Portugal llora y el Vaticano ataca
Tomado de El País.- “Obrigado, José Saramago”
(Gracias, José Saramago) puede leerse en dos grandes fotografías del
escritor que cuelgan en la fachada del Ayuntamiento de Lisboa. Miles de
portugueses desfilaron desde primera hora de la tarde de ayer por la
capilla ardiente con los restos mortales del premio Nobel, para dar el
último adiós. Lo hicieron en silencio, compungidos, y, algunos, con los
ojos humedecidos. Alejados de la controversia sobre la figura de
Saramago, quienes acudieron al Paços do Concelho desmienten la idea del
enojo entre el escritor y Portugal.
Se va Saramago, el hombre que nos previno contra una destructora
epidemia de ceguera. Y en estos tiempos su adiós parece un símbolo. El
primer Premio Nobel que recibió la lengua portuguesa ha sido un
referente para toda la izquierda del planeta. – AGENCIA ATLAS
Otros vídeos José Saramago, la intensa historia de un escritor
crítico y auténtico
AUDIO – Cadena Ser – 18-06-2010
Nada comparable a la reacción del Vaticano, que ayer dirigió desde las páginas de L’Osservatore Romano, su diario oficial, un furibundo ataque hacia el escritor, que sonó casi a celebración por su muerte. Saramago se había distinguido como uno de los intelectuales que más lúcidamente condenó los abusos cometidos en nombre de la religión.
AUDIO – Cadena Ser – 18-06-2010
Nada comparable a la reacción del Vaticano, que ayer dirigió desde las páginas de L’Osservatore Romano, su diario oficial, un furibundo ataque hacia el escritor, que sonó casi a celebración por su muerte. Saramago se había distinguido como uno de los intelectuales que más lúcidamente condenó los abusos cometidos en nombre de la religión.
En la cola formada en Lisboa predominó la madurez sobre la juventud. Y
las palabras de elogio y respeto. “No creo que vuelva a tener la
oportunidad de rendir homenaje a una figura como Saramago”, manifestó
José Barradas de Sousa, administrador de una empresa. “No me interesa la
polémica sobre un portugués que era un gran hombre”, dijo Manuel
Araujo, jubilado. “A primera vista podía parecer poco simpático, pero en
realidad no era así. He visto morir a varios escritores, es angustioso
verlos partir”, sostuvo María Seicette Lorenzo, secretaria de la
Asociación Portuguesa de Escritores.
La voz más joven fue la más punzante. João Eça, 16 años, estudiante
de Humanidades, ya ha leído Caín, El viaje del elefante y Ensayo sobre
la ceguera: “Saramago no representaba la manera de ser de los
portugueses, destacó por encima de la mediocridad”. Y añadió: “Oscar
Wilde dijo que los portugueses perdonan todo menos ser un genio”.
La bandera portuguesa ondea a media asta y el Gobierno ha decretado
dos días de luto nacional. Mientras los ciudadanos aguardaban
pacientemente su turno, los políticos llegaban en coches oficiales e
ingresaban directamente al Ayuntamiento. Todos menos el ex presidente
Jorge Sampaio, que junto a su esposa hizo cola como uno más. El alcalde
esperó en la puerta principal al primer ministro José Sócrates, rodeado
de guardaespaldas, a quien acompañó el ministro de Exteriores, Luís
Amado. Poco después llegó Dilma Roussef, candidata del Partido de los
Trabajadores (PT) en las elecciones presidenciales brasileñas de octubre
próximo, que estaba en Lisboa en visita oficial.
Previamente, acudieron a despedir al único premio Nobel portugués
numerosos políticos e intelectuales, nacionales y extranjeros. Entre
ellos, la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde. “Era un referente
intelectual que demostró, con su compromiso, para qué sirven la
literatura y los intelectuales”, declaró a la entrada de la capilla
ardiente.
Alguien dejó dos claveles rojos encima del féretro, aquel símbolo de
la revolución de abril de 1974, en la que creyó con pasión. Entre las
numerosas coronas dos llamaron la atención de los fotógrafos, las que
llevaban la firma de Fidel Castro y Raúl Castro, líderes de la
revolución cubana que Saramago apoyó hasta que pudo más el desencanto.
Precisamente su posición ideológica motivó ayer un ataque duro desde
el órgano oficial del Vaticano, L’Osservatore Romano, que no guardó ni
siquiera la compostura ante la muerte. En un artículo firmado por
Claudio Toscani titulado La omnipotencia (relativa) del narrador,
subraya la “ideología antirreligiosa” de Saramago, a quien define como
“un hombre y un intelectual de ninguna capacidad metafísica, (y que
vivió) agarrado hasta el final a su pertinaz fe en el materialismo
histórico, alias marxismo”. Para añadir: “Se declaraba insomne por las
cruzadas, o por la inquisición, olvidando el recuerdo de los gulags, de
las purgas, de los genocidios, de los samizdat (panfletos de la Rusia
soviética) culturales y religiosos”. En resumen, escriben, se distinguió
por “la banalización de lo sagrado” y “un materialismo libertario”
radicalizado con los años
Edición de Luz & Sombras. Fuente original:_ http://lavozatidebida.lamula.pe/2010/06/20/portugal-llora-y-el-vaticano-ataca/
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