino además dotada de propiedades bastante buenas.
No debe inferirse de ello que la solución japonesa representa la medida infalible que permitiría a las deudas públicas ser financiadas sin límite y fuera de toda restricción –a 200 puntos de PIB, no es imposible que también Japón algún día se tope con una dificultad–, pero al menos deberá reconocérsele la capacidad de haber llevado un alto nivel de deuda soberana en excelentes condiciones de estabilidad. Tampoco debe omitirse la serie de condiciones anexas que, además de la posesión residente, hicieron posible la hazaña, particularmente el trabajo coordinado de los poderes públicos y las instituciones de recaudación de ahorro familiar. Por un compromiso típico de los modos japoneses, el sistema bancario y las cajas de pensiones activamente “jugaron el juego”, es decir, orientaron masivamente los activos de los hogares hacia los títulos de la deuda pública. Los ahorristas no tuvieron quejas: desde hace dos décadas, el mercado de las acciones está dañado, y sus rendimientos son de lo más modestos. En cuanto a la política monetaria de tasas casi nulas, lo cierto es que tuvo beneficios de niveles muy bajos, al lado de los cuales los pequeños porcentajes ofrecidos por los títulos públicos son simplemente magníficos.
De cualquier manera, el caso japonés brinda la ocasión de redescubrir que en materia de asignación del ahorro, los propios ahorristas no son nada, y que todo el poder desemboca en los intermediarios, es decir en los recaudadores institucionales que juegan para ellos. Pero lo más sorprendente está en el hecho de que este poder a veces puede no ser ejercido para peor, ya que, al contrario de sus colegas occidentales –a quienes les gusta jugar el juego del arbitraje cortoplacista y desplazar frenéticamente sus capitales de una clase de activos a otro y de un país a otro, en busca de no desaprovechar ni el menor diferencial de rentabilidad–, los inversores institucionales japoneses “fijaron” una parte importante del ahorro de sus mandantes en los títulos públicos, cuyas condiciones de financiación se revelaron entonces de una gran regularidad y sobre todo sustraídas a todas las aceleraciones especulativas que desestabilizan periódicamente los títulos soberanos de otros países.
No hay que buscar más lejos las condiciones de posibilidad de la gran tranquilidad que hasta ahora ha acompañado el crecimiento impresionante del nivel de la deuda pública japonesa… y que podría permitirnos, si no hacer lo mismo –¡porque 200 puntos de PIB no es un objetivo deseable en sí!–, al menos distender la temible restricción que pesa sobre el endeudamiento público justo cuando es más necesario: en el corazón de la recesión.
Así  pues, no hay treinta y seis elecciones posibles… ¡pero sí que las hay! Una es someterse a las órdenes terminantes de los inversores internacionales, que limitan el volumen bruto de la deuda pública y las condiciones en las cuales es contraída. Otra posibilidad, bajo la hipótesis (sin duda discutible) (5) de que se desea permanecer en el registro de la financiación obligacionista pura, es optar por la nacionalización mayoritaria de la financiación del déficit organizando la asignación masiva de los ahorros nacionales (evidentemente para los países que, como Francia, disponen de ellos) en los títulos del Estado. Como los recaudadores de ahorro franceses tomaron hace tiempo otra dirección, y como parece difícil que se plieguen espontáneamente a un compromiso como el japonés, habrá que someterse a la coerción de reglas limitantes a minima, en particular obligando reglamentariamente a los inversores nacionales a asignar una parte de sus deudas en curso a los títulos de la deuda pública; en todo caso, una parte suficiente para que dicha deuda esté casi totalmente cubierta por suscripciones nacionales.
Bien considerado, hay allí una fórmula con bastantes ventajas y pocos inconvenientes. En primer lugar, los títulos del Estado ofrecen una remuneración de ahorro razonable, superior al de las libretas (pero sujeta al pago de impuestos) sin caer en la extravagancia (ya que en general los bonos del Tesoro constituyen el activo llamado “sin riesgo” y funcionan como piso de la jerarquía de los tipos de interés). En segundo lugar, desviar el ahorro de las acciones probablemente sea uno de los mejores servicios que se le pueden proveer al propio ahorro –pues se lo protege de las regulares quiebras bursátiles que afligen a los accionistas minoritarios–, pero también a la comunidad, ya que el “ahorro-acciones” (6), económicamente dispensable, no deja de ser el instrumento mismo del poder accionario y de las limitaciones que pesan sobre el salariado.
Se dirá  que la renuncia a la movilización de los capitales extranjeros y la orientación prioritaria del ahorro nacional hacia los títulos públicos reactivarán fatalmente el efecto de evicción (7). En realidad no hay nada de eso, ya que la tasa de ahorro francesa es tan elevada que permite cubrir fácilmente las necesidades de financiación del Estado “dejando”, al mismo tiempo, para el sector privado. Por otra parte, según la hipótesis que aquí contemplamos, las empresas permanecerían perfectamente libres de ir a financiarse en los mercados internacionales. 

Volver al marco nacional 


Digamos, sin embargo, las cosas como son: se trata en efecto de un sistema de contribución forzada. No contribución instantánea directa –cuyo nombre es impuesto–, sino contribución indirecta vía la financiación temporal del déficit público… ¡y contribución remunerada! Se han visto forzamientos más dolorosos. El paralelo entre ambos modos de contribución, por lo demás, ofrece la ocasión de recordar que una de las vías de resolución del problema, sistemáticamente apartada, no de la financiación del déficit sino del déficit mismo, consistiría en volver sobre la serie de las exenciones de impuestos para nunca acabar (8).
Pero la desmundialización de la financiación de los déficits tendría sobre todo un mérito inmenso cuyo sentido se volvió casi totalmente ajeno al criterio de los economistas (ortodoxos): un mérito político y democrático. Renacionalizar la cuestión de la financiación equivale a expulsar al tercero (los inversores internacionales) y a volver a integrar dicha cuestión en el contrato social nacional, ofreciendo la posibilidad de someter de nuevo al cuerpo político mismo el arbitraje de los conflictos que necesariamente induce esta cuestión. Como tan bien lo mostraron Bruno Tinel y Franck Van de Velde (9), el conflicto generacional oportunamente planteado sobre el modo quejoso de “la deuda que vamos a legarles a nuestros niños” tiene por función principal enmascarar el conflicto fundamental –y perfectamente contemporáneo– entre los menos ricos que, mediante sus impuestos, pagan el servicio de la deuda cuyos títulos detentan los más ricos.
Los mismos términos de esta redistribución instantánea de los contribuyentes comunes hacia los poseedores de patrimonios financieros son determinados por los funcionamientos de los mercados de capitales, que por consiguiente escapan totalmente de cualquier deliberación soberana –recordemos, además, que el servicio de la deuda ocupa el segundo puesto presupuestario, justo detrás de la educación nacional, una bicoca… y sobre todo un agujero negro en la soberanía política, cuya expresión financiera por excelencia es el presupuesto estatal–. ¿Qué tasa de interés debe tener la deuda pública, y cuál debe ser el importe de estas transferencias? He aquí una cuestión que debe zanjar sin duda el cuerpo político. Pero esto sólo es posible si la enorme mayoría de los poseedores de títulos de la deuda pública son los mismos ciudadanos del país. Es decir, si es posible organizar en el perímetro de la soberanía la confrontación de los intereses antagonistas de acreedores y deudores.
Entonces –pero solamente entonces–, de la misma manera en que los candidatos al ejercicio del poder someten al pueblo sus elecciones fiscales, podrían someterle sus elecciones financieras. Una tasa demasiado elevada y el gasto de la deuda, por un efecto de evicción del que se habla menos, por fuerza llevará al abandono de gastos públicos útiles. Con una tasa demasiado baja, los ahorristas se verán perjudicados con una remuneración insuficiente. Si es demasiado baja, también, la fuerza de advertencia sobre el endeudamiento público ya no será lo bastante poderosa, y con el tiempo representará una amenaza de pérdida de solvencia y de exposición de los patrimonios de los acreedores. Con una tasa demasiado elevada, las transferencias a los más ricos caerán en la anti redistribución abusiva, etc.
Entre todos estos efectos contradictorios, es el cuerpo político, en sus fracciones diversas, quien debe decidir, y nadie más que él. En todo caso, ciertamente no los inversores internacionales que, aunque conducidos únicamente por sus intereses de acreedores y perfectamente ajenos a la comunidad política, están en condiciones de imponerle algunas de las decisiones más pesadas de su vida colectiva.
Como ahora se volvió evidente, la principal urgencia de la doctrina liberal fue declarar el espacio nacional perimido y promover las transformaciones estructurales (desregulación de todo tipo) que pudieran introducir esta afirmación en la realidad. La historia de los siglos XIX y XX dio bastantes razones para desconfiar de la hipertrofia del principio nacional que lleva el nombre de “nacionalismo” y que sin embargo no produjo ningún diseño operativo alternativo de la soberanía política. Es por eso que, destruyendo la idea de nación, el liberalismo destruye al mismo tiempo la de soberanía, cuidándose –marca de su hipocresía perfecta– de evitar toda reconstrucción de soberanía a escalas territoriales ampliadas. Porque la idea de nación soberana podría perfectamente extenderse más allá de los conjuntos territoriales y culturales donde nació, para abrazar conjuntos compuestos de otro modo, pero coherentes por la puesta en común de un destino, precisamente eso que llamamos soberanía (una extensión del término por la cual se volvería claro que soberanía y nación son de hecho una misma cosa, y que la una no es más que otro nombre para la otra).
Pero que estos conjuntos constituidos en cuerpos políticos deliberen, fijen sus reglas y las hagan aplicar, eso es lo que el neoliberalismo quiere evitar por todos los medios. Lo dejamos hacer mucho hasta ahora, y la cuestión es saber hasta dónde dejaremos que siga. Si se nos permite acudir de nuevo a la historia reciente, verdaderamente habría motivos para desconfiar de los movimientos de reconstitución violenta de las soberanías cuando éstas han sido demasiado agredidas, porque la soberanía también puede adquirir las formas más aborrecibles. Ahora bien: no podemos excluir de plano que, tras dos décadas de erosión y de agresión continuas, comenzamos a acercarnos peligrosamente a esos puntos críticos. Por eso la idea de una reconquista ordenada ofrece una perspectiva política que podría ser interesante, y quizá hasta urgente.
Tiene por supuesto el inconveniente, en un primer momento, de tener toda la apariencia del nostalgismo para despertar otra vez la idea de nación ridiculizada por el neoliberalismo y por todos aquellos que, en la izquierda, encuentran útil ofrecerle su ayuda, aun al precio de ese reduccionismo que la concibe en sentido estrecho y siempre separada de su correlato esencial: la soberanía. Sería bueno que algún día toda esta buena gente diga si, en su afán de enviar la nación al basural de la historia, también quiere dejar allí la idea de soberanía.
A mediano plazo, en todo caso, es posible preferir el nostalgismo de la deliberación política –a la cual se integrarían por completo los arbitrajes del endeudamiento público– por sobre un mundo globalizado, despampanante de modernidad, en el cual son los mercados de capitales los que fijan el importe de la exacción, es decir del tributo extraído sobre la riqueza nacional por acreedores de los cuatro rincones del mundo. Y es posible encontrar algún valor en esta conclusión, en resumidas cuentas bastante simple: si la mundialización no es en definitiva otra cosa que la disolución de las soberanías por la mercantilización de todo, entonces desmundializar es repolitizar.
1 Y por lo tanto sustraídos a los mercados de capitales y precedentes por la apertura de créditos del banco central (creación monetaria) al Tesoro. En este sentido, ver “ Au-delà de la Grèce: déficits, dette et monnaie”, Les blog du Diplo, “La pompe à phynance”, 17-2-10, (http://blog.mondediplo.net).
2 La tasa de ahorro de las familias estadounidenses cayó continuamente, hasta llegar del 8% a principios de los ochenta a… 0% en 2006.
3 Pierre Rimbert, “El buen ejemplo francés”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, abril de 2009.
4 Frédéric Lordon, Les quadratures de la politique économique, Albin Michel, París, 1997.
5 “Au-delà de la Grèce…”, art. cit.
6 Frédéric Lordon, “¿Y si se cerrara la Bolsa?”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, febrero de 2010.
7 La teoría económica habla de un “efecto de evicción” cuando, en una economía financieramente cerrada, el Estado satisface con prioridad sus necesidades de financiamiento, agotando los fondos “prestables” del mercado y haciendo subir el costo del financiamiento de los otros agentes que vienen después de él y que padecen los efectos de una especie de penuria financiera (ya que el poder público “excluye” las otras demandas de capitales).
8 Útil por primera vez, un diputado socialista, Didier Migaud, por entonces presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional (y antes de ser nombrado primer presidente de la Corte de Cuentas), levantó la liebre cuando sacó a la luz del día un regalito fiscal discretamente ofrecido a las empresas bajo la forma de una defiscalización completa de las plusvalías sobre cesiones de las participaciones a largo plazo: 20.000 millones de euros, es decir el 1% del PIB de déficit. Sobre los regalos fiscales, véase Jean Gadrey, “Vive l’impôt!”, blog Alternatives Économiques, 15-3-10.
9 Frédéric Lordon, “L’épouvantail de la dette publique”, Le Monde diplomatique, París, julio de 2008. 


*Autor de La Crise de trop. Reconstruction d’un monde failli, Fayard, París, 2009. 
Los Estados descubren progresivamente que pedir prestado a los mercados es someterse a sus veredictos. Por eso los mercados no son solicitados por la deuda pública japonesa, que se las arregla muy bien sin ellos.  
Esteban Bartolomé  Murillo (1617-1682). Niños comiendo melón y uvas.
Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://www.eldiplo.com.pe/empezar-la-desmundializacion-financiera

26 may. 2010

Pareciera una realidad Peruana, al parecer el sistemas hace agua por todos lados: Las principales crisis que sacudieron la región en las dos últimas décadas tenían como objetivo reivindicaciones políticas o étnicas, y denunciaban a menudo manipulaciones electorales o hechos de corrupción.

¿Revolución social en Kirguizistán?

Jue, 05/20/2010 Por Vicken Cheterian*
Un país estratégico de Asia Central
Refugiado en Bielorrusia tras el levantamiento popular que lo derrocó, Kurmanbek Bakiev afirma seguir siendo el Presidente de Kirguizistán. El gobierno interino, por su parte, anuncia una reforma política y la realización de elecciones presidenciales y legislativas para estabilizar al país. 
Presentado hace apenas diez años como un “oasis de democracia” en el corazón del Cáucaso, Kirguizistán se encuentra al borde de la implosión y de la guerra civil. El 6 de abril último, indignados por la suba de los precios de la energía y por la corrupción endémica en el más alto nivel del Estado, los habitantes de la ciudad de Talas, en el noroeste del país, salieron a las calles para expresar su cólera. Ese mismo día, se apoderaron de los principales centros administrativos de la ciudad y tomaron como rehenes al viceprimer ministro y al ministro del Interior. Al día siguiente, la revuelta alcanzó Bishkek, la capital, donde 5.000 personas marcharon al Palacio Presidencial. Al término de una jornada de enfrentamientos con las fuerzas del orden, se registraron 84 muertos y miles de heridos.
Semejante ola de violencia constituye un fenómeno desconocido en un país donde el hecho más trascendente hasta entonces había sido la muerte de seis manifestantes en enfrentamientos con la policía en Aksy, en 2002. En un primer momento, el presidente Kurmanbek Bakiev se replegó en el sur, en su feudo de Jalal-Abad, para intentar agrupar allí a sus partidarios. Como la contra-manifestación que organizó en Osh, segunda ciudad del país, apenas logró reunir a unos cientos de personas, el 15 de abril Bakiev abandonó Kirguizistán y actualmente se encuentra en Bielorrusia.
Nadie puede predecir si el gobierno interino formado por la ex ministra de Relaciones Exteriores Rosa Otunbayeva logrará retomar las riendas del Estado y responder a las expectativas de una población cada día más sumergida en la pobreza. 

 

Deterioro social 


La era Bakiev se presenta ya como un período de regresión en el proceso de democratización del país. Al asumir el poder en 2005, con el viento a favor de la “Revolución de los Tulipanes” que derrocó al régimen del presidente Askar Akaiev, Bakiev había prometido democracia y probidad. Sin embargo, no bien se hizo cargo de sus funciones, adoptó prácticas represivas y dio muestras de la misma inclinación por el nepotismo que su predecesor. Rápidamente adscribió a la llamada ley “de la familia”, nombrando a sus familiares en puestos clave en los servicios secretos o las embajadas, y se apoderó de las empresas nacionales (1).
En Bishkek, la palabra “privatización” es hoy motivo de bromas, sinónimo de apropiación de los bienes del Estado con fines personales. La de las empresas públicas más lucrativas, en beneficio de Maxim Bakiev, el hijo del Presidente, es uno de los ejemplos más reveladores del sistema implementado en beneficio de un clan que no retrocede ante ninguna exacción. Así, en los últimos meses, los partidos de oposición y los medios de comunicación sufrieron persecuciones cada vez más intensas por parte de las autoridades.
Todo se hizo, principalmente, para impedir la difusión de información proveniente de Italia, relacionada con la detención del socio de Maxim Bakiev, Yevgueni Gurevich, por colusión con la mafia y malversación de fondos. En efecto, Gurevich habría estafado a varias empresas de telecomunicaciones italianas por un monto de 2.000 millones de euros (2).
Los métodos empleados por la familia Bakiev para acallar las críticas, en éste y otros casos, no dejan de recordar aquellos utilizados por los clanes mafiosos. En 2006, el dirigente de la oposición kirguís Omurbek Tekebayev fue detenido en el aeropuerto de Varsovia: se le encontró heroína en sus valijas. No fue necesario mucho tiempo para descubrir que se trataba de una operación montada por los servicios secretos kirguises, dirigidos entonces por Zhanibek Bakiev, el hermano del Presidente. En diciembre de 2009, el periodista Genadi Pavliuk fue arrojado desde lo alto de un edificio de Almaty, en Kazajstán. La oposición sospechó entonces fuertemente de los servicios secretos.
El agravamiento de las dificultades sociales constituye el otro factor que desencadenó el derrocamiento del régimen. Las ganancias obtenidas de la explotación de las minas de oro de Kumtor, principal fuente de ingresos por exportación del país, caen, mientras que la parte de la renta proveniente de los expatriados que viven en Rusia (un tercio de las fuerzas vivas del país) se reduce considerablemente desde la crisis económica y financiera desatada en septiembre de 2008. Según las cifras del Banco Mundial (3), la deuda externa kirguís ascendería a 2.200 millones de euros, es decir, un 48% del Producto Interno Bruto; el 40% de la población viviría actualmente por debajo de la línea de pobreza y el salario mensual promedio no superaría los 50 euros. Edil Baisalov, uno de los voceros del gobierno interino, anunció recientemente la quiebra del país; las arcas del Estado apenas contienen 986 millones de soms, es decir, 16 millones de euros (4). 

Bases militares 


La mayoría de los observadores internacionales percibieron estos hechos como el resultado de una lucha de poder entre Washington y Moscú. En efecto, Kirguizistán es el único país en cuyo territorio conviven bases militares estadounidenses y rusas. Aunque el papel que se le atribuye al Kremlin parece exagerado, el reconocimiento inmediato del gobierno interino indica cuán satisfecho parece Moscú con la partida del presidente Bakiev. Las relaciones se habían deteriorado luego de la firma, en febrero de 2009, de un acuerdo de ayuda económica de 2.100 millones de dólares en favor de Kirguizistán. Durante su visita a Rusia, el presidente Bakiev había anunciado el cierre inminente de las instalaciones estadounidenses. Lo que no le impidió, luego de recibir un cuarto de la suma prometida, celebrar con Washington un nuevo acuerdo que preveía el mantenimiento de la base… Esa afrenta llevó a Moscú a suspender su ayuda.
Si el Kremlin está satisfecho con el “cambio de régimen” en Bishkek, Washington parece más desconcertado. La base aérea de Manas es en efecto un elemento clave de la estrategia de Estados Unidos y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Afganistán. Además del desafío político que representa su mantenimiento, se encuentra también en el centro de un caso de corrupción. Con el fin de conservar sus posiciones en la región, el Pentágono habría celebrado acuerdos con la “familia”, tal como ya había sucedido en los tiempos del presidente Akaiev, pero reservando esta vez los contratos más lucrativos para Maxim Bakiev (5).
Las mayores ganancias se habrían obtenido con la reventa a Estados Unidos, y a precio de mercado, del combustible para consumo interno comprado en Rusia a una tarifa preferencial. El 1º de abril, Moscú exigió  a Kirguizistán que pagara impuestos a la venta de energía, justificando este cambio de actitud con la imposición de nuevas reglamentaciones aduaneras sobre el combustible reexportado hacia terceros países. El gobierno interino exige hoy una investigación sobre el escándalo del combustible de Manas (6). Al tratar con el clan Bakiev a fin de preservar sus posiciones en la región, Washington decidió hacer la vista gorda sobre las promesas incumplidas de democratización, pero también sobre las cuestiones de transparencia.
Fue al sumarse a la oposición, en la primavera boreal de 2005, luego de que el presidente Akaiev le negara el derecho a competir para un cargo electivo, que Otunbayeva apareció por primera vez como una pieza clave del tablero político regional. Egresada de las mejores escuelas del antiguo bloque del Este, hizo carrera en el seno de Ministerio de Relaciones Exteriores soviético antes de ser designada ministra de Relaciones Exteriores de la joven República kirguís tras la caída de la Unión Soviética. En 2004, se encontraba en Georgia como representante especial de las Naciones Unidas durante la “Revolución de las Rosas” y, el 24 de marzo de 2005, día de la caída del régimen de Akaiev, manifestaba junto a Bakiev.
Sin embargo, apenas un año después de la “Revolución de los Tulipanes” expresaba su insatisfacción frente a un público de jóvenes militantes provenientes de todo el país: “Nada cambió. El régimen de Akaiev sigue presente”. Y lamentaba: “Somos un país en eterna transición. Los ciudadanos no ven ninguna diferencia entre el poder y la oposición”. Sin embargo, se mostraba decidida y llena de esperanza: “Hay mucho por hacer para extender el campo de la democracia. Es el momento de crear partidos políticos”. Al respecto, Otunbayeva no disimulaba su impaciencia con relación a los países occidentales, y particularmente frente a la indiferencia de Europa: “Lo único que hacen es otorgar microcréditos, cuando tenemos una enorme necesidad de construir un sistema político multipartidario”. 

 

Nuevos movimientos sociales 


Los acontecimientos de abril revelan una vez más la fragilidad del Estado kirguís. En 2005, manifestaciones que no habían reunido más de 10.000 a 15.000 personas habían bastado para derrocar al gobierno en un día. El presidente Akaiev, que tenía una reputación de autócrata iluminado, no había creído necesario dotarse de un arsenal represivo. Las fuerzas del orden de Bakiev no dudaron en abrir fuego contra la multitud; no obstante, el régimen también cayó. La gran cantidad de víctimas no augura nada bueno y refleja el alto nivel de tensión en un país que hace poco se jactaba de ser la Suiza de Asia Central.
Formar un gobierno y estabilizar la situación no será fácil en un contexto político donde los partidos tienen tantos jefes como militantes. Otunbayeva y su equipo deben volver a empezar. Tendrán que promulgar una nueva Constitución, crear administraciones eficaces e instalar un Parlamento, aunque el sistema multipartidario todavía no haya sido instaurado. Todo ello en un contexto económico muy preocupante. El peso de la deuda no deja de incrementarse y los principales aliados de Kirguizistán, como Rusia, tienen también grandes dificultades. ¿Puede un reformista, a fuerza de puro voluntarismo y en plena recesión económica, lograr una transición hacia un Estado democrático, cuando no posee ni sus instituciones ni su cultura?
También existe el enorme temor de una escisión regional. Una inmensa barrera montañosa, con pasos de más de 3.000 metros de altura, separa los principales polos urbanos, Bishkek al norte y Osh al sur. Nacida en las ciudades del sur, la “Revolución de los Tulipanes” había derrocado al presidente Akaiev, oriundo del norte. Los recientes acontecimientos en las ciudades del norte pudieron más que el régimen de Bakiev, oriundo del sur. La división norte-sur es una realidad tanto política como geográfica.
Sin embargo, el mosaico de componentes regionales, clánicos o étnicos que conforma la nación parece demasiado fragmentado como para permitir la constitución de verdaderos bloques políticos, como por ejemplo en Ucrania durante la “Revolución Naranja”.
Con el trasfondo de la crisis económica mundial y el fracaso de las políticas liberales de la era postsoviética, los acontecimientos de Kirguizistán marcan el retorno masivo de las preocupaciones de orden social en las repúblicas de Asia Central. En 1992, cuando los dirigentes de la nueva Federación de Rusia iniciaron su giro liberal, redujeron los subsidios públicos y realizaron privatizaciones masivas, temían una violenta reacción popular. Sin embargo, la liberalización de los precios y su impacto desastroso en las condiciones de vida de las poblaciones no dieron lugar entonces a ningún levantamiento.
Las principales crisis que sacudieron la región en las dos últimas décadas tenían como objetivo reivindicaciones políticas o étnicas, y denunciaban a menudo manipulaciones electorales o hechos de corrupción. En Talas y Bishkek, fue la suba del precio de la energía lo que lanzó a la población a las calles. La nueva revolución kirguís podría efectivamente entrar en la historia como el primer movimiento social de la era postsoviética. n 
1  “Inevitable family rule in Kyrgyzstan”, Ferghana.ru, 6-11-09.
2  “Kyrgyzstan: Is the financial consultant of Bakiev’s family the associate of Italian mafia?”, Ferghana.ru, 10-3-10.
3  www.worldbank.org.kg
4  Matt Siegel, “Economy in tatters, Kyrgyzstan awaits Russian aid”, Agence France Presse, Bishkek, 11-4-10.
5   Maxim Bakiev obtuvo 6 millones de euros por mes vendiendo combustible a la base aérea de Manas; Andrew E. Kramer, “Fuel Sales to U.S. at issue in Kyrgyzstan”, The New York Times, 11-4-10.
6  Alan Cullison, Kadyr Toktogulov y Yochi Dreazen, “Kyrgyz Leaders say U.S. Enriched Regime”, The Wall Street Journal, Nueva York, 11-4-10. 


*Periodista, autor de War and Peace in the Caucasus, Hurst/Columbia University Press, Nueva York, 2009. 
Biskek, capital de Kirguistán. 
Kirguistán, monumento a la victoria de la Segunda Guerra Mundial (8 de mayo 1945). 
Las arcas del Estado apenas contienen 986 millones de soms, es decir, 16 millones de euros.
Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://www.eldiplo.com.pe/%C2%BFrevoluci%C3%B3n-social-en-kirguizistan

25 may. 2010

La multiplicidad de aplicaciones que se le esta dando a las tecnologias visuales, nos lleva muy rapidamente a la realidad Starwar soñada por muchos, quizas deba ser un instrumento de equidad social tambien en el corto plazo

Samsung desarrolla una pantalla AMOLED semitransparente de 19 pulgadas

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Samsung lleva un tiempo trabajando en el desarrollo de pantallas AMOLED semitransparentes, de hecho, en el CES ya habíamos visto un prototipo funcional de 14 pulgadas, y luego nos enteramos que se espera el lanzamiento de un portátil con esta tecnología para este año. Sin embargo, la gigante surcoreana no se duerme en los laureles y ha anunciado que para el Simposio internacional de la SID (que se desarrollará entre el 23 y el 28 de mayo) exhibirá una nueva pantalla semitransparente, esta vez de 19 pulgadas y con un porcentaje de opacidad del 70%.
A su vez, Samsung pretendería anunciar el lanzamiento de un televisor de alta definición OLED de 40 pulgadas, que sería lanzado el próximo año, y una serie de mejoras en sus fábricas. Esto último, nos lleva a pensar un la multiplicidad de aplicaciones de esta tecnología, pensando en sistemas de realidad aumentada y marketing.
Link: Samsung Mobile Display show world largest transparent Amoled Display (OLED-Display)

Presentan en México la línea de televisiones LED LG INFINIA, incluyendo su modelo 3D LX9500

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Finalmente, presentan en México la nueva línea de televisores LG INFINIA de 47 y 55 pulgadas, incluyendo los modelos LED 3D (LX9500) y LED ( LE8500  y LE7500). Unas HDTVs listas para utilizarse con Skype como pudimos ver durante el pasado CES2010.
El modelo LX9500 se une a la gama de televisores Full HD 3D disponibles en México (Viera TC-P50VT25X de Panasonic y Bravia 3D LX900 de Sony), haciendo juego con el reproductor Blu-ray 3D LG BX580. Cuenta con  una pantalla Full HD (1920 x 1080), contraste dinámico de 10,000,000:1 y sistema TruMotion a 400Hz. Infinia cuenta con un diseño que elimina por completo el marco convencional de los TVs y cuenta con un cuerpo (slim) de apenas 22.3mm de espesor, equipado con conexión de USB 2.0 (2 puertos), Wi-Fi, LAN, HDMI (tres traseros y uno lateral) y Wireless AV Link (enlace inalámbrico de audio y video).
Puede acceder mediante widgets a sitios como Youtube y cuenta con el soporte para un gran número de formatos de vídeo, música e imagen. Mientras que sus gafas activas en diferentes modelos, pueden recargarse fácilmente gracias a su conexión USB y prometen una autonomía de hasta 40 horas.
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Los demás modelos básicamente cuentan con las mismas características con excepción del 3D y con un contraste dinámico más bajo.
Se encontraran disponibles en México a partir del 1 de Junio en tiendas departamentales y se sabe que el modelo LX9500 (LED 3D) de 47 pulgadas costará aproximadamente MXN$49,990 (USD$3,800).
Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://www.fayerwayer.com/2010/05/samsung-desarrolla-una-pantalla-amoled-semitransparente-de-19-pulgadas/?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+fayerwayer+%28FayerWayer%29

24 may. 2010

Una posicion nada fuera de lo real: Probablemente Brasil considera que los asuntos latinoamericanos están por debajo de su estatura internacional, o tal vez teme que si trata de mediar en los conflictos de la región, todos sus vecinos le pedirán ayudas económicas que no desea asumir.

El traspié de Brasil en Irán

El Informe Oppenheimer: El traspié de Brasil en Irán
La autoproclamada victoria diplomática de Brasil en Ir&aacuten ha llevado a muchos comentaristas a especular que el gigantesco país sudamericano se ha convertido en el nuevo protagonista clave de la diplomacia mundial. Pero probablemente se equivocaron, o hablaron demasiado pronto.
MICHAEL ALEN
La autoproclamada victoria diplomática de Brasil en Irán ha llevado a muchos comentaristas a especular que el gigantesco país sudamericano se ha convertido en el nuevo protagonista clave de la diplomacia mundial. Pero probablemente se equivocaron, o hablaron demasiado pronto.
En lugar de un triunfo diplomático, el anuncio hecho por el presidente brasilero Luiz Inácio Lula da Silva el 17 de mayo de que Brasil y Turquía habían sellado un acuerdo con Irán para resolver el conflicto mundial sobre el programa nuclear iraní podría pasar a la historia como un caso típico de megalomanía diplomática.
También podría plantear cada vez más preguntas sobre por qué Lula está tratando de resolver los mayores problemas del mundo --como el del programa nuclear de Irán o, semanas antes, el conflicto palestino-israeli-- mientras no alza un dedo para mediar en disputas que están mucho más cerca de casa, en Latinoamérica.
Después de firmar el acuerdo trinacional durante su visita a Irán, Lula se tomó de las manos con el hombre fuerte de Irán, Mahmoud Ahmadinejad, y el primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan, y proclamó que el acuerdo alcanzado era una ``victoria de la diplomacia''.
Según el pacto, que intentaba disipar los temores de Occidente de que Irán está secretamente enriqueciendo uranio para construir armas nucleares en violación de las reglas de no proliferación de las Naciones Unidas, Irán accedió a enviar a Turquía 1,200 kilos de uranio con bajo nivel de enriquecimiento, y recibir a cambio, alrededor de un año más tarde, cerca de 120 kilos de uranio enriquecido procedentes de Rusia y Francia para fines pacíficos.
El acuerdo fue similar a otro ofrecido por Estados Unidos, Rusia, China y Europa en octubre pasado, que Irán primero aceptó y luego declinó. Funcionarios brasileros y turcos dijeron que Irán hizo esta vez concesiones significativas, porque hasta ahora era renuente a enviar su uranio al exterior, y sólo aceptaba cambiarlo por uranio enriquecido en el extranjero si la transacción se realizaba de manera simultánea.
Pero sólo horas después de que Lula cantara victoria, la secretaria de Estado Hillary Clinton anunció que el gobierno de Estados Unidos había sellado un acuerdo con Rusia, China, Francia, Gran Bretaña y Alemania para imponer sanciones a Irán.
En otras palabras, las potencias mundiales consideraron que el pacto de Irán con Brasil y Turquía era otra estrategia dilatoria del régimen iraní para ganar tiempo mientras continúa con su programa de desarrollo de armas nucleares.
Los expertos en proliferación nuclear ven con escepticismo el acuerdo de Brasil, Turquía e Irán porque las circunstancias han cambiado desde octubre: Irán ha estado enriqueciendo uranio a toda velocidad, lo que significa que la actual oferta iraní de almacenar uranio en Turquía cubre un porcentaje mucho menor de su reservas de uranio que el que cubría en octubre pasado.
``No creo que haya sido una victoria diplomática'', me dijo Sharon Squassoni, una experta en proliferación nuclear del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, un instituto de investigación de Washington, y ex funcionaria del gobierno de Clinton. ``Más bien fue una maniobra de Irán para tratar de evitar nuevas sanciones internacionales. Desde ese punto de vista, les salió mal''.
Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://www.elnuevoherald.com/2010/05/20/723308_p2/el-traspie-de-brasil-en-iran.html

23 may. 2010

Alberto Adrianzén M. "Por eso, si queremos tener elecciones más o menos limpias y más o menos equitativas, donde el “poderoso caballero don dinero”, como le gustaba decir a Alan García en la década de los ochenta, no mande sobre la voluntad popular, reformar el papel de los medios es una necesidad imperiosa."

El poder mediático y las elecciones

Por Alberto Adrianzén M.*
Son medios de muy alta eficacia, si son personalizados y pertinentes

El jueves ocho de abril el diario El Comercio publicó un editorial titulado “Contra peligrosas iniciativas”. Un día después Sinesio López abordó  el tema de los medios y su relación con la democracia. El sábado 24 Otra Mirada hizo público un suplemento bajo el título: “No hay democracia sin pluralismo en los medios”. Con estas y otras publicaciones se ha dado inicio a una polémica necesaria respecto al papel de los medios de comunicación en una sociedad democrática.
Sin embargo cabe hacer algunas puntualizaciones: es distinto hablar sobre el rol de los medios en una sociedad democrática o en las sociedades modernas que sobre el papel que juegan los medios audiovisuales (radio y televisión) en las campañas electorales. Este artículo aborda el segundo tema, pese a que reconozca que el primer tema es de vital importancia, sobre todo hoy día cuando se habla de que hemos pasado de una democracia electoral donde los partidos representantes de determinados sectores sociales (o clases) eran fundamentales a lo que ahora se llama una democracia de audiencias en la cual la opinión pública, los partidos a-ideológicos (también se les puede llamar atrápalo todo), el marketing político y los medios de comunicación son las nuevas realidades de la política. Incluso, podríamos decir que en una sociedad mediatizada, como la nuestra, el llamado marketing político es la forma de hacer  política. Ello muestra un hecho que aquí solo anotamos pero que nos parece importante: no se puede hacer política al margen de los procesos electorales, siendo concientes que la política vaya más allá de los mismos. Por eso la importancia de vincular los medios de comunicación y los procesos electorales.   
El otro tema que es igualmente importante señalar es que no es cierto que las propuestas actuales sobre el rol de los medios, incluso aquellas que apuntan a una reforma integral,  estén interesadas, como dice el decano de la prensa nacional, en “atentar contra la autonomía y libertad de prensa de los medios de comunicación, principalmente los televisivos”  y menos que ello responda a una política mediática “que tiene un tufillo típicamente autoritario y chavista”.
Por ello la pregunta, en este contexto, es muy simple: qué estamos debatiendo. Y la respuesta es igualmente simple: la posibilidad de modificar tanto la ley orgánica de elecciones como la de partidos, para adoptar algunas de las propuestas que hoy existen en la legislación electoral mexicana, o chilena o brasileña (ninguno de estos países puede ser acusado de chavista) o en la europea.
Y si bien hoy el Jurado Nacional de Elecciones determina que para las elecciones generales se puede contratar un espacio máximo de cinco minutos al día para hacer propaganda electoral, pensamos que ello es insuficiente. En ese sentido nuestra propuesta consiste en prohibir la propaganda de partidos y de candidatos en medios audiovisuales privados durante el proceso electoral, para así darle más peso a la  franja electoral como principal soporte de la competencia democrática, como ocurre en los países mencionados.
En esta medida no están ni pueden estar contemplados los medios escritos, por una sencilla razón: estos medios no emplean un recurso público (el espectro electromagnético) como sí sucede con los medios audiovisuales. En ese sentido la legislación que existe en esos países, y que muchos quisiéramos para el Perú, apunta a lograr un proceso electoral más equitativo entre todos los participantes, impidiendo que sea el dinero el que defina la cantidad de propaganda y por quién se debe votar1.
En realidad, esta propuesta apunta  a dar una mayor protección a la democracia ya que busca limitar la influencia de los lobbies, de los grandes grupos económicos y hasta del narcotráfico, en la elección de los candidatos. Dicho en otras palabras, evitar que los partidos y/o candidatos elegidos terminen como “representantes” de sus donantes y no de sus electores, y, también, impedir que sean los sectores con dinero los que impongan a sus candidatos. Todo lo contrario a lo que hoy sucede en EEUU luego de la sentencia de la Corte Suprema de Justicia en enero de este año que da carta blanca a las grandes corporaciones en los procesos electorales y que el propio presidente Obama ha calificado como un golpe a la democracia2.
Este cambio de legislación también busca limitar el poder de los medios audiovisuales en los procesos electorales que  muchas veces resulta decisivo. Todos sabemos que algunos medios, no todos obviamente, tienen candidatos preferidos, los cuales son “ayudados” ya sea “regalándoles” publicidad o estableciendo con ellos relaciones preferenciales y distintas respecto a los otros candidatos. Ello introduce una inequidad en el proceso electoral ya que no todos los candidatos tienen  beneficios similares y, en ese sentido, los que compiten no son iguales. Finalmente, una legislación de ese tipo evitaría situaciones grotescas como las que se vivieron en el fujimorismo cuando los medios audiovisuales (léase canales de televisión) adictos a la dictadura se negaron  a pasar propaganda electoral de la oposición argumentando, curiosamente, que lo hacían en nombre de la libertad de prensa.
Estas modificaciones se pueden complementar con otros cambios necesarios y que, con seguridad, no solo mejorarían la transparencia en el proceso electoral sino que también darían una mayor equidad a los que compiten:
      a) Regular la propaganda estatal. Nos referimos no sólo a la que realiza el gobierno nacional sino también los gobiernos regionales, los municipios y cualquier organismo público. Un ejemplo de cómo se abusa de este tipo de propaganda es la que realiza el municipio provincial de Lima. El nombre del alcalde, Luis Castañeda Lossio, probable (por no decir seguro) candidato a la presidencia de la República,  lo encontramos en casi todos los carteles de publicidad del municipio que anuncian una obra o la reparación de una calle o un puente. Cabe preguntarse si es legal que los llamados Hospitales de la Solidaridad, también de la Municipalidad de Lima, lleven el mismo nombre que el partido del alcalde de Lima: Solidaridad Nacional. Algo similar se puede decir de la propaganda del gobierno. Me pregunto si esta propaganda así como la de las municipalidades y de los gobiernos regionales,  será retirada cuando se dé inicio al proceso electoral subnacional y luego nacional. Tengo la sospecha que no.
      b) El fortalecimiento de la democracia interna de los partidos y una mayor presencia (obligatoria) de la ONPE en la elección de los candidatos.
      c) Mayor transparencia y control respecto a las donaciones que reciben tanto los partidos como los candidatos en los procesos electorales.
      d) El cumplimiento de la Ley de Partidos en lo que respecta al financiamiento publico de los partidos.
Con seguridad se pueden añadir otros cambios pero, creemos, que estos son los más importantes. Por eso creo que aquellos medios que se oponen a  ellos se equivocan en sus argumentos o simplemente no han entendido la propuesta. La otra posibilidad es que estemos frente a una defensa no de la democracia sino más bien de las ganancias de la empresa y de su poder político. Y eso, sinceramente, nada tiene que ver con la libertad de expresión y menos con la democracia.  
EPÍLOGO
El hecho sucedió en una reunión de la  Mesa de Diálogo de la OEA con los dueños de los medios de comunicación en el año 2000. Recuerdo que Salomón Lerner Ghitis y quien escribe este articulo le dijimos a Ernesto Schutz Landázuri,  -otrora dueño del canal cinco y hoy prófugo de la justicia por vender la línea editorial y periodística al gobierno de Fujimori y Montesinos a cambio de varios millones de dólares3 - que como en la última elección presidencial (me refiero a la del 2000) su canal no había aceptado pasar propaganda electoral de la oposición, uno podía sospechar que no tenía problemas económicos y que, por lo tanto, en el próximo procesos electoral (en el 2001) el canal cinco podría dejar de cobrar la franja electoral y hasta, incluso, pasar gratis la propaganda electoral de los partidos.
Cuando escuchó esta propuesta Schutz se paró indignado y en tono amenazante nos dijo que si insistíamos con esta idea, él se retiraba de la reunión. En este contexto recibimos el apoyo de los partidos. Sin embargo, al día siguiente los mismos que nos habían apoyado en esta propuesta, decidieron no insistir en ella. Como hoy sabemos, Ernesto Schutz cobró por la franja electoral en las elecciones presidenciales del 2001. Ello, me parece, un buen ejemplo del poder de los medios y, más concretamente, de los dueños de los medios convertidos en verdaderos poderes fácticos, pero también de la debilidad y dependencia de los partidos hacia estos mismos medios. 
Por eso, si queremos tener elecciones más o menos limpias y más o menos equitativas, donde el “poderoso caballero don dinero”, como le gustaba decir a Alan García en la década de los ochenta, no mande sobre la voluntad popular, reformar el papel de los medios es una necesidad imperiosa.
1  Por ejemplo, la legislación electoral ecuatoriana que se encuentra en el llamado Código de la Democracia, aprobado el año pasado, sí contempla los medios de comunicación escritos.
2  A raíz de la sentencia de la Corte Suprema de Justicia en EEUU una empresa en el Estado de Maryland ha intentado postular al Congreso de ese país. Al respecto leer: Adrianzén, Alberto: “Cuando el destino nos alcance”. La República 27/03/10.
3  Actualmente la administración del canal cinco está en manos de Ernesto Schutz Freundt, hijo de Ernesto Schutz  Landázuri.. Luego de la caída de Fujimori, Panamericana Televisión  (o canal cinco) pasó a manos de Genaro Delgado Parker.  

*AnalistaEdición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://www.eldiplo.com.pe/el-poder-mediatico-y-las-elecciones