8 mar. 2011

DEBEMOS INICIAR POR LO BASICO Y URGENTE QUE MEJOR DIA QUE HOY, Y TOMAR CONCIENCIA DEL PAPEL QUE NOS TOCA JUGAR AL RESPECTO....


LAS MuJErES EN LA AGrICuLTurA 
Cerrar la brecha de género en aras del desarrollo

La agricultura tiene un bajo rendimiento en muchos países en desarrollo por varias razones. Entre ellas está el hecho de que las mujeres carecen de los recursos y oportunidades que necesitan para rentabilizar al máximo el uso de su tiempo.

Las mujeres son agricultoras, trabajadoras y empresarias, pero en casi todas partes
tienen dificultades más graves que los hombres para acceder a los recursos productivos, los mercados y los servicios.

Esta “brecha de género” supone un obstáculo a su productividad y reduce sus contribuciones al sector de la agricultura y al logro de los objetivos más generales de desarrollo económico y social. El cierre de la brecha de género en la agricultura redundaría en beneficios considerables para la sociedad pues permitiría aumentar la productividad agrícola, reducir
la pobreza y el hambre así como fomentar el crecimiento económico.

Actualmente, los gobiernos, los donantes y los profesionales del desarrollo reconocen que la agricultura es fundamental para el crecimiento económico y la seguridad alimentaria —especialmente en los paísesen los que una parte significativa de la población depende de dicho sector—, pero su compromiso para con la igualdad de género en la agricultura es menos firme.

Hoy, las cuestiones de género se mencionan en la mayoría de los planes de las políticas
agrícolas y de seguridad alimentaria nacionales y regionales, pero por lo general se relegan a capítulos aparte sobre la mujer en lugar de ser tratadas como parte integrante de las políticas y la programación.

Muchos documentos sobre políticas y proyectos agrícolas todavía no tienen en cuenta cuestiones fundamentales sobre las diferencias entre los recursos disponibles para los hombres y las mujeres, sus funciones y las limitaciones a las que se enfrentan (incluida la importancia que estas diferencias pueden tener para la intervención propuesta).

Como consecuencia de ello, se suele dar por sentado que las intervenciones en áreas como la tecnología, la infraestructura y el acceso a los mercados tienen los mismos efectos en hombres y mujeres, cuando en realidad tal vez no sea así.

Al mismo tiempo, la incorporación de una perspectiva de género en las políticas y los proyectos agrícolas se ha presentado como algo que parece más difícil y complejo de lo que debería ser. Un buen punto de partida consiste en aclarar lo que se entiende por género (Recuadro 1).

La última frase del Recuadro 1 también deja margen para la esperanza: los papeles por razón de género pueden cambiar.

Ese es el objetivo de este informe, que contribuirá a mejorar el conocimiento para que mediante políticas adecuadas se pueda contribuir a fomentar la igualdad de género, precisamente porque la propia agricultura está cambiando. El sector agrícola se está volviendo cada vez más sofisticado desde el punto de vista tecnológico, y tiene una orientación comercial y una integración mundial crecientes; al mismo tiempo, las tendencias migratorias y la variabilidad del clima están alterando la fisionomía



RECUADRO 1

Sexo frente a género
Los conceptos de “sexo” y “género”pueden ser confusos, sobre todo porque incluso los expertos a veces los utilizan de forma incoherente. El sexo hace referencia a categorías biológicas innatas (macho o hembra). El género se refiere a los papeles e identidades sociales asociados con el significado de “hombre” o “mujer”.

Los papeles por razón de género están delimitados por factores ideológicos, religiosos, étnicos, económicos y culturales, y son un elemento esencial determinante de la distribución de responsabilidades y recursos entre hombres y mujeres (Moser, 1989). Sin embargo, al estar socialmente determinada, esta distribución se puede modificar a través de medidas sociales deliberadas, incluidas las políticas públicas. Toda sociedad está marcada por diferencias de género, pero estas varían mucho en función de la cultura y pueden cambiar drásticamente con el tiempo.

El sexo es biología. El género es sociología.
El sexo es algo fijo. Los papeles por razón de género cambian.
Fuente: Quisumbing, 1996.



del mundo rural de todos los países en desarrollo. Estas fuerzas representan retos y oportunidades para todos los productores agrícolas, pero las mujeres se enfrentan a obstáculos jurídicos y sociales suplementarios que limitan su capacidad para adaptarse al cambio y beneficiarse del mismo.



Los gobiernos y donantes han contraído compromisos importantes para revitalizar la agricultura en las regiones en desarrollo, pero sus esfuerzos en el ámbito agrícola cosecharán más rápidamente mejores resultados si aprovechan al máximo el potencial productivo de las mujeres mediante la promoción de la igualdad de género.

Las mujeres, al igual que los hombres, pueden considerarse “recursos productivos”, pero también son ciudadanas con los mismos derechos que los hombres respecto de los mecanismos de protección, las oportunidades y los servicios ofrecidos por sus gobiernos y la comunidad internacional.

La igualdad de género es un Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de por sí,  y está directamente relacionada con el logro del ODM de reducción de la pobreza extrema y el hambre. Existen sinergias claras  entre los objetivos de igualdad de género y reducción del hambre. Los responsables de las políticas agrícolas y los profesionales del desarrollo tienen la obligación de garantizar que las mujeres puedan participar plenamente en el proceso de desarrollo agrícola y beneficiarse de este. Al mismo tiempo, el fomento de la igualdad de género en la agricultura puede ayudar a reducir la pobreza extrema y el hambre.

La igualdad de las mujeres sería buena para el desarrollo agrícola y este también debería
ser beneficioso para las mujeres.


El papel y la condición de la mujer en la agricultura y las áreas rurales varían considerablemente en función de la región, la edad, la etnia y la clase social, y están cambiando rápidamente en algunas partes del mundo. Los responsables de las políticas, los donantes y los profesionales del desarrollo necesitan información y análisis que reflejen la diversidad de las contribuciones realizadas por las mujeres y los retos específicos a los que se enfrentan con el fin de tomar decisiones sobre el sector que tengan en cuenta la perspectiva de género.

A pesar de la diversidad en cuanto al papel y la condición de la mujer en la agricultura,  los datos y análisis que se presentan en este informe confirman que las mujeres son víctimas de una brecha de género sorprendentemente sistemática en el acceso a los activos, insumos y servicios productivos.

Un amplio conjunto de datos empíricos de muchos países muestra que las agricultoras son igual de eficaces que sus homólogos masculinos, pero tienen menos tierras y usan menos insumos, por lo que producen menos.



En el presente informe los posibles beneficios que podrían lograrse mediante el cierre de la brecha de género en el uso de insumos se estiman en lo referente al rendimiento y la producción agrícolas, la seguridad  alimentaria y aspectos más amplios relacionados con el bienestar económico y social.



Debido a que muchas de las limitaciones a las que se enfrentan las mujeres son establecidas por la sociedad, pueden cambiar. Es más, las presiones externas a menudo sirven como catalizador para que las mujeres asuman nuevas funciones y responsabilidades que permitan mejorar su productividad así como su condición en los hogares y comunidades. Por ejemplo, el crecimiento  de las cadenas modernas de suministro de productos agrícolas de alto valor está
generando importantes oportunidades —y desafíos— para las mujeres en cuanto al empleo agrícola y de otro tipo. Otras fuerzas de cambio social y económico también pueden traducirse en oportunidades para las mujeres.


El apoyo a unas políticas que tengan en cuenta la perspectiva de género y a unos proyectos de desarrollo bien diseñados puede ayudar a cerrar la brecha de género. En vista de las desigualdades existentes, no basta con que las políticas sean neutras en materia de género; la superación de la limitacion a las que se enfrentan las mujeres exige mucho más. Las reformas destinadas a eliminar la discriminación y promover la igualdad de acceso a los recursos productivos pueden ayudar a asegurar que las mujeres estén igual de preparadas que los hombres para hacer frente a los retos y aprovechar las oportunidades derivadas de los cambios que determinan la economía rural. El cierre de la brecha de género en la agricultura será provechoso para las mujeres, la agricultura, los sectores rurales y las sociedades en su
conjunto. Los beneficios podrán variar ampliamente en función de las circunstancias
locales, pero es probable que sean mayores allí donde las mujeres estén más involucradas
en la agricultura y se enfrenten a limitaciones más serias.


Si bien parece evidente que el cierre de la brecha de género sería beneficioso, ha habido una carencia de datos que corroboren dicho potencial. La presente edición de El estado mundial de la agricultura y la alimentación tiene varios objetivos: aportar los mejores datos empíricos disponibles en relación con la contribución de las mujeres y los obstáculos a los que se enfrentan en las empresas agrícolas y rurales en diferentes regiones del mundo; demostrar cómo la brecha de género limita la productividad agrícola, el desarrollo económico y el
bienestar humano; evaluar de manera crítica las intervenciones dirigidas a reducir la brecha de género y recomendar medidas prácticas que los gobiernos nacionales y la comunidad internacional puedan adoptar para promover el desarrollo agrícola mediante el empoderamiento de las mujeres.

Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ ORGANIZACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS PARA LA AGRICULTURA Y LA ALIMENTACIÓN Roma, 2011

LA VERDAD DEL SISTEMA


EN MATERIA DE TRIBUTACIÓN LOS POBRES PAGAN MÁS

Por Víctor Manuel Gamonal
En un balance de los últimos 17 años, el sistema tributario de Perú ha mostrado ser regresivo. Es decir, el Estado ha sostenido sus mayores ingresos a costa de los que menos renta poseen. Esta situación se ha visto recrudecida una vez iniciada la crisis financiera, lo que significa que el sistema tributario es cada vez menos equitativo.
Al construir una aproximación de la incidencia de los tributos internos del Perú (ratio de Impuestos Directos/Impuestos Indirectos[1]) para el periodo 1994 – 2010, podemos distinguir dos periodos, tal como se observa en el siguiente gráfico:
relacion3
Para el periodo del año 1994 al 2007 (hasta el punto más alto), el ratio muestra una tendencia creciente e incluso mayor a 1, lo que significaría pasar de una larga etapa de alta regresividad[2] a una etapa de progresividad (o menor regresividad). Ello se explica por el gran incremento en la recaudación de impuestos directos, especialmente el impuesto a la renta, que es explicado en gran medida por el mayor aporte de la actividad minera producto de las mayores ganancias del boom minero (aproximadamente desde mediados de 2002). 
 
Sin embargo, para el periodo 2008 hasta la actualidad, una vez iniciada la crisis financiera, el ratio ha mostrado una tendencia decreciente, lo que significa una disminución del peso de los impuestos directos (o un retorno de la regresividad). Situación que se explica por la disminución de la recaudación del impuesto a la renta, debido en gran parte al menor aporte de la actividad minera y un incremento en la recaudación de impuestos indirectos[3].
Es decir, en la etapa de crisis financiera el sistema tributario ha demostrado ser regresivo: los que menos renta poseen pagan más y los que poseen mayor renta pagan menos. Un ejemplo de ello es la actividad minera, donde en periodos de alza de precios paga más y en periodos de menores precios pagan menos, lo que evidentemente contribuye un escenario de mayor inequidad.


[1] Una manera de observar la influencia económica de los impuestos es construyendo un ratio que muestre la participación de los impuestos directos e indirectos respecto a la recaudación total. Así, si el ratio resulta mayor a 1, el sistema tributario mostraría ser progresivo, si por el contrario el ratio fuese menor a 1, el sistema tributario mostraría ser regresivo.
[2] Un sistema tributario es regresivo cuando termina gravando más a quienes menos renta poseen, los impuestos indirectos resultan regresivos por cuanto afectan de manera pareja a todas las personas independientemente de sus niveles de renta.
[3] Los impuestos indirectos son los que se gravan a la producción, al consumo y a las ventas, tales como el Impuesto General a las Ventas (IGV) y el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC), entre los más importantes. Asimismo, para observar el incremento en la recaudación de los impuestos indirectos ver al respecto: Notas de Prensa – SUNAT- 2008 – 2010, y en: http://www.sunat.gob.pe/noticieroSunat/prensa/index.html

Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://www.cooperaccion.org.pe/index.php?option=com_content&view=article&id=241:en-materia-de-tributacion-los-pobres-pagan&catid=51:derechos-colectivos-e-industrias-extrativas&Itemid=107