3 set. 2012

CIPRIANI "HASTA CUANDO CREERAS QUE ERES EL DUEÑO DE LA FE,,, ES QUE ACASO TE CREES CRISTO"


CIPRIANI Y EL MEDIOEVO EN EL SIGLO XXI

Sinesio López Jiménez
Las pretensiones de apropiarse de la PUCP de Monseñor Cipriani son tan retrógradas que conducen directa y violentamente hasta el Medioevo, no tanto por las motivaciones que las animan (que son modernas y capitalistas) como por los fundamentos teocráticos que las sustentan. La semana que pasó releía (para dictar una clase sobre Maquiavelo) The Machiavellian Moment (1975), la monumental obra de John Pocock sobre el tema y en algún momento de la lectura me detengo y digo para mí: esto me suena conocido y algo dejá vu. Al final exclamo: ¡Pero si esto es lo que está pasando ahora, mutatis mutandis, en la PUCP!.
Pocock sostiene que, para entender a Maquiavelo en su verdadera dimensión, es necesario situar su vida (1469-1527), sus luchas y su pensamiento en el cruce de cuatro historias en conflicto sobre los hombres: la historia de Dios, la historia de la Fortuna, la historia de las comunidades de ciudadanos y la historia del comercio. Maquiavelo expresa, defiende y desarrolla la historia de los ciudadanos que busca abrirse un camino propio en pugna con las otras historias.
La historia de Dios sobre los hombres tiene un pasado (el pecado original), un futuro (la redención) y un presente (el saeculum o el tiempo y las circunstancias que viven los seres humanos). En el presente los hombres, a través de la fe o mediante el uso de la razón y la libertad para hacer el bien o el mal, pueden revertir el pecado y lograr la redención. Pero el saeculum (o presente) no constituye una historia propiamente humana sino que es un momento de la historia de Dios. Tiene un sentido escatológico marcado por el pecado y por la redención. En aras de la simplicidad podría decirse que la visión cristiana del mundo –aún conteniendo los gérmenes para superarla- excluía fundamentalmente cualquier consideración de la historia secular y temporal. 
La historia de la Fortuna es una herencia del mundo clásico. Aristóteles identificaba el cambio con la Physis y adoptaba una concepción circular del proceso y del tiempo para hacerlos inteligibles por ser la esfera la figura geométrica más perfecta y, por eso mismo, la mejor unidad de medida. La aplicación de la Physis a los asuntos humanos era una conveniencia intelectual y una metáfora, pues fueron sobre todo los griegos los pioneros en escribir la historia como lo que ha terminado siendo.
La comunidad de ciudadanos busca construir una historia propiamente humana a través de la política republicana y de la virtud cívica. Esta consiste en la búsqueda del bien común, en la compatibilidad de este con los intereses particulares de los ciudadanos, en el desarrollo de una ciudadanía activa para defender la república y en la elección de los mejores ciudadanos (gobierno representativo) para gobernarla. El ciudadano debe poseer una teoría de conocimiento que le confiera una gran libertad para tomar decisiones políticas en el quehacer público. Tratar de erigir un modo de vida cívico sobre un fundamento epistemológico que permita el reconocimiento de un orden universal y de las tradiciones particulares, significa aceptar que los hombres están sujetos a ciertas restricciones de las que, sin embargo, pueden emanciparse.
Con el desarrollo del capital comercial de fines del siglo XV y comienzos del XVI, se produjeron dos cosas importantes. Primera, el humanismo se reafirmó en el republicanismo cívico y tomó distancia del discurso liberal que comenzaba a aparecer con el proto-mercado y con la mano invisible que amenazaba la acción libre de los ciudadanos en la república. Segunda, Maquiavelo, Guiciardini y Giannotti crearon neologismos, reconstruyeron conceptos y nuevos códigos para aferrarse al esquema republicano. De eso deriva la contraposición de la naturaleza humana con la condición humana, del individuo con la comunidad política, de la sociedad con el Estado, del mercado con la virtud cívica, de la representación parlamentaria con el gobierno representativo. 
Salvo la de la Fortuna, todas estas historias en conflicto tienen actores concretos y mundanos: El papado, la comunidad de ciudadanos y la emergente burguesía comercial. En el siglo IX el Papado inventó una historia teocrática que otorgaba la titularidad del poder a Dios, asignaba su administración al Papa como su representante en la tierra y lo autorizaba a coronar a los emperadores para que ejerzan legítimamente el poder. En el siglo XI emergió el republicanismo pre-renacentista en algunas ciudades italianas, a fines del siglo XIII y durante el siglo XIV aparecieron, por un lado, el humanismo cívico –que articulaba el humanismo con el republicanismo- y por otro, el escolasticismo republicano de Tomás de Aquino (que fusionaba la razón de Aristólteles con la fe cristiana) y a fines del siglo XV surgió el republicanismo renacentista de Maquiavelo, Salutatti y Guicciardini. 
Si se reemplaza la historia teocrática por corrientes cristianas conservadoras (una minoría pro-Cipriani); escolasticismo republicano, por corriente cristianas progresistas y moderadas que defiende la coexistencia de la fe y la razón (que son la mayoría); y los republicanos pre-renacentistas, cívicos y renacentistas, por pensamiento laico tenemos el escenario actual de los actores en el conflicto de la PUCP. 
Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://blog.pucp.edu.pe/item/164980/cipriani-y-el-medioevo-en-el-siglo-xxi

10 may. 2012

“Necesito ideas y creo que si me encargasen el proyecto de un nuevo universo, un loco arrojo me empujaría a acometerlo”


El visionario

Por: Mario Vargas Llosa
Soñó toda su vida con ser arquitecto, actividad a la que consideró “una profesión divina”, y orgullosamente firmó todos sus libros como “Giambattista Piranesi, arquitecto veneciano”, pero la única obra que llegó a diseñar y ejecutar fue la restauración de la iglesita de Santa María del Priorato, en el Aventino, que le serviría también de tumba.
Su maestro en la técnica del aguafuerte, en Roma, Giuseppe Vasi, debió decepcionarlo mucho cuando le dijo que no tenía aptitudes para ser un buen artesano grabador porque era “demasiado artista” y debía dedicarse más bien a la pintura. Pero tenía razón, porque un grabador en aquellos tiempos, mediados del siglo dieciocho, era sobre todo un diestro técnico fabricante de imágenes en serie a las que se consideraba, por lo general, en la periferia de lo artístico. Felizmente, Piranesi, que, además de malhumorado, inconforme y polémico, era terco, persistió, e hizo bien, porque convirtió el aguafuerte en un arte tan creativo y osado como la pintura y la escultura. Él, gracias a sus aguafuertes y diseños, llegó a ser uno de los más grandes artistas de su tiempo y uno de los que crecerían más y ejercerían una influencia mayor después de muerto.
La muestra que se exhibe de él ahora en Madrid, en Caixaforum, “Las artes de Piranesi, arquitecto, grabador, anticuario, vedutista y diseñador”, es extraordinaria. Tiene, entre otros, el mérito de mostrar buen número de los objetos que Piranesi concibió y diseñó, pero nunca llegó a ver materializados, pues eran demasiado excéntricos e insólitos para el gusto de sus contemporáneos. Los ha producido, con escrupulosa fidelidad y utilizando la tecnología más avanzada, el laboratorio madrileño Factum Arte que dirige Adam Lowe. Esos candelabros, trípodes, sillas, chimeneas, adornos, apliques, jarrones en los que Piranesi dio rienda suelta a su desbocada fantasía y su amor por las civilizaciones del pasado –Roma, Egipto, los etruscos– fascinan casi tanto como las invenciones carcelarias que lo han hecho famoso o las “Vistas” de esa Roma de los siglos grandiosos que él creyó documentar en sus grabados cuando en realidad la rehacía e inventaba.
Esos objetos constituyen una representación fantástica. No hay en ellos asomo de realismo, pese a estar constituidos de fragmentos, símbolos y otros ingredientes del pasado histórico y arqueológico. Pero estos materiales han sido combinados y reconstruidos con tanta libertad y siguiendo unos patrones de gusto y belleza tan personales que se han emancipado de sus fuentes y alcanzado plena soberanía. Lo que en ellos destaca es la imaginación desalada y la maestría formal de su inventor, que era capaz de abandonarse a los delirios más rebuscados sin perder jamás el gobierno de aquel simulacro de desorden al que daba coherencia un orden secreto. Cada uno de estos objetos es un verdadero laberinto hecho de simetría, intuición y desacato a los cánones establecidos en que se vuelca una vida profunda, aquella que, como escribió Goya, produce “el sueño de la razón”. Como los poemas “oscuros” de Góngora o los monólogos interiores de Joyce, los artefactos domésticos que fantaseó Piranesi son testimonio de esa dimensión de la vida que llamamos el inconsciente. Estos delirantes muebles o adornos que ahora podemos ver (y hasta tocar), Piranesi sólo pudo soñarlos.
Le apasionaban las piedras antiguas, las ruinas, los caminos imperiales medio desaparecidos por la incuria de la gente y la fuerza destructora de la naturaleza, los monumentos víctimas de la usura del tiempo, y seguía con hipnótica perseverancia las excavaciones arqueológicas que iba revelando a pocos aquella antigüedad de la que vivió siempre prendado. Sobre todo, los hallazgos en torno a la civilización etrusca lo deslumbraron y toda su vida sostuvo, aún en contra de la evidencia histórica, que aquella, y no la griega, habría sido la fuente cultural de la civilización romana. Muy sinceramente creyó que el casi millar de grabados que produjo tenían como fin salvar de la desaparición y el olvido de las nuevas generaciones, esos edificios, templos, puentes, arcos, pórticos, sepulcros, murallas, caminos, pozos, tuberías, que atestiguaban sobre la grandeza histórica y artística de los antiguos romanos. Pero, era más fuerte que su voluntad: cuando se ponía a diseñar en el papel o a pasar el buril sobre la plancha de cobre, su imaginación estallaba y hacía tabla rasa de la objetividad de sus propósitos. Al final, lo que resultaba era un mundo tan suyo como si lo hubiera inventado de pies a cabeza, sin necesidad de esos modelos a los que pretendía ser fiel, pero a los que su genio y sus pulsiones secretas transformaban, imprimiéndoles un sesgo absolutamente propio.
Era un realista visionario, a la manera de Goya, como lo señala Marguerite Yourcenar en el luminoso ensayo que le dedicó (“El cerebro negro de Piranesi”). (Dicho sea de paso, pocos artistas han inspirado a tantos escritores a escribir sobre ellos y su obra como Piranesi, desde Thomas de Quincey hasta Aldous Huxley, pasando por Coleridge, Victor Hugo y André Breton). Yourcenar se refiere específicamente al sutil parentesco que existe entre las “Carceri” del veneciano y los frescos de la Quinta del Sordo del aragonés, pero sin duda las similitudes son más vastas. En sus obras, ambos fueron no sólo testigos, también creadores e inventores de su tiempo pues impregnaron a la sociedad que describieron de una sensibilidad que era la suya personal. En ambos, había una mirada que sutilmente discriminaba, elegía, magnificaba y abolía lo real rehaciendo subjetivamente aquello que aspiraba sólo a representar.
Pero, en tanto que a Goya le fascinaban los tipos humanos, cómo lucían y qué hacían los hombres y mujeres de su entorno, Piranesi no tenía mucha simpatía por sus semejantes. Secretamente, los despreciaba, al menos como materia artística. Él privilegiaba las piedras y las cosas, a las que infundía un poderoso élan vital, en tanto que a los hombres en sus grabados los empequeñecía y condenaba a la condición de simples bultos o sombras anónimas.
Una de las originalidades de esta muestra es cotejar, en la última sala, ciertos edificios de la Roma antigua que Piranesi fijó en sus grabados con las fotografías de esos mismos lugares tomadas en nuestros días por Gabriele Basilio, un distinguido fotógrafo de temas arquitectónicos. Son los mismos modelos y sin embargo se diría que una esencia, un alma, un aura los separa, que está presente en los grabados y ausente en las fotos, ese elemento añadido con que el gran artista dieciochesco reconstruyó y adaptó a su propio mundo interior aquella Roma que creía solamente rescatar.
Una leyenda pertinaz, que subsiste pese a todos los desmentidos de biógrafos e historiadores, es que Piranesi realizó sus famosas “cárceles inventadas” –apenas dieciséis placas que atravesarían los siglos con efectos seminales sobre el arte y la literatura modernos– bajo el efecto de las fiebres de la epidemia de cólera que en esa época asoló Roma. En verdad, no necesitaba de enfermedades ni calenturas para desvariar: la alucinación fue su manera cotidiana de mirar y, por supuesto, de crear.
Lo hizo de manera más discreta y solapada cuando grabó sus “Vedute” (vistas) de la antigüedad. En sus cuatro “Caprichos” y en sus “Carceri”, en cambio, operó de manera desembozada, como en un trance enloquecido, y, por eso, sus contemporáneos no supieron reconocer la fuerza convulsiva de esas imágenes pesadillescas, teatrales y angustiosas. Casi nadie se interesó en ellas. Sólo la posteridad reconocería su hechicera originalidad. Enormes recintos poblados de puentes, escaleras, columnas que remiten a otros puentes, escaleras y columnas, monstruosos aparatos, grúas, arietes, potros de tortura, cadenas, asfixiantes y aterradores por su profundidad y su soledad, en la que lo humano se ha reducido hasta la insignificancia y alejado, sobreviviendo apenas en los rincones sombríos, como les ocurre a las alimañas más nocivas. Esas prisiones tienen un contenido simbólico que alude a las peores calamidades, empezando por la pérdida de la libertad. En ellas están sugeridas todas las formas de la represión y la crueldad inventadas para convertir la vida en un infierno y entronizar el reinado de la maldad sobre la tierra. Es imposible no sentir un estremecimiento de horror al contemplarlas. Por eso, se ha dicho de ellos con justicia que parecen los escenarios ideales para las historias del Marqués de Sade.
Jacques Guillaume Legrand asegura que oyó decir a Piranesi alguna vez: “Necesito ideas y creo que si me encargasen el proyecto de un nuevo universo, un loco arrojo me empujaría a acometerlo”. Los biógrafos discuten si pronunció esa frase atronadora e insolente o se la atribuyeron. La verdad, no importa nada que la dijera o no, pues eso que dicen que dijo es exactamente lo que hizo a lo largo de toda la obra imperecedera que nos dejó.
Madrid, mayo de 2012

Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://www.larepublica.pe/columnistas/piedra-de-toque/el-visionario-06-05-2012

27 feb. 2012

Se inicia el fortalecimiento de un bloque, un bloque que es anti-sistema como diria el sistema, diría como muchos la lucha de ideas y posiciones.

OPPENHEIMER: Tres escenarios para Venezuela

AOPPENHEIMER@ELNUEVOHERALD.COM

La admisión del presidente venezolano Hugo Chávez de que tendrá que “repensar su agenda” tras haber sido diagnosticado con una nueva “lesión” que podría ser cancerosa plantea dudas sobre el futuro de su modelo narcisista-leninista tanto en Venezuela como en otros países latinoamericanos.
Muchos de los que pensábamos que Chávez terminaría ganando las elecciones del 7 de octubre —gracias a una combinación del uso indiscriminado de fondos estatales para comprar votos, un casi monopolio de los medios de difusión y la intimidación de votantes opositores— deberemos repensar nuestros pronósticos. Chávez aún puede ganar, pero ya no es algo tan seguro.
La confesión de Chávez —tras meses asegurando que ya estaba curado e insultando a quienes especulaban lo contrario— de que el tratamiento del cáncer lo obligará a bajar el ritmo de sus actividades, sumada al masivo apoyo que recibió el candidato opositor Henrique Capriles Radonski en las elecciones primarias del 12 de febrero, son dos factores que indudablemente tendrán un gran impacto en la campaña electoral.
De repente, Chávez parece vulnerable. Los analistas políticos venezolanos ya no debaten si Chávez estará en el poder “más allá del 2019” — tal como el mismo presidente afirmó en fecha tan reciente como el 18 de febrero—, sino si seguirá siendo presidente a fines de este año.
TRES POSIBILIDADES
Hay tres grandes escenarios de lo que puede ocurrir en Venezuela durante los próximos meses:
• Escenario 1: Nada cambia. Chávez reduce su ritmo de actividades, pero sigue en carrera para las elecciones presidenciales de octubre.
Chávez podría ganar si, además del uso casi irrestricto de los medios electrónicos y la intimidación de opositores, su gobierno se beneficia de una escalada de los precios del petróleo en caso de un ataque israelí contra las instalaciones nucleares de Irán. Eso le daría al gobierno venezolano aún más recursos para ganar votos.
Además, Chávez se podría beneficiar del “efecto lástima”, que podría hacer que muchos venezolanos sientan simpatía por él debido a su enfermedad y lo apoyen en las urnas, aunque por otro lado muchos venezolanos resienten el hecho de que el presidente y sus ministros hayan mentido al negar airadamente rumores sobre su enfermedad que resultaron ser ciertos.
• Escenario 2: Chávez designa a un sucesor. Su salud se deteriora y el presidente venezolano designa a un sustituto para que compita en las elecciones de octubre, tal como lo hizo Fidel Castro en Cuba cuando anunció el 31 de julio del 2006 que se sometería a una operación y que cedía provisoriamente el poder a su hermano Raúl.
Cuba, cuya economía depende de los petrodólares de Chávez y es el país más interesado en mantener el status quo en Venezuela, será la primera en recomendarle a Chávez una sucesión como la de los hermanos Castro que mantenga vivo el gobierno, en la que Chávez seguiría siendo el “padre de la revolución” pero detrás de bambalinas.
Pero sin la presencia constante de Chávez en los medios, su sucesor podría perder las elecciones de octubre. El gobierno de Venezuela es notoriamente inepto y corrupto, y depende casi por completo de la popularidad personal de Chávez en algunos sectores de la población. Asimismo, el gobierno enfrenta tendencias electorales que han mostrado un constante aumento de los votos de la oposición: los candidatos anti-Chavistas obtuvieron el 52 por ciento de los votos en las elecciones legislativas del 2010, e inesperadamente conquistaron 3 millones de votos en las primarias de este mes.
• Escenario 3: Una intervención militar, o “el escenario egipcio”. Chávez queda incapacitado o muere durante los próximos meses, y los militares venezolanos toman el poder con la excusa de impedir una ola de violencia.
MILITARES ACUSADOS
Los generales de Chávez —algunos de los cuales, como el Ministro de Defensa Gen. Henry Rangel Silva, han sido acusados por Estados Unidos de estar involucrados en el narcotráfico, mientras que otros temen investigaciones por corrupción si la oposición llega al poder— son los que más tendrían que perder si el régimen de Chávez se derrumba.
“Para evitar perder el poder, los militares y las fuerzas radicales podrían buscar una salida militar para suspender las elecciones, alegando un supuesto peligro de guerra civil”, me señaló el consultor político y encuestador Alfredo Keller desde Caracas. “Si Chávez desaparece, es muy posible un escenario egipcio”.
Mi opinión: Cualquiera de estos tres escenarios es posible, pero para preservar lo que queda de democracia en Venezuela, la comunidad internacional debería advertir ya mismo a los militares venezolanos que no aceptará un “escenario egipcio” en Venezuela.
Lo último que necesita Latinoamérica tras la erosión de las libertades democráticas en Venezuela, Nicaragua, Bolivia, Ecuador y otros países es un regreso de las juntas militares. Los dos primeros escenarios —gane quien gane— serían preferibles al tercero.
Twitter: @oppenheimera

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11 feb. 2012

Culpen también a los estados nacionales por usar la pólvora, inventada hace muchos años y hoy representa y es usada como símbolo de poder mundial; Acaso no es confirmacion de otra incoherencia del sistema económico capitalista en el que mundo se encuentra,,,,

Hackers vinculados a Anonymous atacan el sitio de Internet de la CIA
El grupo Anonymous indicó que las fallas al sitio de la CIA eran producto de uno de sus ataques.


Hackers vinculados a Anonymous atacan el sitio de Internet de la CIA

(CNN) — Sitios de Internet afiliados a la CIA, a la industria minera mexicana y al estado de Alabama tuvieron problemas este viernes debido a ataques realizados por supuestos hackers, informó un funcionario.
En una página afiliada a Twitter y a través de su feed de Tumblr, el grupo de hackers conocido como Anonymous sostuvo este viernes que había logrado bajar el sitio de la Agencia Central de Inteligencia.

El mensaje decía: “CIA TANGO DOWN: https://www.cia.gov/ #Anonymous”.
Numerosos reportes indicaban que el sitio de la CIA estaba fallando; CNN intentó ingresar al mismo el viernes por la tarde pero no lo consiguió.
Cuestionado sobre la interrupción del sitio de la agencia pública, la vocera de la CIA, Jennifer Youngblood, dijo: “Estamos investigando estos reportes”.
Además, un ataque a la página del estado de Alabama comprometió información en la misma, de acuerdo con un comunicado del Departamento de Seguridad Interna de Alabama.
“Estamos al tanto de la situación actual de la persona que se atribuyó la responsabilidad de hackear el sitio del estado de Alabama… un sitio público”, dijo el director de la dependencia, Spencer Collier.
Jack Doane, director de la División de Servicios de Información de Alabama, le dijo a CNN a través de un correo electrónico que expertos en tecnología del estado “están realizando análisis forenses para determinar si alguna información había sido afectada”.
Hasta el momento se desconoce cuáles páginas fueron afectadas y quienes son los responsables. Una de las páginas que incluía la firma de Anonymous decía que el ataque fue en represalia a la “reciente legislación racista que trata de castigar a los inmigrantes como criminales”. Esa declaración fue en referencia a la ley aprobada en junio de 2011 que aplica duras medidas contra los inmigrantes en Alabama.
Anonymous proporcionó además enlaces a los documentas, mensajes y otros archivos que decían que habían atacado la Secretaria de Energía de México.
“Hola Cámara de Mineros Mexicanos”, decía en un mensaje por Twitter. ¿Quieren ver sus correos electrónicos expuestos”, añadía.
La página de Internet de la Secretaria de Energía de México no se encontraba en línea a primeras horas de la noche de este viernes.


Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://cnnespanol.cnn.com/2012/02/10/anonymous-ataca-el-sitio-de-internet-de-la-cia/

19 ene. 2012


EL ORDEN ESPONTANEO

Por: Mario Vargas Llosa


El Negro Cucaracha fue uno de los capos indiscutidos de una de las cárceles de Lima durante muchos años y, me dicen, tiene el cuerpo hecho un crucigrama de cicatrices de tanta cuchillada que recibió en esos tiempos turbulentos. Es un moreno alto, fornido y de edad indefinible a cuyo paso la gente de Gamarra se abre como ante un río incontenible. Me lo han puesto de guardaespaldas y no sé por qué pues en este rincón de La Victoria me siento más seguro que en el barrio donde vivo, Barranco, donde no son infrecuentes los atracos con pistola.
El Negro Cucaracha es ahora un hombre religioso y pacífico. Se ha vuelto evangélico, anda con una biblia en la mano y en el largo paseo me recita versículos sagrados y me habla de redención, arrepentimiento y salvación con esa seguridad del creyente radical que a mí siempre me pone algo nervioso.
Gamarra comienza donde termina Mendocita, ahora un sector de La Victoria de clase media modesta, donde, en mi primer año universitario, 1953, yo participé en una encuesta para averiguar la composición social de la que era entonces la barriada más pobre y violenta de Lima, recién formada por migrantes que bajaban de la sierra en busca de trabajo. Mendocita ha progresado mucho desde entonces, pero lo que constituye un prodigio de desarrollo es la contigua Gamarra, paraíso de la informalidad y el capitalismo popular, y soberbio ejemplo de lo que Friedrich A. Hayek llamó el orden espontáneo. En este puñado de manzanas cuya densidad demográfica a estas horas de la mañana es la de un hormiguero, se produce más riqueza y hay más transacciones comerciales que sin duda en ningún otro lugar del Perú. Y por aquí no pasó el Estado ni gobierno alguno, ni las instituciones financieras formales, ni los créditos bancarios ni las normativas del Perú oficial. Todo esto que fermenta a mi alrededor con un dinamismo enloquecido es una creación de provincianos pobres y misérrimos que, huyendo del hambre, el desamparo y la violencia, dejaron sus aldeas andinas y, como no encontraron en la capital el trabajo que buscaban, tuvieron que inventárselo.
He venido porque hace unos días un empresario amigo que conoce bien Gamarra me contó algunas anécdotas sobre los personajes del lugar que me dejaron estupefacto. Me habló de un puneño al que llamaremos Tiburcio, a quien vio llegar a Lima muy joven, con poncho y ojotas, que sobrevivió vendiendo chupetes por las calles, y que ahora alquila tiendas y talleres de manufactura en estas calles por dos millones de dólares al mes. No exageraba ni una pizca. Tiburcio es uno de los íconos del barrio. Tiene once edificios, incontables tiendas y talleres y, desde hace poco, una fábrica de etiquetas en México.
Me recibe en el más moderno de sus locales y me muestra orgulloso una foto panorámica del minúsculo pueblecito, a orillas del lago Titicaca, donde nació. Habla un buen español, con música aimara, y despide energía y optimismo por todos los poros de su cuerpo. ¿Cómo lo hizo? Trabajando día y noche, ahorrando lo que podía y durmiendo en las calles, al principio. Lo ayudaron otros puneños que habían ya progresado y, por eso, él ayuda a los provincianos que vienen a Lima sin otro capital que su voluntad de salir adelante. Me asegura que el dinero que presta se  lo devuelven en el 99 por ciento de los casos. “Me sobran dedos en las manos para contar las veces que me han estafado. Y eso que nunca pedí recibo por los préstamos”. Ha crecido tanto que, ahora, intenta formalizar por lo menos una parte importante de sus negocios y, para ello, ha contratado como gerente al primer banquero que le abrió una cuenta corriente.
Son pocas las transacciones que se hacen en Gamarra que figuran en contratos. Prima la palabra, que es sagrada, y el que la viola la paga: se le cierran todas las puertas y se vuelve un apestado. Le conviene huir y no volver por estos lares. Por doquier me dicen que la delincuencia es menor que en otros barrios y que no son muchos los dueños de negocios y locales que tienen seguridad privada. 
El precio de la propiedad alcanza cifras vertiginosas. Mi amigo me jura que, aunque parezca imposible, no hace mucho se vendió un local en el epicentro de Gamarra ¡a 28 mil dólares el metro cuadrado! Es decir, más caro que los barrios más caros de Nueva York, Fráncfort, Zúrich o Tokio.
Se comercia de todo pero principalmente paños y telas, y ropa que es confeccionada en talleres del mismo barrio. Son centenares, equipados con maquinaria muy moderna, y miríadas de trabajadores de ambos sexos que hilan, cortan, cosen y empaquetan a un ritmo frenético, a menudo oyendo huaynos y música chicha por altoparlantes a todo volumen. Algunos talleres están en las alturas, con una vista circular sobre el centro de la ciudad y los cerros aledaños, y otros en sótanos atestados que se hunden cuatro o cinco pisos en el subsuelo limeño. Mañana y tarde un verdadero río de camiones, camionetas, autos y hasta carretillas y motos se llevan esa mercadería por todos los rincones del Perú y también al extranjero.
Una de las tiendas mejor provistas es la de don Moisés (tampoco éste es su nombre). Es uno de los más antiguos y respetados comerciantes del barrio. Todos hablan de él con reverencia y gratitud. No es un provinciano sino un criollo, uno de los pocos que representa a Lima en este Perú en pequeño formato que es Gamarra. Según él, este emporio nació en los años sesenta, cuando algunos migrantes advirtieron que los camiones que traían animales y artículos de panllevar al Mercado Mayorista regresaban vacíos al interior del país. Se les ocurrió entonces utilizar ese transporte para enviar mercancías a sus pueblos y así comenzó a rodar la bolita de nieve que convertiría este pedazo de la vieja Lima en el vórtice de trabajo y riqueza que es ahora.
Los empresarios y comerciantes de Gamarra son unos liberales que se ignoran. Desconfían del Estado y del gobierno y repiten como un mantra: “¡Si sólo nos dejaran trabajar!”. Ahora se quejan de la disposición que prohibió temporalmente y aún mantiene ciertas restricciones para importar hilados de la India, una medida que, dicen, ha conseguido el lobby de los productores de hilados nacionales, más caros y menos variados que los que traían de Bombay o Kerala. Eso encarece sus costos y favorece a los fabricantes colombianos, sus grandes competidores en el mercado manufacturero nacional y americano. ¿Qué quisieran, pues? Que se abrieran las fronteras y la globalización de la que tanto se habla fuera una realidad también en el Perú.
Las horas que paso en Gamarra me ilustran mejor que muchos estudios sobre el Perú de nuestros días. En las elecciones del año pasado, cuando advirtieron que los pobres del Perú votarían por Ollanta Humala, las clases dirigentes (que nunca han dirigido nada y vivido casi siempre del mercantilismo) entraron en pánico y, creyendo que se venía un segundo Hugo Chávez, volcaron todo su poderío a favor de Keiko Fujimori, la hija del dictador que cumple 25 años de cárcel por asesino y por ladrón. Pese a ello, esta última perdió la elección. Humala ha respetado escrupulosamente la Hoja de Ruta que prometió seguir en la segunda vuelta electoral, es decir, mantener la democracia y las políticas de mercado que en los últimos once años han traído al Perú un desarrollo sin precedentes en su historia.
¿Por qué el presidente Humala tomó distancia de Hugo Chávez y adoptó las políticas de Brasil, Uruguay o Colombia? Más que por una conversión ideológica, por una percepción clara de la realidad: porque, para que sea posible la inclusión social que es su objetivo primordial, es indispensable que haya riqueza y empleo y para ello no hay otro camino que el que siguen los hombres y las mujeres de Gamarra. Estos descubrieron a través de su experiencia algo que todavía muchos dirigentes de la izquierda, cegados por la ideología, se niegan a aceptar: que el verdadero progreso social no pasa por el estatismo ni el colectivismo –inseparables a la corta o a la larga de la dictadura– sino por la democracia política, la propiedad privada, la iniciativa individual, el comercio libre y los mercados abiertos.
El Perú va por el buen camino y ni la derecha fujimorista ni la izquierda obtusa y anacrónica están por el momento en condiciones de apartarlo de él.
Lima, diciembre de 2011

Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://www.larepublica.pe/columnistas/piedra-de-toque/el-orden-espontaneo-01-01-2012

1 ene. 2012


CARTA DESDE LA SOCIEDAD CIVIL

Sinesio López Jiménez
No le escribiría esta carta, señor Presidente, si yo considerara que todo lo que significó su candidatura a la Presidencia de la República está irremediablemente perdido. El proyecto de la gran transformación que nos identifica a todos los nacionalistas e izquierdistas que luchamos para que Ud. pasara a la segunda vuelta sigue en pie. La hoja de ruta que amplió las alianzas hacia el centro liberal-democrático para que Ud. triunfara en la segunda vuelta y accediera al gobierno es un compromiso serio que hay que respetar. Algunos ciudadanos que acompañamos al gabinete Lerner hemos salido del gobierno, pero no hemos abandonado el proyecto de la gran transformación, al que, por el contrario, vamos a dotar de músculos y nervios y a darle una vida de masas. 
Felizmente la política no se encapsula en el gobierno ni se enmarca sólo en el Estado. Estos constituyen su referencia y su objetivo, pero ella se desarrolla en las conciencias de la gente de a pie, en las demandas y propuestas ciudadanas, en la sociedad civil, en los movimientos sociales y en sus representaciones políticas. Estas serán nuestras permanentes trincheras de combate, desde las cuales buscaremos enrumbar al gobierno e incidir en sus decisiones políticas. Espero que Ud. tenga la sensibilidad democrática y la necesaria disposición de ánimo para acogerlas y darles un efectivo curso político. Tenemos que evitar otro desencanto y una nueva frustración de los excluidos y olvidados de siempre. La alta votación de estos sectores por Ud. en las dos vueltas electorales mostró que sus esperanzas de cambio eran tan grandes como sus sufrimientos. Una nueva frustración puede desatar en ellos iras o escepticismos tan grandes como sus sueños de justicia. 
Formo parte del colectivo “Los ciudadanos por el cambio” y de los intelectuales que apoyaron su candidatura cuando ella no despegaba. Escribí varias columnas en defensa suya cuando García y la derecha, que ahora lo elogian, lo demolían todos los días utilizando todos los recursos del poder. De nada de esto me arrepiento. Ser de izquierda, en un país sin representación política de las clases populares, es apostar a las fuerzas progresivas y viables (políticamente) que buscan la justicia y la libertad en cada etapa de la historia. Mi error y el de mis amigos y compañeros de la izquierda fue dejar de lado la necesidad de organizar una fuerza política propia para respaldar mejor su candidatura y evitar los desvíos del camino escogido. 
Tenemos que evitar, Presidente, que los electores y la democracia sean traicionados otra vez como en 1990, como en el 2001, como en el 2006, años en los que terminaron gobernando los que habían perdido. De eso proviene el descrédito de la política, de los políticos y de la democracia. Sostengo, por esa razón, que nos faltó la voluntad política necesaria para hacer valer el triunfo electoral de la segunda vuelta y organizar un gobierno legítimo sobre esa base. Se tenía un buen equipo de gobierno –por estudios y por experiencia- y se ofrecían a todos y a todas las garantías necesarias para el desarrollo de sus intereses y aspiraciones: seguridad jurídica, equilibrios macroeconómicos, políticas fiscal y tributaria responsables para los grupos económicos poderosos; estabilidad y libertad para las clases medias; empleo, ingresos dignos y derechos para los trabajadores y políticas de inclusión para los pobres y muy pobres. 
Inducido por “los brasileros”, a los que se ha dado más importancia de la que realmente debieran tener, Ud. hizo subir a bordo a los que habían votado por Keiko Fujimori para que participaran en el manejo del gobierno. Asustado por los grupos económicos y por la derecha política y mediática que le decían que si Conga no iba se corría el riesgo de perder 53 mil millones de inversión minera y azuzado por los servicios de inteligencia que le “informaban” que los rojos movían todos los hilos de los movimientos antimineros, Ud. ha decidido romper con los electores populares y regionales que lo llevaron al gobierno, con la izquierda que lo apoyó para pasar a la segunda vuelta y con Toledo que lo ayudó a ganar la segunda vuelta y ha decidido refugiarse en el ejército como fuente de su poder. 
Eso dice mucho del orden que Ud. quiere construir en una situación de crisis, pero olvida un dato fundamental de la política que Hannah Arendt subrayó: la violencia es el arma, pero el poder es el número. El número es el conjunto de ciudadanos, la sociedad civil en movimiento y la fuente legítima de poder con la que Ud. ha decidido temporalmente romper. Le deseo un buen año 2012, Presidente, y espero que en el curso del mismo se reencuentre con el pueblo que lo eligió.

Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://blog.pucp.edu.pe/item/150434/carta-desde-la-sociedad-civil